... Por la noche, Maritza lo ayuda a quitarse la ropa, luego a sentarse en la cama. Eliseo pesa mucho y sin querer cae sobre el.
— Lo siento. — Ella hace señas. Eliseo toma su rostro.
— Besame. — Maritza obedece nerviosa. Elíseo ahora no tiene ánimo, pero después de recibir un beso de ella, su ánimo parece estar volviendo. El quiere hacerla suya, pero no sabe cómo, así que se detiene. — ayúdame a poner la pijama.
— Maritza va por ella y se la coloca.
— Cámbiate y ven a dormir. — Ella asiente.
... Días después. El está de mal humor, desde que volvió del hospital no ha podido estar con Maritza, y eso lo frustra. Dalia es testigo de su amargura, y quienes pagan las consecuencias son ella, su hermana y cuñada, eso la cansa, le pide unos minutos.
— ¿Qué me vas a decir ahora?
— Si eres tan infeliz, no te desquites con nosotras. Deja que Maritza se vaya.
— Qué no. Y ya deja de meterte en eso. — Eliseo avienta lo primero que encuentra. Dalia se hace a un lado para evitar ser golpeada. — Ella es mi esposa. Yo la compré para mí.
— ¿Cómo puedes hablar así de tranquilo?Tienes dos hermanas. ¿Qué pasaría si alguien quisiera comprarnos? ¿Nos vendrías acaso?
— Tú eres una Lazcano.
— También soy una mujer, una mujer igual a Maritza.
— No. Tú eres mi hermana, a ti nadie te hará daño, nunca.
— Por qué yo jamás lo voy a permitir. Yo tengo todo para defenderme. En cambio Maritza no tiene nada, ni familia, ni dinero y mucho menos carácter para ponerte en tu lugar. Tú te aprovechas de eso. Pero no puedes tratar a Maritza cómo si fuera un objeto. Has hecho eso por casi tres años. Ya déjala en paz.
— No te metas.
— En cuatro meses cumpliré los 18. Recibiré la fortuna que mamá me dejó, y con eso no sólo pagaré mi carrera, también la de Maritza.
— Harás eso, únicamente si yo lo permito.
— ¿Qué vas a hacer para evitarlo?
— No voy a dejar que salga.
— La has tenido encerrada desde que se casaron, por favor, dale un poco de libertad.
— Ya te dije que no. ¿Cuánto más debo tener está discusión contigo?
— Hasta que recapacites. Tú podrías ser feliz si te esforzaras un poco. Es lo único que necesitas. — Dalia sale del despacho.
... Por la noche, Elíseo entra a su habitación, ahora duermen en la parte de abajo.
"¿Te ayudo a cambiarte?" — Escribe Maritza.
— Si. — Ella se acerca a Elíseo, le saca la camisa y lo ayuda a entrar en la cama para quitarle el pantalón. Elíseo se recorre para atrás con la fuerza de sus brazos, ella va por la pijama y cuando intenta ponérsela el la besa. Maritza corresponde, está vez no está nerviosa. Elíseo le saca la blusa, besa sus senos y los ch*pa. Ella respira nerviosa, el vuelve sus labios a los de ella y continúa con un beso largo y apasionado, que los hace arder en deseó, pero ninguno sabe cómo continuar, El está acostumbrado a someterla siempre, y ella acostumbrada a ser sometida, es la única manera que conocen para estar juntos, sin embargo, por la condición en que el se encuentra, no puede hacerlo. — Siéntate encima de mi. — Maritza lo hace, ahora se pone aún más nerviosa, pues hay algo dur* tocando su parte íntima sobre la ropa. — Desnúdate. — Ella nuevamente obedece, al quedar desnuda, se vuelve una con Eliseo, ambos experimentan una sensación agradable y placentera, Elíseo toma las caderas de su esposa y la mueve de arriba a bajo, no se detienen hasta llenarse del otro. Ambos quedan agotados. En especial ella. Elíseo quiere besarla, pero teme ser rechazado, igualmente se arriesga y la besa. Maritza le corresponde y hace el beso más profundo, cosa que los lleva a tener otra ronda de sexo.
A la mañana siguiente, Dalia y Elisa esperan en el comedor, ambas tienen hambre, así que piden que sirvan el desayuno.
... Unos minutos después, Maritza se despierta en los brazos de Eliseo, el le roba un beso que es correspondido.
— ¿Por qué haces ésto? — Pregunta el ante su cambió de actitud.
"Por mi culpa tienes que usar esa silla" — Responde ella, eso no es lo que a él le hubiera gustado leer. Pero se va a aprovechar de la culpa que ella siente.
... Dalia vuelve a casa, ella ve a Elíseo de mejor humor que otros días. Aunque no pregunta a nadie por ese cambio. Las semanas pasan y en una ocasión entra a la habitación de su hermano, lo ve de pie dando pasos pequeños y temblorosos.
— ¿Puedes caminar? — Elíseo cae al suelo por el susto. Dalia se apresura a ayudarlo.
— ¿Por qué no tocas la puerta?
— Lo siento. Me emocioné.
— Ni una palabra a nadie.
— Pero Mari debe saberlo.
— Ella menos que nadie puede saberlo.
— ¿Por qué?
— Dalia, no te voy a dar explicaciones. Quiero discreción.
— Está bien. — Ella supone que le dirá una vez que pueda caminar a la perfección, sin embargo las semanas continúan pasando y el sigue ocultando que puede caminar.
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Updated 43 Episodes
Comments
Lisbeth Valbuena
este miserable está enamorado de Maritza pero su familia no le.enseño a amar, ni a darse cariño, por eso trata a.las patada a la.pobre 🤷🏻 😒
2025-02-01
3
C Matacruz
Elíseo está enamorado pero como no les enseñaron lo que es el amor el cariño no sabe cómo expresarse y ahora sí queda embarazada la Maritza ☺️🙂😆😵💫🤪🤔😀😁🙃😜😱🤨😃😝😄😲😛😊😏
2025-01-09
0
Elizabeth Moreno
creo que eliseo esta enamorado
2024-08-20
2