CAPÍTULO 16

—¿A qué te refieres? ¿Vas a creer en los juegos de un niño de dos años?

—¿De dos años? Ese pequeño es más que eso. Además, no te hagas la tonta. Sabes bien que ese hombre es el padre del niño. Hasta se llama igual que él. Sin mencionar que parece un clon del pequeño. —le dijo Fausto, algo molesto.

Celina entendió que no podía seguir callando la verdad. Y que necesitará de su amigo, para mantener la farsa.

Ella había sentido el desprecio de su padre biológico y jamás se arriesgará a qué su hijo pase por lo mismo. Además, Máximo Santibáñez estaba mostrando la grandeza de su poder y claramente queda evidenciado que con solo hacer una llamada telefónica, podía quitarle a su pequeño y ella en este momento no puede impedirlo.

Entonces la verdad saldrá a la luz, pero más adelante. Por lo menos, si algo le pasaba, Fausto le diría la verdad a Máximo y su pequeño se quedará con su verdadero padre.

Ella soltó el aire que tenía retenido y asintió con la cabeza.

—Sí, es su padre. Pero yo no lo busqué, por capricho del destino. Me desmayé en el aeropuerto y él me ayudó.

—Claro y como la sangre es la sangre. Se quedó al lado de su hijo, haciéndola de buen samaritano. —le expresó Fausto con un tono de molestia.

—¿Te molesta? —le preguntó Celina.

—No, me alegra por ustedes. Gracias a ese hombre tienes grandes oportunidades de vivir y mi ahijado tiene a su lado el héroe que tanto anheló. Pero tengo una pregunta atorada aquí —le dijo Fausto señalándose la garganta con su mano.

—¿Quieres saber si lo amo? ¿Estás celoso?

Fausto asintió y Celina negó con la cabeza y soltó una pequeña risa.

—Por Dios Fausto. ¿Tú has visto a ese hombre? No seas ridículo, soy una enferma terminal. El único loco que quiere estar a mi lado eres tú y creo que ahora que este tratamiento me termine de degradar vas a terminar desistiendo de esa idea. Además, mi última gota de energía la usaré para amar a mi hijo.

—No te expreses así. Tú eres una mujer hermosa, valiente y muy valiosa. Cualquier hombre puede amarte.

—Sí, tú me amas porque me conociste antes y tienes la esperanza de que pueda volver a ser esa mujer hermosa. Pero ni siquiera tú, sabes si eso puede ser.

Fausto iba a volver a responder, pero unos golpes en la puerta lo hicieron callar.

—¡¡Mami!! Te compramos una sopa de pollo y un jugo natural. Eso sí, lo puede comer. ¿Verdad padrino?

Fausto asintió y Máximo se acercó con la pequeña bandeja en sus manos.

Su mirada se conectó con la de Celina y ella no pudo evitar sonreírse y bajar la mirada.

Máximo Jr. ayudó a su madre a poner la sopa en la mesa y a sentarse para que pudiera comer.

Celina sintió el olor de la comida y su estómago gruñó.

Ella se sintió avergonzada y su pequeño le dio un beso en la mejilla, para desviar la atención.

Entonces, Celina comenzó a comer y Fausto se levantó y se acercó a la puerta y fijó su mirada en el pequeño.

—Max, acompáñame a mi nuevo consultorio, quiero que me ayudes a instalar mi nueva computadora.

El pequeño se levantó y volvió a besar la mejilla de su madre. Mientras Celina miraba fijamente a Fausto. Ella entendía perfectamente la intención de su amigo.

Máximo, por su parte, se sintió nervioso al ver que se quedaría solo con ella.

Pero ya no había manera de evitarlo. El pequeño cerró la puerta y Fausto lo guio hacia el largo pasillo.

Mientras que el silencio reinó en la habitación. Celina estaba paralizada. Ella en sus sueños había vivido muchas veces este momento, pero su apariencia no era tan deplorable como ahora y su situación no era tan desesperada. Ella necesita asegurar el futuro de su pequeño y poder dedicarse a su recuperación.

Máximo estaba sentado con sus manos entrelazadas y su mirada estaba fija en sus dedos.

