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-¿Tienes un dragón, Neferù?-

- Yo no, mi nieta, Es la portadora del Dragón de Sangre, ¿Sorprendido de la fuerza de los Neferù...eee... Brenna?-

-Es lo que yo digo para que estamos batallando dejen que me haga cargo junto con Ra quemamos todo..el imperio del Norte y Xia, nos adueñamos de los dos imperios y hacemos un gran imperio Neferù-

Todos la miran sorprendidos y dicen al mismo tiempo:

-¡¡Noooo!!-

- Bueno, entonces dejen no más quemamos la capital y entregamos la cabeza de los reyes, y ya evitamos la guerra y tomamos la corona-

- ¡¡Noooo!!-

- Está bien sin cabezas, solo los entregamos algo quemaditos-

- ¡¡Noooo!!-

-Tss…no les parece nada-

-¿Quieres tomar el reino Akilah? Pregunta un nervioso Gard

- Me lo merezco de perdida unos tres, es más apoderémonos de todo, ya que estamos en estas-

- ¿Y tú piensas administrar todo eso Akilah?

Por qué tu padre y yo no pensamos ayudarte-

- ¿Puedo contratar gente?…Naaa sería mucho batallar está bien.. Hagámoslo del modo difícil, iré a buscar a Ra para ir por el pequeño pica flor-

-Señorita Neferù, solo quiero comentarle que no podemos matar a los reyes actuales, hicimos un trato con los anteriores reyes y ellos nos van a apoyar para tomar la corona, sin regar sangre, están consientes de que entregaron el reino demasiado pronto, entregárselo a su nieto de Agraris es lo mejor, ya que los hijos de los reyes no han mostrado tener facultades, y al parecer no son hijos legítimos del rey Arne, él poco parecido a la familia Real salta a la vista-

- Lo siento padre, vas a tener muchos problemas, si sale a la luz que tú también andabas picoteando flores y que para colmo regaste tu polen y salió un lindo abejorro, vas a dormir muchos meses en el sofá...aaaah.. Pobre padre mío, pero igual te digo no quiero hermanos paseando por acá todo es mío-

Un sonrojado Darg no paraba de ver a su hija, ¿Cómo sabía? ¿Quién se atrevió a decirle? Él ni siquiera está seguro de eso...

Todos vieron sorprendidos a Darg el primer príncipe¿era suyo?

- Bueno en lo que siguen pensando me voy-

Ya estaba oscureciendo y no encontraba al dragón, así que recordó que siempre que se desaparecía él estaba junto al lago.

- Acá estás ¿qué haces mi pequeño?-

- Soy más grande que tú Akilah-

-lo sé, pero tu mente no-

- Lo se soy un dragón que apenas nació después de miles de años, gracias a ti…-

- ¿Por qué estás de nuevo acá?-

- La estoy esperando quiero que en cuanto venga lo primero que vea sea a mí, tú crees que va a notar que ya estoy creciendo, no soy como su esposo, pero estoy haciendo todo lo posible para hacerme más fuerte y ser digno de ella-

- Cariño, sigues con eso verdad, pensé que se te pasaría con los años -

- Como podría es hermosa, además siempre viene a verme, es tan calmada, apacible y tímida, le digo lo hermosa que es y en ocasiones se tapa el rostro para que no vea su sonrojo-

¿Rayos como le digo? ¿Para qué le dije eso? Pensé que se le pasaría¿Cómo explicarle? Yo y mi boca suelta, Pensaba Akilah.

- Está bien cariño, te dejo para que veas a tu hermosa diosa, mañana partimos temprano así que no te desveles mucho viendo a tu amor-

Akilah se iba alejando cuando Zion le dijo

- Te dije que si seguías diciéndole eso, a él no se le pasaría, ¿qué va a pasar cuando se entere?-

- Ya tío, ya veré como le explicó... que no se puede-

- Tiene que ser pronto Akilah, no puede seguir enamorado de algo a lo que jamás se podrá acercar y mucho menos tener-

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