La Rechazada Por Su Manada

La Rechazada Por Su Manada

Hija de Traidores

Alana Evans:

Estoy cansada de mi vida en esta manada ya que la mayoría se han asegurado de que no olvide cuál es mi realidad. Mis padres fueron los responsables de que nuestro alfa hubiera muerto, eso obligó a su hijo a tomar responsabilidades desde muy joven y a que su luna se hiciera cargo de todo.

Elisabeth ha sido una luna muy gentil, amorosa y compasiva, todos la adoran, sin duda la guía que ella ha impuesto permitirá que Axel llegué a ser un excelente alfa. Hoy es un día muy especial en nuestro clan, ya que Axel recibirá oficialmente la sería responsabilidad de ser el alfa de la manada, todos lo han esperado por mucho tiempo, y es tan significativo aquello que se hizo el llamado a otras manadas de que nuestro alfa del clan de Ojos Rojos recibirá su nombramiento oficial, vendrán además los poderosos clanes de Sombra oscura, y el misterioso clan de Lomo plateado, todos parecen impacientes por este esperado acontecimiento.

- Asegúrate de arreglar bien todo para esta noche, sucia traidora_ dijo una de las omegas que estaba a cargo de organizar la puesta de escena para la ocasión.

Yo ni siquiera era capaz de responder de ninguna manera, la verdad es que en todo el tiempo en que he vivido aquí, los miembros me ignoran como si yo no existiera y para empeorar más las cosas yo aún no había despertado a mi lobo.

Se dice que en mi manada cuando cumples los 16 y rara vez a los 18 años, tienes tu iniciación como miembro de esta. Así que me he convertido por así de decirlo como el bicho raro y traidor por ser hija de traidores.

La luna Elizabeth al descubrir la muerte del alfa estuvo muy mal, ni siquiera quiso mirarme y les pidió a los Deltas que me tratarán con indiferencia, como si yo no fuera nada. Podían hacer lo que quisieran, obligarme a trabajar en lo más bajo de la manada.

Tenía 13 años desde que mi vida se vio en esa nueva realidad, mis padres nunca fueron cercanos, ni cariños, era extraña la relación que existía. Mis únicos cercanos por así decirlo era la familia de los Deltas del alfa, los Miller. Ellos me cuidaban cuando mis padres tenían sus planes, de niña mi infancia era algo confusa a veces tenía imágenes de haber sido olvidada en un bosque oscuro, y estar cubierta de lodo y fango. Hasta el día de hoy por razones que no comprendo del todo, mis padres jamás fueron capaces de explicar bien, por que tengo una fobia a las cosas viscosas, y eso es algo que les gusta hacer conmigo unas chicas de la manada.

Melissa, Janet y Laurel, desde que era jovencita se empeñan en hacerme la vida miserable, decirme cómo apodo la vagabunda traidora y de maltratarme físicamente.

Melissa es muy guapa, siempre ha buscado la atención del alfa Axel desde que era muy joven. Ahora a sus 21 años ha logrado hacer que se fije en ella; sin embargo, aún está el asunto sobre quien será la pareja del alfa y cuando ese día llegué, habrá que descubrir quien será la futura luna de la manada.

Yo solo rezo a la diosa que no resulte ser la odiosa de Melissa o la manada no estará bien, Axel al igual que su madre nunca se ha dignado a tratar de alguna forma conmigo, me ignoran como la mayoría y ni siquiera es capaz de mirarme, solo una ocasión en que me encontraba dándome un baño, como es mi costumbre cerca de un arroyo que pasa junto a mi cabaña, que nos topamos y nos vimos en una situación incómoda. Cómo yo no tengo derecho a usar ciertos elementos que tienen los demás miembros del clan, es que me descubrió dándome un baño una noche de luna llena. Él agua está heladísima, yo tiritaba, cuando sentí la presencia de alguien cerca:

- Quien anda_ pregunté nerviosa

Él no dijo nada, parecía sorprendido y se le veía agitado, como si hubiera corrido. Su pecho subía y bajaba, retrocedió al ver que se trataba de mí:

- Eras tú_ fueron las únicas palabras que artículo antes de marcharse

Yo llevaba una prenda ligera que aunque intentaba ocultar mi cuerpo, se marcaba mi desnudez. De seguro sintió rechazo al verme en estás condiciones, fue lo que imaginé cuando meditaba en la única ocasión en que pude verlo con más detalles. Axel siempre había llamado la atención y no solo por ser el hijo de nuestro alfa, sino porque había desarrollado una de las transformaciones más poderosas de la manada, superando a nuestro antiguo alfa. Su lobo era muy raro de un particular color Rojizo y gigante en tamaño, adoptando un color de ojos rojos muy acordé al nombre de nuestro clan, cuando no estaba transformado media 1.90, su cabello era castaño y sus ojos normalmente eran casi dorados. Su mandíbula cuadrada y varonil; si Axel era demasiado sexi pensé en esa ocasión.

