Humillar

Al entrar a la ciudad Mendoza Osmara miró a Arick.

- Llegamos a la ciudad, ¿en qué lugar te dejo?.

- Sería mucha molestia que me dejaras en un hotel.

- No, ¿pero a qué hotel?

- Uno que tú me recomiendes, no conozco y tú si.

- Yo me quedo en el hotel Real, la comida es buena.

- Entonces ahí, por favor.

Osmara estacionó la camioneta en el estacionamiento del hotel.

Ambos bajaron del auto con sus maletas, Arick le dijo que le agradecía todo y saco unos billetes de su billetera, Osmara cuando vio el dinero le dijo que ella no necesitaba que el pagará por el favor. Arick vio la molestia en el rostro de Osmara.

- No quería ofenderte, solo que no se cómo agradecerte por todo.

- Un simple gracias, a veces no todo se arregla con dinero, dijo entrando al hotel.

En recepción le entregaron las llaves a Osmara, ella se acercó a Arick.

- Un gusto conocerte Arick, espero que todo te resulte bien, adiós.

- Gracias, dijo el agradecido.

Arick se acercó a la recepción y pedía la habitación más cara, el quería un buen lugar para descansar después de pasar por tanto.

La joven de la recepción le entrego una tarjeta para abrir la puerta de la habitación, le dijo que en el piso solo habían dos habitaciones. El tenía la número dos.

Subió a su habitación se quitó la ropa y se ducho, le marco a Verónica para avisarle que ya estaba en ciudad Mendoza pero ella no le contesto. Le mando un mensaje dándole el nombre del hotel y diciéndole que la extrañaba, que deseaba verla pronto. También le aviso a su amigo que ya estaba en ciudad Mendoza y que le diera la nueva dirección a su chófer para que lo recogiera.

Cansado del viaje, se recostó en la cama y se quedó dormido.

El grito de unas mujeres en el pasillo hizo que se despertara, de pronto la voz de Verónica se hizo presente, el abrió la puerta de la habitación miró a Verónica discutiendo con Osmara.

Osmara la empujó, Verónica iba a darle una cachetada cuando Arick tomó su mano.

- ¡Veronica cálmate!, dijo mirando a Verónica asombrado.

- ¡bebí!, esta mujer me llamo zorra, me dijo que soy una cualquiera, lloraba Verónica.

El miró molesto a Osmara.

- Ella tocó a mi puerta y cuando la abrí estaba en ropa interior y con los pechos al aire. Me reclamo pensando que yo estaba con su prometido, yo le dije que no sabía de qué hablaba y ...

Veronica la interrumpió.

- Me equivoqué estúpida, vamos a tu habitación bebí, no quiero ver el rostro de esta granjera.

- ¡granjera!, grito enojada Osmara.

Osmara trato de acercarse a Verónica para darle un golpe, pero Arick rápido jalo a Verónica para que ella entrara a la habitación y cerro la puerta.

Sabía que Osmara iba hacer pedazos a Verónica.

Veronica estaba enojada y gritaba como loca insultando a Osmara.

- ¡Ya basta Verónica!, decía Arick abrazándola.

- Habla a la recepción, pide que la corran bebí, quiero humillarla.

- No, puedes solo ignorar a esa mujer, no quiero perder el tiempo, quiero estar contigo.

Arick metió sus manos bajo la gabardina que tapaba el cuerpo de Verónica y acariciaba su piel mientras besaba su cuello con deseo.

- ¡No!, ¡quiero que la saquen de aquí, quiero que pagues para que la corran!, decía molesta.

- por favor Vero, olvídalo. El la besaba en los labios.

- ¡¿No vas a hacer lo que yo digo?!, dijo enojada.

- Viaje desde lejos para estar contigo amor, te extrañe, seguía besando el cuello de Verónica tratando de encenderla pero ella lo empujó.

- ¡Pensé que por fin ibas a hacer algo por mi!, pero ya me di cuenta que no me amas.

- Vero solo fue un malentendido, esa mujer estaba en su habitación, era lógico que se asustara de ver a una hermosa mujer semidesnuda en su puerta.

- ¡quiero que la humilles!, gritaba histérica.

- ¡no!, dijo enojado Arick.

- ¡Entonces no vuelvas a buscarme!, no pienso estar al lado de un hombre que no me defiende, ¡tu no me amas!.

- te amo, pero no voy a humillar a Osmara, ella me ayudó a llegar aquí.

- ¿Osmara?, ¡sabes su nombre y la conoces!, dijo furiosa Verónica.

- Ella me trajo a ciudad Mendoza, para que yo pudiera estar contigo.

- ¡Esa bruja me humilló y tú no quieres humillarla por qué te trajo!, entonces si es solo una empleada tuya, más a mi favor ¡humillala!, gritaba Verónica.

Arick miró a Verónica y coloco sus manos en su rostro, siempre era lo mismo con Verónica sus berrinches ya lo tenían cansado.

- ¡Si tú no la humillas Arick, me largo!, le gritó Verónica enojada.

- Arick se acercó a la pequeña barra de bebidas, abrió una pequeña botella de whisky y bebió.

Veronica comenzó a gritar de rabia y tiro un florero que se encontraba cerca de ella.

- ¡No vuelvas a buscarme!, le gritó y se marchó enojada.

Arick tenía un dolor de cabeza insoportable, tomó todas las pequeñas botellas del refrigerador pero la cabeza estaba apunto de reventarle.

Decidió bajar al bar del hotel, estaba furioso, lo que pensó que acabaría en un día lleno de sexo y pasión, solo se volvió un dolor de huevos.

En su mente las palabras de su amigo Luca se hacían presentes, sabía que le diría te lo dije.

Pensaba en todo lo que este viaje le trajo, perdió dinero y un auto muy costoso. Siempre era lo mismo con Verónica, siempre tenía que hacerse lo que ella quería o comenzaba a romper todo lo que encontrara a su paso.

Se terminó una botella, hizo señas al mesero para qué le proporcionará otra.

Le sirvieron un trago y unos pequeños aperitivos, él miraba la botella sabía que tenía que dejarlo, pero solo el alcohol podía ayudarlo a no sentirse estúpido.

Paso todo el día metido en el bar, el mesero le dijo que ya era hora de cerrar, se levantó con dificultad, le dejo todos sus billetes al mesero y salió caminando lento, su cuerpo se tambaleaba de un lado a otro.

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