Capitulo 5

Los pájaros comenzaron a cantar y Yoloth solo se despertó, estaba en su cuarto de la academia, se levantó y se lavó la cara, para despertar, después de eso se metió a bañar, salió envuelto en la toalla, pero solo de la cintura para abajo, una vez término de secarse comenzó a buscar su ropa, un pantalón acampanado, pero al pegado de las caderas que finalizaba con una cuerda para ajustar el ancho de los pies del pantalón, unos botines, una camisa negra con mangas de color rojo que tenía adornos, para su cabello solo lo peino y lo dejo en una dona que hacía un buen conjunto.

Tomo sus libros y camino fuera de la habitación, le tocaba clase de crianza por lo que suspiro y se hizo de la idea, que el cuerpo y él eran los mismos, por lo que no vala la pena lamentarse por su muerte, ahora era un Omega comprometido que iba a evitar a todo costa su futuro.

Tras salir de su cuarto intento recordar que exactamente era lo que pasaría hoy.

—Llega ella, por lo que tengo que evitar que me vea junto al príncipe, si ellos se encuentran mientras están solos, entonces podré decirle solo a los profesores y listo podré estar libre de la parte del bullying—

Pensó, pero él había olvidado que el príncipe estaría desde primera hora pegado a la futura reina, por lo que en cuanto salió por la puerta de su cuarto el príncipe lo esperaba con un ramo de rosas, por lo que solo lo miro y dijo:

—¿De qué bosque las fuiste a sacar?—

Intentaba que fuera lo más frío posible, por lo que el príncipe solo miro a los lados y viendo a la gente dijo:

—Cariño me he enterado de que tuviste un accidente que hizo que perderás los preciados momentos que pasaste con este maravilloso hombre—

Yoloth solo rodeo los ojos, salió de su cuarto y cerro con llave, para después de eso ignorar al príncipe y comenzar a caminar a clases.

El príncipe lo comenzó a seguir con el ramo y dijo:

—Acéptalas como si fuera mi corazón—

Aquello hizo que Yoloth se detuviera, volteara y solo le mirara con repulsión.

—Creo que no has entendido, yo no tengo la menor idea de quién eres y no pretendo saber quién eres, ni que serás, así que deja de molestarme—

El resplandor de los ojos rojos del más joven al ver al príncipe hizo que un escalofrío recorriera su espalda, mientras tanto Yoloth solo camino a clase intentando calmarse, pero por sus adentros estaba feliz de que hubiera resultado aquello, sentía que todo había salido bien y ahora podría seguir con su vida, al menos hasta que pudiera romper el compromiso con ese loco que pronto lo querría matar.