Es hermosa

Emma, que toda su vida, fue una mujer inteligente, la cual, supo manejar a la perfección todas sus emociones. Ahora se dejó llevar por el impulso y la rabia.

Desde que vio a Elizabeth se sintió frustrada. El parecido de la chica con su madre era demasiado.

Los recuerdos venían a su cabeza. Esa manera en que Jimena sonreía, y su carácter explosivo. Fue algo que Emma odiaba de ella.

_______ Vaya que te he subestimado. Niña estúpida.

..._______ Lo qué no sabes, querida Elizabeth, es la sorpresa que ya he planeado para ti. Pronto te sacaré otra vez de la vida de José, como saque a tu madre y a ti, hace años atrás. ______ Murmuró para ella misma Emma....

Fingiendo estar arrepentida. Emma volteó a ver a Elizabeth. Dejó caer sus lágrimas, y dijo, utilizando una voz rota.

________ Te pido una disculpa. Nunca debí haberte hablado como lo hice. Tampoco debí haberme dejado llegar por los impulsos y confesarte que Diana es tu hermana. Sé que ha sido un golpe emocional muy fuerte para ti.

Una línea fina apareció en los labios de Elizabeth. Podía ver la falsedad en los ojos de Emma. Ella estaba muy lejos de ser su padre, y cualquier otra persona que creyera en Emma.

Por años sufrió la ausencia de su padre. Fue abandonada en un internado por ocho largos años. Diez, Navidades, las paso sola. Sin que nadie le diera un abrazo.

En no tener con quién hablar de las cosas que le sucedieron, convirtieron a Elizabeth en una chica dura.

Se dio cuenta de que sobraba en la familia que su padre había construido con su actual esposa Emma.

_______ No, te creo nada... Puedes engañar a mi padre. Pero a mí, no.

______ No sé, a lo que juegas, y la verdad no me importa. Pero, ten en cuanta de que no me voy a dejar pisotear por ti ni por nadie.

_____ Ahora sal de mi habitación. No quiero verte cerca de mí. No quiero ver tu cara, y tampoco quiero ver la cara de Diana. Ambas se me hacen repugnantes.

Emma se tuvo que tragar su coraje y caminar fuera de la recámara. Elizabeth se dejó caer encima de la cama, llevando sus manos a su rostro.

Jamás se imaginó que a su regreso se llevaría tantas sorpresas. Y enfrentarse a su madrastra de esta manera. Reconoció que ya no era la misma niña, la cual, Emma podía manejar.

Socorro, al ser testigo de todo, sintió mucha lástima por Elizabeth. Lo peor era que no podía hacer nada para protegerla; ella solo era una sirvienta más en esa lujosa mansión.

______ Niña, ve a otra habitación, para que descanses. Te notas muy cansada, deberías darte un baño y dormir un poco. El viaje fui muy largo; mañana será otro día.

Elizabeth levantó la mirada. Lo menos que deseaba ahora era descansar y permitir que Emma y Diana continuarán haciendo de las suyas.

_______ No, Socorro. Me voy a arreglar y bajaré al salón. Quiero saber a honor a qué es la fiesta.

Socorro abrió enormemente los ojos. Quiso decir algo, pero, Elizabeth ya no se lo permitió. Estaba decidida a tomar el lugar que le corresponde en esa familia.

______ Vete, nana. Quiero estar sola... _____ Ordenó Elizabeth.

Socorro bajó su cabeza. Elizabeth era igual de testaruda que su madre. No solamente, heredó su belleza, sino que también el carácter rebelde y fuerte.

Socorro, solo esperaba que eso no le causara el mismo final que su madre Jimena. Al poco tiempo la mujer salió de la habitación de Elizabeth.

La chica se quedó en total silencio. Miles de recuerdos invadieron su mente, esa habitación fue testigo de todo el amor que su madre me dio por muchos años.

Jimena era una mujer muy fuerte. La cual, jamás perdonaría la infidelidad de su esposo. Al saber que José tuvo una larga aventura con su prima Emma, ella le pidió el divorcio.

Sin embargo, eso solo dañaría la imagen de sus empresas. José habló con Jimena y le propuso en trato, como era de esperarse, Jimena no acepto y le pidió el divorcio a José. A los pocos días, ella sufrió en terrible accidente que le arrebato la vida. Dejando a su pequeña hija en manos de su esposo José.

Elisabeth abrió su maleta, escogió un vestido muy revelador, con el que pensaba llamar la atención de todos los invitados a la fiesta.

Elizabeth lo dejó encima de la cama. Sacó maquillaje, y algunas cosas de uso personal. Al dejar todo acomodado, fue al baño, se dio una ducha rápida. Al salir, la habitación ya estaba limpia.

La chica seca su cabello, luego maquilló su rostro, resaltando sus facciones, y dándole un toque final a sus labios. Dejó que su cabello cayera por su espalda y hombros.

En el salón. Los invitados se comenzaron a preguntar sobre la ausencia de los anfitriones. Solamente, Diana se encontraba atendiendo, mientras que Emma y José, brillaban por su ausencia.

_______ Parece que te han dejado sola. ____ Una de las amigas de Diana comento.

______ No. Debes estar arriba, dándome la bienvenida a Elizabeth.

______ ¿Tu hermanita regresó? Eso sí que es una noticia. ¿Dime es igual de hermosa que tú?

_______ No digas estupideces, Evelyn. Elizabeth es muy inferior a mí. Mírame, no hay mujer que pueda competir con mi belleza. He ganado varios premios, y en la escuela siempre fui considerada la chica más bella. ______ Contestó Diana molesta.

_______ Ok. Yo solo decía. No era para que lo tomara así.

______ Mira ese hombre. No, es guapísimo. ____ Diana puso sus ojos, en Mario.

_______ Olvídate de ese hombre.

______ Es mucho mayor que nosotras. Ese tipo de hombres, buscan mujeres diez años mayor que nosotras. _____ Comentó Evelyn.

_______ Ningún hombre se ha resistido a mi belleza. Ve, como me llevo a la cama a este Bombón. ______ Dijo, Diana muy segura de ella misma.

Diana caminó a donde estaba Mario hablando con unos hombres. Ella tomó dos copas de champán. Cuando estaba por llegar a donde está Mario, todos voltearon a ver a la mujer que bajaba más escaleras.

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