Max:
Con el dinero obtenido de su decisión en RoboTech, Max logró mejorar significativamente las condiciones de vida para él y su madre, Priscila. Se mudaron a un lugar más amplio y cómodo, lejos de las angustias y limitaciones económicas anteriores.
Una tarde, al llegar a su nuevo hogar, Max encontró a su madre emocionada, explorando cada rincón del lugar. Priscila, con los ojos llenos de gratitud, abrazó a su hijo.
—Max, no sé cómo agradecerte por todo lo que has hecho por nosotros. Este lugar es maravilloso, estoy orgullosa de ti mi pequeño.
Él sonrió, sintiéndose aliviado por ver a su madre feliz. —Mamá primero no soy un niño y segundo mereces lo mejor. Todo lo hice por ti —dijo con convicción.
Su madre soltó una pequeña risa y acarició su mejilla. —Para mi siempre serás mi pequeño.
Estas palabras inflaron más el corazón de Max y a pesar del peso en su interior por las decisiones que lo habían traído hasta aquí, supo que había tomado el mejor camino por su madre, la mujer que le dio la vida y seguramente apostaba, la única persona que amaría en este mundo.
...Priscila...
La mejoría en su situación le permitió enfocarse más en su madre y en construir un futuro estable para ambos. Sin embargo, su vida no tardó en ser interrumpida por la llegada de viejos amigos, quienes escucharon sobre su nueva situación.
"¡Vaya que las noticias volaban!", pensó Max.
Esa noche, varios amigos de Max, entre estos Scott, su gran amigo de escuela e incluso Electra, una chica que siempre lo vio más allá de la amistad, se presentaron en su puerta para celebrar sus éxitos.
...Electra...
Electra, con ojos brillantes y una sonrisa coqueta, abrazó a Max efusivamente. —¡Max! ¡Estoy tan emocionada por ti! Has cambiado tanto. —Exclamó ella, mirándolo con admiración.
Él sintiéndose incómodo con la atención, respondió modestamente y logró zafarse de ella. —Gracias Electra, solo estoy tratando de hacer lo mejor para mi mamá, ya lo sabes.
—Por supuesto que si, el hijo de mami —dijo en broma Scott echándole un brazo alrededor de sus hombros como en los viejos tiempos.
Hace unos minutos, Max se había molestado por la intromisión de sus amigos, no estaba de humor para una fiesta social, pero viendo a Scott tan animado y feliz por él, su perspectiva cambio.
Max pensaba bromear con su amigo pero su madre se le adelantó. —Scott no te metas con mi hijo o no te daré de mi delicioso pastel —dijo ella trayendo una bandeja con el aperitivo para sus amigos. Una comida que no se habían podido permitir nunca en su vida pero que ahora era posible.
Scott levantó sus manos rindiéndose y le dio una sonrisa pícara a la mujer mayor. —Esta bien señora Priscila, tregua pero después del postre volveré a molestar a su hijo.
Su madre negó con una sonrisa cariñosa y les sirvió de buena gana el pastel, como una mamá gallina que alimenta a sus polluelos. Priscila siempre habia sido una mujer de buen corazón, era la heroína de Max y de sus amigos, en el pasado cuando tenían sus estómagos vacíos, ella siempre había sido la salvadora de todos.
A medida que la noche avanzaba, la alegría y el bullicio llenaron el hogar de Max. Los amigos disfrutaban de su compañía, pero Electra siempre buscaba momentos a solas con él.
Hasta que llego el momento tan esperado. Ella se acercó a Max quién se encontraba observando los altos rascacielos de Neotech City desde la ventana de su nuevo hogar.
Electra se sintió un poco nerviosa y la razón era obvia, ella siempre había estado enamorada de Max para que negarlo, él era como un príncipe azul en medio de toda esta bandada de sapos que imperaba a su alrededor, exceptuando a sus amigos claro, ellos solo eran agradables para ella, eran como sus hermanos. Mientras que Max era diferente, siempre fue bueno con ella, gentil y respetuoso, "demasiado respetuoso", pensó Electra, jamás se había propasado con ella y esto le hizo ganar más su corazón.