¿Habrá sido que estaba madurando que jamás se me pasó por la mente pensar antes que un hombre pudiera parecer atractivo? Axel me llevaba un año de diferencia pero no había pensado jamás en la posibilidad de que alguien me gustará o en que pudiera encontrar a mi compañero.

Supongo que tuve la mala fortuna de ser hija de unos traidores y era muy joven para siquiera haber disfrutado de la libertad que tienen los demás miembros. Mis padres se limitaron a huir después de la muerte del alfa y cuando fueron capturados, fueron sentenciados a muerte. Nunca me dijeron nada, aunque yo les suplicaba y lloraba del porqué de sus actos y de lo que me habían condenado. Pero ni siquiera una expresión de cariño o lástima hubo en sus rostros:

Mi madre solo susurró unas palabras que hasta ahora a mis 21 años no logro entender.

- Hija de la Luna_ comentó apartando la mirada

Quise saber que quería decir con ello, pero no hubo más palabras. Llore el día de su ejecución, habían sido mis padres después de todo aunque jamás me tratarán con amor y preocupación.

Aquello solo provocó que me ganará una paliza por quienes lloraban aún la muerte del alfa.

Y años después a mis 16 años esperaba ansiosa mi transformación de loba y poder descubrir si eso podría cambiar algo la realidad que vivía a diario. Lo peor fue descubrir que aunque esperé ser de esas pocas que lo logran a los 18 jamás pasó, han pasado 3 años y ya he perdido la esperanza de que algún día mi vida pueda mejorar de alguna forma, estaba limpiando las sillas mientras analizaba con amargura que así sería la vida que tendré.

Desde hace un año he pensado en la real posibilidad de suicidarme, no hallaba sentido a mi rutina: trabajar hasta no dar más, a veces recibía burlas y palizas, y no me daban un trato digno, literalmente llevaba una vida de mendiga.

Terminada mi labor de orden y limpieza del local, me dirijo a mi humilde cabaña para asearme, se me ordeno que pese a mi condición debía ser testigo del nombramiento oficial del alfa que nos dirigiría. Tenía aunque una muy leve esperanza de que quizás el nuevo líder me quitará la condición de ser la marginada de la manada.

Me tuve que bañar y arreglar para estar en la ocasión, así que saque unos de los antiguos vestidos que tenía mi madre. Era de color rojo por ser símbolo de nuestra manada, eso ayudaba a resaltar mis rasgos como mi cabello castaño claro, mis ojos azules y tono de piel clara, que desde hace unos años es más de tipo pálida. Además, estaba el hecho de que no solo estaría el clan completo sino los otros clanes, así que era de esperar que por esta vez debía verme presentable.

Cuando me volví a ver en el espejo note que mis ojos se veían diferentes, no quería darle importancia a ese detalle, pero en solo minutos comencé a sentir que mi cuerpo se quemaba por dentro, como si mis huesos se fueran a romper, comencé a respirar con agitación. Lo peor era que no tenía como pedirle ayuda a nadie, y si moría, no era que le fuera a importar a alguien. Por primera vez pensar en ese hecho hizo que me doliera más el Pecho, ya no sé que dolía más.

- ¿Quien es?_ quise saber

< Me llamo Lía, soy tu loba

- Pero yo creí que era de esas rarezas en la manada que no tienen su lobo a mi edad_ decía llorando. No sabía si era el dolor o la emoción de descubrir que no estaba sola y que ahora sí podía transformarme.

- Tengo que ir a la reunión_ decía en un esfuerzo por tener el control

< No es algo que puedas evitar Alana_ respondió y fue como si una sombra me envolviera y transportaba a una habitación. Podía ver a través de mis ojos, pero yo no tenía el control, podía ver cómo mis manos y mis brazos cambiaban de forma. Mi loba era de un color blanco plateado.

En el instante en que tome mi forma lobuna, la puerta de mi cabaña se abrió de golpe. Una figura que me resultaba familiar me vio asombrado.

- Lo sabía Alana, tú eres una hija de la Luna_ decía

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Comments

Veronica Reyes

Veronica Reyes

porque la gente están indiferente en culpar años demas

2024-09-30

1

Sandra Martinez

Sandra Martinez

me gusta la historia, la pobre Alana sufre por culpa de adultos insensibles y descriteriados que culpan a una niña de los errores de adultos

2024-09-25

2

Estrella Guadalupe Martinez Vera

Estrella Guadalupe Martinez Vera

a mí se me hace que no eran sus padres esos traidores y ella tuvo que pagar por los errores de esos desgraciados 😡

2024-08-13

8

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