Celina tenía su mirada fija en él y una sonrisa se dibujó en su rostro, para ella era muy fácil leer los gestos de este hombre. Era como tener una versión gigante de su pequeño.

Entonces ella rompió el silencio.

—Muchas gracias, por todo lo que has hecho. No tengo como pagarte, pero estaré agradecida de por vida y quiero pedirte otro favor.

Máximo estaba perdido en sus pensamientos. Estaba tratando de recordar de dónde conocía a esta mujer.

Pero no podía ser maleducado y debía estar atento en la conversación.

Máximo levantó su mirada y la observó, mientras se levantaba firme y caminaba hacia ella.

—No tienes nada que agradecer. En realidad, el agradecido soy yo. Nuestro hijo es un niño grandioso y me divierto mucho con él. Me imagino que debes estar muy orgullosa de él.

Ahora la que estaba petrificada era Celina, que tenía una frase que se le repetía como un eco.

"Nuestro hijo" "nuestro hijo"

Esas palabras eran las más hermosas que habían podido salir de esos sexys labios.

Máximo se sonrió al ver a Celina verlo descaradamente a los labios y morderse los de ella.

Entonces Celina se sonrojó al sentirse descubierta. Ella se sentía muy avergonzada por su actitud, pero lo hizo inconscientemente.

Ella era una mujer enferma, pero no podía evitar emocionarse por la presencia de este hombre que se había metido en su corazón desde el primer día que lo conoció.

Pero no debía perder el tiempo en estupideces, pronto su hijo regresaría y ella debía arreglar todo antes de que él llegara.

Entonces tomó un poco de aire y comenzó a hablar.

—Yo sé, que me prometiste cuidar de mi pequeño si yo moría, pero necesito tu ayuda ahora. El doctor dice que estaré dos años aquí y aunque jamás me he separado de mi pequeño. Pero, él no puede quedarse aquí. Y mi padre está algo mayor para cuidar un niño tan travieso y enérgico como él.

Máximo no pudo evitar sonreír al imaginarse a su pequeño haciéndole travesuras a su abuelo.

—Yo puedo arreglar eso, pero prefiero que él viva conmigo, mientras tanto. Pero te confieso que mi trabajo es muy demandante. Puedo llevarlo conmigo a Italia y dejarlo con mis padres o puedo alquilar un departamento aquí cerca y dejarlo con una niñera que lo traiga a verte todos los días. Él estará cerca de ti y yo vendré a verlo dos veces al mes. ¿Qué dices?

Celina sintió su corazón romperse. No podía creer que tuviese que elegir entre dos maneras de alejarse de su pequeño. Pero le quedaban pocos minutos y entonces ella eligió la opción dos.

—Prefiero la segunda opción y no solo por mí, sino porque conozco a mi hijo y sé que no aceptará alejarse de mí.

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Comments

Dolores Hernandez

Dolores Hernandez

hay Erumed por lo que se dos años es mucho tiempo tiempo que el doctor Fausto va a tener para poder enamorar a celina pues el se ve y no quita el dedo del renglón ahora falta ver si celi quiere ser enamorada más bien ella quiere ser amada pues es un sentimiento que ella no a sentido de prácticamente nadie solo de su pequeño maxi bebé solo ese inocente amor a conocido ella en su vida de ahí más nadie así que ahora el doctor Fausto sería una buena opción pero no sé trata de una opción si no de un verdadero amor y ella creo cuando conoció a máximo ella quedó prendada de él es por eso que su opción fue tener un hijo de el hombre que le gustó y que sin saber se enamoro de el así que creo y máximo está ya en ese corazón y el doctor no tiene chance con ella ahora creo y máximo será por lo pronto el papá sustituto de maxi bebé asta que geno descubra la verdad sobre su primer y querido nieto gracias linda muchas gracias me da gusto ver cómo a celi las cosas le están cambiando tu genialidad expuesta y plasmada en esta nueva historia gracias mucho éxito y bendiciones el universo de ellas para ti gracias 👌👍👏👏👏👏👏🙏😘

2024-03-11

77

Anonymous

Anonymous

maravillosa /Smile/

2024-05-11

0

silvia

silvia

Y si di nuestro por q en verdad es tuyo

2024-05-06

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