Guardia

Ya eran las 11 de la mañana. Arthur, que había estado despierto desde la noche anterior observando a Nadine, no tenía sueño.

Solo seguía mirando a la mujer que dormía profundamente, como si temiera que si se dormía aunque fuera un poco, ella volvería a desaparecer de su vida.

Arthur decidió no aceptar pacientes hoy.

Ordenó al hospital que sólo aceptaría llamadas urgentes.

Como dueño del hospital, puede establecer un horario como quiera cuando quiera y no quiera aceptar pacientes. Pero hasta ahora no ha usado su poder.

No importa cuán cansado esté su cuerpo y cuán ocupado esté su trabajo afuera, definitivamente continuará atendiendo a los pacientes que esperan.

Es solo que ahora mismo siente que hay alguien que realmente necesita su atención.

Una mujer en estado debil a la que debía cuidar, al menos hasta que recuperara su salud. Arthur se levantó de la silla donde había estado sentado y caminó hacia la cama.

-Oye, despierta, tienes que comer- dijo Arthur suavemente, despertando a Nadine.

Los hermosos ojos de Nadine parpadearon cuando sintió que alguien sacudía su cuerpo. Se dio cuenta de que era el doctor Arthur que le estaba sonriendo.

-Come, para tener energía para tu bebé- dijo Arthur.

Arthur movió una mesa llena de mucha comida frente a Nadine. De hecho, ha preparado un menú saludable para acelerar la recuperación de Nadine.

-¡Quédate quieta, yo te daré de comer!- Ordenó Arthur.

Nadine se sintió extraña por el trato que le dio el doctor Arthur, en su corazón tenía un signo de interrogación sobre la actitud del doctor.

-Yo... puedo comer sola, Doc- respondió Nadine, todavía en modo débil.

Arthur sonrió de nuevo,

-Tu mano todavía está conectada a una vía intravenosa, ¿cómo puedes alimentarte?- Nadine miró hacia abajo y se dio cuenta de que las palabras del Doctor Arthur eran ciertas.

-Vamos, abre la boca, ¿no quieres ver a tu bebé?- preguntó Arthur, provocando el entusiasmo de Nadine.

Al instante el rostro de Nadine se iluminó y asintió obedientemente. Nadine comió sin mucha protesta, no tardó mucho en terminar toda la comida que le habían preparado especialmente.

-Vuelve a descansar, le pediré a la enfermera que traiga una silla de ruedas aquí para que puedas caminar y ver a tu bebé- dijo Arthur suavemente.

-Lamento molestarlo doc- dijo Nadine en voz baja, casi inaudible.

-Considera esto como una deuda, págala recuperándote y obedeciendo mis órdenes para que te recuperes- dijo Arthur, mirando a Nadine.

Nadine se limitó a asentir y apoyó la cabeza en la cama. Pronto volvió a quedarse dormida. Arthur puso deliberadamente pastillas para dormir en el goteo intravenoso de Nadine.

Hizo todo esto para que Nadine se recuperara más rápidamente. Porque el cuerpo de una mujer que acaba de dar a luz está muy débil y susceptible a las infecciones.

Desde el nacimiento del bebé, Arthur se dio cuenta de que Nadine no había descansado del todo. Ella misma cuidó al bebé día y noche. Incluso la noche en que corrió frenéticamente al hospital mientras cargaba a su bebé, fue una acción muy peligrosa para una mujer después de dar a luz.

Arthur no se atrevía a imaginar que en ese momento Nadine sangraba profusamente a consecuencia de correr.

Nadine se quedó dormida acurrucada, Arthur sacudió la cabeza ante el estilo de dormir de la mujer.

Intentó levantar la cabeza de Nadine y ponerla sobre una almohada, Arthur también cubrió el cuerpo de Nadine hasta cubrir su cuello.

Por un momento, Arthur se detuvo con la manta que todavía sostenía sobre los hombros de Nadine.

Arthur besó suavemente la frente de Nadine. Y antes de que algo debajo de él se retorciera pidiendo responsabilizarse por haber sido despertado, Arthur inmediatamente salió de la habitación y se dirigió al piso inferior del hospital.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***