Jemer

En el antiguo reino de Jemer se llevaba a cabo un juicio en contra de la mujer con mayor belleza en el reino, hija de uno de los tres grandes duques, la mujer que tenía a todos bajo sus pies, al menos eso era hasta hace unos cuantos días. Cuando fue culpada por el supuesto intento de asesinato de la ahora prometida del príncipe heredero.

En Jemer se tenía la costumbre de que el heredero se casara con alguna princesa de los demás reinos, ya que se debía preservar la sangre real; pero en esta ocasión el heredero de nombre Arne De Lovatt no encontró en su viaje a nadie que le llamara la atención.

Así que sus padres al enterarse de que el príncipe no había conseguido a nadie que le llamara la atención lo que podían hacer era buscar en su propio reino la más adecuada, y la encontraron, Mirta hija de uno de los duques con más nobleza en el reino incluso más que la misma familia Real; tenían la misma costumbre que ellos no se mezclaban con nadie más que no tuvieran sangre noble incluso en sus antepasados había princesas de otros reinos, no tenían amoríos, y solo un descendiente, por lo tanto, cualquiera que fuera de la familia Neferù era más que obvio que era de descendencia asegurada.

Pero no contaban con que a la llegada del príncipe al imperio este se encontraría con la que la revoltosa del lugar, los aldeanos ponían sus puestos a la entrada del Palacio según ellos ayudaba a sus ventas así que se les permitió esto, siempre y cuando mantuvieran una cierta lejanía a la entrada y permitieran la pasada a los carruajes, algunos no lo hacían y se instalaban en lugares que no se les permitía así que al intentar dar vuelta algunos carruajes chocaban con estos y terminaban destruyendo el puesto.

Cómo siempre esto era un problema de todos los días un conde llevaba su mercancía y termino destruyendo uno de los puestos, no era la primera vez que le pasaba, pero siempre terminaba pagando, pero está vez no estaba de humor para seguir pagando no estaba sacando su ganancia completa, tenía que pagar a estos plebeyos casi a diario su puesto destruido. Ya era demasiado lo estaban estafando.

Empezó a negar el pago, ya que no estaban instalados donde se les había indicado y él no tenía la culpa así que en defensa de estos pobres aldeanos salía siempre Mary una chica inteligente que siempre decía que los plebeyos tenían sus derechos y ningún noble podía pasar por ellos.

Al llegar el príncipe tuvo que esperar para poder pasar, ya que había gente que no le permitía el paso. Y ahí la vio una pequeña mujer gritando sus derechos y los de sus compañeros era risible ver a esta pequeña mujer debatiendo y poniendo nervioso a un hombre de mayor tamaño de altura y anchura el príncipe solo sonrió al verla y se bajó del carruaje y pago lo que este hombre había dañado.

Desde entonces Arne no podía sacarse de la cabeza a esa mujer era hermosa y era lo que él buscaba , una mujer que quisiera ver por su pueblo.

Sin embargo al enterarse lo que sus padres habían echo en su ausencia y sin su consentimiento se enfado no aceptaría a una mujer frívola solo por tener sangre noble eso jamás.

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