Mimos.

—ya son las 6, iré a ver a Gale, debe estar por despertar —Zade se levantó de su lugar con una sonrisa, Nevae terminó de acomodar lo que su señor había dejado a medias.

Ella admiraba eso de Zade, era una madre tan amoroso y dedicado, estando tan centrado en su hijo es obvio que no haya espacio para nadie más en su corazón.

—creo que un tercero no podría llegar a la sincronía de esos dos, son simplemente una familia perfecta. —volvió a sus tareas.

Zade se sorprendió cuando al llegar Gale ya había tomado un baño y estaba casi vestido, a él le gustaba ayudarlo a prepararse y oírlo contarle sus planes para el día o tan solo conversar de cosas que solos los dos entendían o los entretenía.

—buenos días hijo. —el niño lo miró, respondió al saludo y continuó en su tarea de abotonar su camisa.

—madrugaste otra vez hoy, no crezcas tan rápido. —desde hace un tiempo cuidar de Gale no podía ser llamado realmente así, ya que su hijo se cuidaba perfectamente bien solo. Suspiró con pesar y se dejó caer en la cama de su hijo, el pequeño se sentó a su lado.

—si mami quiere dormir puede hacerlo un poco más, yo puedo arreglarme solo —Zade lo miró sorprendido, él le había pedido a las doncellas que no se ocuparan de su hijo porque quería hacerlo y pasar ese tiempo con él.

—sin duda eres muy independiente, pero todavía quiero cuidarte, y no te preocupes no estoy cansado, solo un poco abrumado, vamos a desayunar. —después del desayuno pasaron a la sala donde normalmente juegan o entrenan dependiendo de lo que elijan en una reñida pelea de piedra papel o tijeras.

—volví a perder, soy pésimo en esto. Buen trabajo Gale —jugaban Ajedrez, y como cada que lo hacían Zade perdió, pese a que él le había enseñado a Gale como se juega el niño era quien se llevaba casi todas las victorias. Gale sonrió tímido mientras veía a su mayor, este le hizo una señal indicándole que se levantara, normalmente eso significaba que podía pedir un premio o que su madre lo quería cargar, hasta hace unos meses cada que Zade lo llamaba así Gale se sentaba en su regazo y se dejaba mimar con una sonrisa.

Pero de un tiempo para acá el niño se negaba a dejarse mimar por su madre, se levantó, pero no se acercó a su madre sino que tomó una posición recta todavía frente a él.

El omega que esperaba que como siempre el niño se acercara un poco él y poder palmear su cabeza, abrazarlo o cargarlo, dejó salir un suspiro silencioso.

—(Incluso Gale puede tener su etapa rebelde.) —Pensó para sí y luego se dio cuenta de que eso tampoco le molestaba, a aquel dulce pequeño, le permitiría lo que fuera, además eso era parte de su crecimiento también.

—Gale, recibí los reportes de tus maestros, todos son elogios para ti, estoy muy orgulloso de lo buen niño que eres.

—gracias mami.

—dime ¿que quieres como recompensa por tú excelente trabajo?, te daré lo que sea —solo cuando le hacían este tipo de preguntas, el niño se mostraba un poco menos rígido, después de pensar por unos segundos en los que jugaba con sus dedos, ante la mirada atenta de su madre se rindió y negó varias veces.

—yo... No quiero nada mami, gracias. —Zade lo conocía lo suficiente para saber que si quería algo, pero no quería decirle.

—es imposible que no quieras nada, entonces deja que mami adivine... Quieres ¿una mascota?, la última vez te dije que no tenías edad, pero creo que se puede considerar, incluso puedo invocar una criatura poderosa, te ayudará en muchos sentidos. —recibió una negativa por parte de su hijo.

—entonces ¿más dulces? Hay una nueva tienda y dicen que son deliciosos.

—pero las raciones que compraste en esa tienda siguen llegando cada mes y no he podido comerlos todos.

—supongo que me excedí con eso, (que vergüenza, estaba tan feliz porque parecía que le gustaban mucho) pero ¿de verdad no quieres nada?, si lo pides otro día no te lo daré. —sonrió cuando el pequeño pareció preocupado, sabía que Gale quería pedirle algo, pero siendo que casi siempre parecía tímido no le diría a menos que lo presione un poco.

—en...entonces yo... —jugaba con sus manitas más de lo habitual, su cabello plateado ondeaba mostrando lo perturbada que estaba su magia, y sus ojos se habían cristalizado mostrándose más brillantes y cautivadores, parecía que lloraría pronto.

Puede que Gale fuera solo un niño de 5 años, pero pensaba en cada mínimo detalle, y a veces era demasiado considerado con Zade, si sentía que su petición podía ocasionarle molestias no la diría.

Zade quería que fuera capaz de decirle lo que quería incluso si era algo egoísta o solo un capricho de Gale, los niños normalmente piden lo que desean y no piensan en cosas que solo los adultos deben pensar, quería que Gale fuera ese tipo de niño, caprichoso aunque sea un poco.

Por ello se decidió presionarlo para que le dijera, pero la escena que tenia en frente, fue tan irresistible que esbozó una sonrisa y abrió sus brazos dispuesto a consolar al pequeño.

—ven aquí —abrazó al niño y lo subió a su regazo dejando besos por toda su cara.

—perdón mami —mantuvo su mirada en sus manitas y volvió a disculparse, aunque se podía notar lo feliz que estaba por ser cargado por el mayor todavía se disculpaba.

—¿por qué te disculpas Gale? —ahora creía que no era una rebeldía de Gale su reciente actitud.

—es que aunque mami esta cansado y tiene que hacer muchas cosas también tiene que cuidar de mi, yo quería cuidarme solo para que mami no se enferme. —Zade abrazó al niño, ahora su actitud tenía sentido, por eso se ocupaba solo de su habitación, de bañarse vestirse y de hacer sus tareas, quería cuidarlo a él, estaba tan feliz.

—Gale, si no me dejas cuidarte si voy a enfermar, lo que más amo en este mundo es pasar tiempo contigo, abrazarte, mimarte, si no puedo hacer eso me pondré triste.

—yo no quiero que estés triste, pero la maestra dijo que los omegas no pueden...

—no le hagas caso a la maestra, incluso si estoy cansado cuando me abrazas me siento tan bien que podría seguir esforzándome un día más.

—entonces te abrazaré muchísimo para que nunca te enfermes —Zade disfrutaba del fuerte abrazo de su hijo.

—eres un niño muy bueno Gale, gracias por cuidarme, pero deja que yo también te cuide de vez en cuando.

—lo prometo mami.

—ahora dime ¿Qué deseas? —con una genuina y cálida sonrisa el niño dio un beso al omega y lo abrazó fuerte.

—yo quería mimar a mami —Zade lo abrazó de vuelta, pensando en que le diría a Nevae que cancele todos sus pendientes, pasaría ese día con su hijo.

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