Capítulo 4 La clausula

− ¡Dominic! – grita mi abuelo al ver semejante escena, todos detrás de él nos observan con incredulidad de lo que sus ojos ven

− ¡eres un malnacido! – vocifera papá colérico

− Creí que estarías orgulloso de tu hijo – le digo con gesto ingenuo y eso lo enfurece mas

Se abalanza e intenta golpearme, pero este debilucho no puede contra mí, soy experto en lucha cuerpo a cuerpo, practico box y karate. Lo recibo con un golpe bajo en su estómago que le quita todo el aire, luego le doy otro golpe en su cara, la sangre corre por su rostro y él se llena de ira e intenta golpearme, pero es inútil, pues logro inmovilizarlo y lo tengo agarrado por el cuello, cortándole la respiración, siento la dificultad para respirar y eso me hace sentir poderoso, sentir que tengo la vida de mi peor enemigo en mis manos, me da el poder de elegir

− ¡basta, Dominic! – grita el abuelo y me hace soltarlo

− Voy a acabar contigo – me amenaza mi querido padre

− Lo estoy esperando con ansias – le digo con burla

− Imbéciles, como es posible que nos hagan quedar mal delante de las señoritas – grita el abuelo

− Esta no es señorita – digo señalando a la novia de papá – esta es un cualquiera, de las otras señoritas no tengo pruebas de si lo sean o no – digo con sarcasmo

− A mi oficina ¡ya! – me ordena el abuelo y camino tras el

− ¿Qué quieres? – le digo al tiempo que el cierra la puerta detrás de nosotros

− Necesito que busques ayuda especializada para tu comportamiento narcisista – ordena

− Es un mal de familia – digo con sorna

− Se que tu vida no fue fácil hijo, sé que soy culpable en muchos aspectos, pero quiero lo mejor para ti – me dice con tristeza

− Yo hago lo mejor por mí mismo, no necesito que otro loco, igual o peor que yo hurgue en mi cabeza – espeto

− Dominic, tal vez si encuentras a una buena mujer puedas conocer el lado dulce y tierno de la vida – me dice con melancolía

− Ese lado ya lo conocí y créeme que no me gusto – le digo señalando parte de las cicatrices que tengo de mi infancia

− No todas las mujeres son malas, ahí afuera hay una mujer ideal para ti, una hecha a tu medida y que te enseñara a amar – dice el con optimismo

− No me interesa – digo con molestia

− ¡No es una sugerencia, es una orden! – dice el con fuerza y suavidad en sus palabras

− ¿perdón…? – indago desconcertado de sus palabras

− Como lo escuchas, si no te casas le dejare todo a Joel y su familia – amenaza

− ¿es enserio? ¿Por qué Joel? ¿Por qué no Arlo? – indago desconcertado

− Aunque no lo creas, Joel es un buen hombre, mientras que Arlo es un vividor – menciona Bruno

− Igual su hijo – espeto

− Me vale un carajo lo que pienses, la verdad es que no sé cuántos años más durare y quiero que mi decendencia crezca, es tu deber hacerlo, pero si no quieres entonces Joel es más merecedor de mi fortuna que tu – explica su estúpido punto

− No puedo creer que me estes obligando a casarme – espeto furioso

− Pondré un plazo de dos meses, si en ese tiempo tú no te has casado y Joel si, entonces el heredara todo, pero si tú lo haces entonces te nombrare mi único dueño, no solo de boca, haremos todo el papeleo – me explica y me quedo sin palabras

− Es ilógico, Joel tiene ventaja - digo furioso

− Así es, conozco tu espíritu competitivo, sé que con tal de ganarle a Joel harás lo que sea – dice con firmeza y burla

− Eres un infeliz – espeto

− Lo sé, pero también sé que no necesitas mi dinero y que tu solo has logrado amasar una gran fortuna, sé que lo que te heredare solo será una añadidura, pero tus ansias de poder no te dejaran vivir en paz sabiendo que Joel te gano – dice el con una sonrisa de victoria

− ¿Hay alguna condición para la mujer? – indago

− Debe ser una mujer de buena familia y que aporte una gran alianza para la compañía – dice Bruno con sarcasmo

− Otro punto para el imbécil de Joel – lanzo un grito

− Aun no está comprometido – me dice el abuelo con complicidad

− Que alivio… – el digo rodando mis ojos con fastidio y desaprobación

Salgo de ahí furioso y al caminar por el corredor escucho la conversación entre Arlo y Joel

− Debes comprometerte y casarte con Tessa Wilson en menos de dos meses – le ordena Arlo a Joel

− Tess no quiere papá – le responde Joel

− Eres un inútil, no ves que la fortuna de los Devil puede ser nuestra – le reprocha Arlo a su hijo

− Oblígala – le ordena Arlo

− ¡no! Yo la amo, no quiero presionarla – dice Joel con firmeza

− Necesitamos acabar con el infeliz de Dante, estoy seguro de que ese maldito diablo estuvo detrás de mi ruina – afirma Arlo, sonrió sabiendo que el tiene la verdad, pero solo es una intuición

− Papá tienes una buena vida, deja el pasado atrás – le aconseja el tarado de Joel

− ¿Eres estúpido o solo te haces? – Arlo insulta a su hijo

− Si no lo haces de que viviremos nosotros, tu podrás creer que puedes vivir con el dinero de tu novia, pero el día que Bruno falte, Dominic de seguro nos mandara a la calle – Arlo le da un buen punto a Joel

Salgo de la oscuridad y tomo otro camino para no ser visto y me encuentro a Tessa, me ofrezco a llevarla, esto solo para provocarla y enfadarla, ella se niega y me despido con una sonrisa malévola.

voy a mi camioneta y Baker me abre la puerta para salir de este caótico lugar

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