—Hola —dijo Electra metiendo sus manos en los bolsillos de sus jeans desgastados, una pose que sin duda la haría ver confiada y no demostrar los nervios que sentía.
Max se dio la vuelta y le dio una sonrisa encantadora que hacía vibrar el corazón de la chica. —Electra, ¿como estas? —Pregunto Max con amabilidad.
—Bien gracias por preguntar, Max escucha, quiero hablar contigo —dijo ella acercándose más a su espacio personal.
—Esta bien. —Respondió él no muy convencido de haberle dado cabida para que le expresara sus sentimientos.
La chica respiró profundo y se preparó para el momento que soñó toda su vida. En este momento Electra se sentía como una adolescente.
—Max, siempre supe que eras especial y ahora con todo esto que has hecho por tu madre, eres como un héroe para ella y también para mi, esto me conmueve profundamente. —Ella se detuvo y Max no quería escuchar el resto pero Electra continuó—. Ya sabes, conseguí un trabajo y sé que antes no aceptabas relaciones con mujeres por tu situación económica pero eso ha cambiado. Los dos estamos prosperando y ....
Él la observó con pesar, ella era hermosa pero no llenaba su corazon. —Electra... —Intentó detenerla.
Pero esta chica era terca y fuerte, ella siempre se había caracterizado por ser valiente y una mujer que no le temía a nada, era apasionada, determinada y nada la detendría, hoy conseguiría el sí que tanto había esperado de Max.
—Solo escucha Max, me gustas mucho y tal vez ya te has dado cuenta, ya sabes podríamos ser algo más que amigos —le dijo ella con una mirada sugerente posando una de sus manos en el pecho fornido de él.
Max suspiró y se alejó de ella, en este momento se sentía que podría romper el corazón de esta mujer. Electra aparentaba ante todos ser dura como el metal de muchos de los robots de esta ciudad pero en el interior había una vulnerabilidad y una compasión que solo él había podido ver. Siempre se mostró amable con él y ahora Max iba a cambiar eso y se sentía como el peor hombre por no corresponder a sus sentimientos.
—Electra, eres una amiga y una mujer increíble, pero mi enfoque está en mi madre y asegurarme de que tengamos una vida estable. No estoy buscando una relación en este momento. Lo siento. —Max pronunció las palabras con dolor al ver la expresión de ella.
Electra no espero un rechazo tan rápido, pero acepto que el único enfoque de Max estaba en su madre y se sintió decepcionada porqué él no le permitiera quedarse aunque sea en un rinconcito de su corazón.
Ella asintió comprensiva. —Entiendo Max pero siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase —dijo ella sin poder librarse tan fácil del amor platónico que sentia por él.
Max se sintió entre aliviado porque no perdió a una gran amiga, como también con un malestar en su pecho por haberle hecho daño a esta mujer, pero aceptaba que siempre era mejor ser directo para evitar corazones malheridos en un futuro.
A lo largo de la noche, los amigos compartieron risas, historias y un brindis por el éxito de Max. Sin embargo, para él, la sombra de la compleja red de decisiones que había tejido en Robotech aún flotaba en el aire.
La mejora en la vida de Max no solo trajo beneficios materiales, sino también preguntas sobre las conexiones humanas. Mientras sus amigos celebraban a su alrededor, Max se encontraba en las nubes pensando sobre la dualidad entre la tecnología y la autenticidad, preguntándose si alguna vez encontraría una conexión real en este mundo de vínculos artificiales.
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Comments
Mariannys Benítez 🇻🇪
hola! 👋🏻 muy interesante la temática felicidades
2024-02-24
1
La Caperucita del lobo🌙
Esta si tiene cara de antagonista. La tendrás difícil Aria
2024-02-22
2
La Caperucita del lobo🌙
Linda la señora
2024-02-22
1