Segunda propuesta

Ese lugar era nada más y nada menos que el hermoso jardín un gran patio, que tenía innumerables rosas, orquídeas, girasoles y hasta árboles frutales, un lugar enorme lleno de fantasía y realidad.

Al llegar en el centro de dicho patio, había una pequeña casita, de dos cuartitos, al entrar, había una mesita tres sillas, una pequeña estufa y todos los platos y vasos eran para tres personas, al entrar al segundo cuartito, había una sola cama, un pequeño ventilador, una pequeñita pero linda hamaca, y en la pared tres cuadros, uno era de su mamá, otro de su papá cuando eran jóvenes y en el del centro, eran sus padres con Eduardo en los brazos de su mamá, al parecer tenía como dos años en ese momento.

Era un lugar mágico, todo estaba limpio parecía que se habían ido de viaje a un lugar y volverían pronto.

Yo: esto es tan hermoso, pareciera que están aquí.

Eduardo : si, se siente su presencia en algunas ocasiones especiales, vengo de vez en cuando, hago el quehacer, lavo los platos los vasos, aunque nadie los utilice, barro y quito el polvo de los muebles, me siento en la cama y platico con ellos, les pido consejos y les doy mis ideas.

Yo:, así y ¿te contestan?

Eduardo : si en mis sueños, hace poco lo hicieron, te juro que te envidio, al menos tu sabes que por medio de cartas, realmente puedes hablar con ellos, pero yo parezco loco al hablarle a unos cuadros en la pared, pero sabes, son mejor que platicar con cualquier persona, solo Teresa y tu saben de esta condición.

Yo: esta bien, lo entiendo por Teresa, pues te cuida y te quiere como si fueras su propio hijo, pero ¿por que yo?, ¿por que me lo cuentas a mi?

Eduardo : como te dije hace unos días vine a hablar con ellos, les pedí como acercarme a ti, que debería hacer para que me aceptaras.

Yo: y..... ¿Que te respondieron? (nerviosa)

Eduardo : soñé con ellos, me dijeron que eras la indicada, que te respetará y luchará por ti, pues el tiempo es poco en este mundo, que te cuide bien, que te pidiera las cosas como deberían de ser, (tomo mi mano) qué te mirara a los ojos (se puso enfrente de mi), que te dijera lo mucho que te amo (puso mi mano en su corazón), y te dijera que no importa donde estés, si hay un día bueno o uno malo, que siempre te amaré por todas las cosas materiales. Te quiero Kristal, y quiero que me aceptes en tu corazón ¿puedes?

Yo: lo siento Eduardo no puedo......

Eduardo soltó mi mano entonces yo tome su cara y le dije.

Yo: no puedo hacer qué entres a mi corazón ahora, pues estas dentro de el desde hace ya mucho tiempo (lo bese), solo que aun no estaba dispuesta a aceptarlo.

Nos abrazamos, nos besamos y ante sus papás me presento como su novia, no se si eso era loco, pero si es así, estoy igual de loca qué él, pues sentí su presencia, sentí que tocaron mi hombro y de forma gentil, una voz agradable y suave en el viento que me susurro (gracias...)

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