CAPÍTULO 19

Su corazón quería salirse de su pecho. Ella no quería ilusionarse, estaba muy consciente de que tenía una deuda con Máximo y que él no dudará en cobrársela.

Por otra parte, Máximo también se sentía emocionado. Aunque sea difícil de creer, este era su primer beso. Por lo menos, el primero que le hacía sentir nervioso y emocionado a la vez.

Definitivamente, esa mujer lo inquietaba de una manera inexplicable.

Los dos corazones se quedaron latiendo el uno por el otro, un sentimiento de anhelo los embargó. En ese mismo momento, sin previa autorización de sus dueños, esos corazones se juntaron y se volvieron uno. Ellos se sindicalizaron y decidieron luchar contra el cerebro y la razón.

Ellos habían decidido amarse y punto.

Celina por primera vez tomó la almohada y ahogó un grito de emoción. Ella sentía que se había recargado de energía con ese accidental contacto.

Por su parte, Máximo caminó detrás de su hijo y tomaron un taxi, hasta el hotel.

Un silencio reinó en el auto. Máximo Jr. Iba mirando y acariciando una foto de su madre en su tablet y una lágrima rodó por su mejilla.

Máximo trató de ignorarlo, para darle su espacio, pero una vez más su corazón gobernaba su cuerpo. Él se acercó al pequeño y lo trajo hacia él, lo pego, había su pecho y acarició su cabello, pero más allá de calmarlo. El pequeño soltó el llanto que tenía retenido y Máximo continuó en silencio consolándolo.

A los pocos minutos llegaron al hotel y Máximo por primera vez cargó al pequeño en sus brazos.

En este momento, Máximo Jr. no quería ser un mini adulto, ni siquiera quería ser un niño genio. Él solo quería ser un niño llorón consentido por su padre y para su suerte este hombre estaba feliz de tenerlo en sus brazos como un bebé.

El pequeño rodeó el cuello de su padre con sus brazos y recostó su cabeza en el hombro de su coronel, de su héroe.

Ellos entraron en total silencio.

Después de entrar a la habitación, Máximo acostó al pequeño en la cama y lo dejó solo.

Y el pequeño se aferró a la almohada.

Máximo llegó a la pequeña cocina y encendió la estufa. Él siempre había jurado que cuando tuviera un hijo iba a acostumbrarlo igual. Era una costumbre de su padrino. Pues sí, Cristiano Santoro tenía esta costumbre y no solo eso, se la inculcó a cada uno de ellos, incluyendo al pequeño mafioso. Ahora él todas las noches prepara su delicioso platillo antes de dormir.

Entonces Máximo buscó una olla y la llenó de agua, después le agregó varias cucharadas de leche, de avena y de azúcar, también una rama de canela y lo comenzó a remover hasta que comenzó a hervir y a espesarse.

Después lo dejo reposar y mientras se acercó a la habitación y escuchó al pequeño hablando con su madre por videollamada. El corazón de Máximo no pudo disimular su emoción y se acercó al pequeño. Después, con disimulo, se asomó en la pantalla y le guiñó un ojo a la mujer.

Celina comenzó a tartamudear y Máximo se sonrió. En realidad, estaba muy complacido, de ver lo nerviosa que ella se ponía cuando lo tenía cerca.

El pequeño se despidió de su madre y Máximo le hizo señas de "adiós" con la mano.

Máximo Jr. inhaló el aroma y fijó la mirada en su padre y Máximo le sonrió.

—Si no fuese, porque es imposible, pensaría que eres mi hijo.

Máximo Jr. sintió su corazón romperse, pero no, se quedaría con la duda

—¿Imposible?

—Sí, bebé porque tú tienes seis años. Eso quiere decir que tus papás te hicieron hace 7 años aproximadamente y en ese tiempo yo tenía quince años.

A Máximo, por primera vez, le pesaba la mentira que le había dicho. Nada le gustaría más que tener a este grandulón como padre.

Este hombre era digno de admirar, este hombre era ese héroe que el tanto soñó. Ese que llegó a salvar a su madre y para llenar un inmenso vacío que él sentía en su corazón.

—Vamos, quiero enseñarte algo. —Le dijo Máximo al pequeño que después de hablar con su madre, ya no estaba tan triste.

El pequeño se levantó de la cama y le levantó los brazos para que su padre lo cargara.

Máximo soltó una pequeña risa y lo levantó para llevarlo hasta la cocina.

El pequeño se sorprendió al ver en la mesa. Dos platos servidos.

—Ya cenamos.

—Sí, pero esto. Es como un tetero y es para comerlo antes de dormir.

El pequeño Máximo frunció el ceño y se cruzó de brazos, antes de responder.

—Ya soy grande y no tomó tetero. No soy un bebé.

—Ja, ja, ja. Pues lo siento soldado. Tú eres mi hijo y esto es una tradición familiar. Pero no te preocupes, porque yo reaccioné igual, cuando mi padrino me lo ofreció por primera vez y ahora no puedo dormir si no me lo tomó.

—Be-bé —le susurró Máximo Jr. y su padre le sonrió, pero su postura no era negociable. 

Entonces el pequeño se sentó y comenzó a probar la avena con una expresión de desconfianza. Pero después de la segunda cucharada, comenzó a comerla más rápido y Máximo le tomó una foto y la guardó en su teléfono.

—Estaba delicioso. Gracias

Máximo solo asintió y terminó de comer lo que quedaba en su plato.

Después de terminar, los dos se fueron a lavar los dientes y después se acostaron a dormir.

Máximo se acostó en la cama matrimonial y guio al pequeño para la cama individual. Pero el pequeño no quería dormir solo y le daba vergüenza decirle a su coronel. Entonces se acostó y comenzó a moverse de un lado al otro.

Máximo tampoco había logrado dormirse. Al parecer su sentido sobre protector estaba en su máximo nivel. Entonces se sentó en la cama y fijó su mirada en el pequeño, que estaba aferrado a su almohada.

—¡Hey! Koala. ¿Quieres dormir conmigo?

El pequeño apenas lo escuchó, ni siquiera le respondió. Él se levantó a oscuras y con su almohada y su cobertor se mudó a la cama de su padre.

Ellos se acostaron muy cerca, hasta que el pequeño se acurrucó a su lado y se quedó dormido.

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Comments

Karina Vazquez Gonzalez

Karina Vazquez Gonzalez

hay hermoso el sin saber que es su hijo lo esta protegiendo y guiando para que no se sienta solo ..me encnata esta novela está llena de emociones encontradas...excelente escritora aunque no me leas me gustan mucho tus novelas y siempre te sigo ..no soy la primera en leer porque tengo compromisos pero me doy mi tiempo para tomar la lectura e ir siguiendo tus novelas ..y de verdad que me llegan el corazón..muy bella novela muchas felicidades

2024-03-14

96

Anonymous

Anonymous

se está encariñado mucho con el sin saber que es su hijo

2024-05-11

0

Mary Sanchez

Mary Sanchez

ami me fascina hermosa ,linda emocionante,gracias por tantoy grandes bendiciones parati un gran abrazo

2024-05-04

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