Nadine y su bebe

Tappp... tappp..

Los pasos de una joven corriendo por el pasillo del hospital rompieron el silencio de la noche.

La mujer estaba abrazando a un pequeño bebé que sólo tenía una semana de nacido, las lágrimas seguían corriendo por las mejillas de la mujer.

Nadine, ese es el nombre de la mujer. Su rostro es considerado muy hermoso con una nariz afilada y una piel blanca y suave típica de las mujeres asiáticas.

-Doctor, ayude a mi bebé, Doc- Nadine estaba histérica cuando llegó a la puerta de urgencias del hospital privado más grande de la ciudad.

-Señora, cálmese, espere afuera, el médico comprobará el estado del bebé- intentó una enfermera calmar a Nadine, que seguía sollozando.

Con el cuerpo tembloroso, Nadine esperaba frente a la puerta de la habitación donde atendían a su hijo.

Su corazón estaba inquieto e incierto, tenía miedo de imaginar las cosas malas que le pasarían a su hijo en el futuro.

Cuando finalmente entregó al pequeño bebé en el regazo de la enfermera, vio que el cuerpo del bebé estaba azul y no se movía.

Una hora después de la acción inicial del personal médico, la puerta de la habitación se abrió y Nadine inmediatamente corrió a entrar.

-Señora, cálmese- ordenó la enfermera.

-Si continúa así de histérica, podría perturbar la tranquilidad de otros pacientes- volvió a decir la enfermera.

-Lo siento, enfermera, ¿puedo ver a mi bebé ahora?- Nadine todavía podía oír sollozos entre sus palabras.

-Por favor, señora, el médico la está esperando adentro- le indicó la enfermera a Nadine.

-Gracias- dijo Nadine con sinceridad.

Doctor Arthur, un joven pediatra especializado y el orgullo del hospital. Actualmente es él quien está cuidando al bebé.

El doctor Arthur entrecerró los ojos con incredulidad de que el pequeño paciente frente a él pudiera estar en esta grave condición. Estaba muy enojado y quiso reprender a los padres del bebé.

-Buenas noches doctor, ella es la madre del paciente- la voz de la enfermera hizo que Arthur volviera a la conciencia.

Arthur se giró para buscar a los padres del paciente al que se refería la enfermera, de repente jadeó e inmediatamente retrocedió unos pasos cuando vio quién estaba parado frente a él.

La extraña reacción que surgió del Doctor Arthur sorprendió a la enfermera y a varias personas presentes, incluida Nadine, pero como su mente estaba centrada en la condición de su bebé, a Nadine no le importó.

-¿Qué pasa doctor? ¿Está todo bien?- preguntó la enfermera.

-A... ¿Es usted la madre del bebé?- Preguntó el doctor Arthur con nerviosismo e ignoró la pregunta inicial de la enfermera.

-Sí doc, le ruego que salve a mi bebé, estará bien, ¿verdad?- Nadine le dijo suplicante a Arthur.

Arthur miró a la mujer frente a él ahora con una mirada que nadie podía leer.

-Se ve tan pálida y tiene la cara hinchada, no me reconoció en absoluto, qué le habrá pasado- pensó Arthur.

-El estado de su bebé es actualmente muy débil. Lo trataremos en luna sala especial para bebés que necesitan un tratamiento especial- le explicó Arthur a Nadine.

Las palabras del médico hicieron que Nadine mirara hacia abajo y sollozara nuevamente:

-¿Todavía puedo ser salvado mi bebé?- La pregunta de Nadine fue tan silenciosa porque tenía miedo de escuchar la respuesta.

-Haré todo lo posible para salvarlo- dijo Arthur calmando a Nadine, todavía con una mirada ilegible.

-Prepara las mejores instalaciones disponibles en este hospital- ordenó Arthur.

-Gracias, doctor- dijo Nadine conmovida.

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