La marca roja

Después de terminar su trabajo, coralina estaba completamente exhausta, nunca se había sentido de esa forma, supuso que sería el hecho de estar caminando todo el tiempo, en cambio, en el mar solo era nadar y ya, además estaba acostumbrándose apenas a sus piernas.

— Ey, ya terminamos, debemos esperar a que el cangrejo nos pague — Le dijo Sabrina.

— Si, por favor será que ¿me puedes ayudar a buscar un lugar donde quedarme? — Coralina esperaba que la joven le ayudará, al menos por una noche.

— Pues estoy buscando una compañera de cuarto, si quieres te puedes quedar conmigo, no cobro mucho. — La amable joven le dio una sonrisa.

Para coralina era un alivio, la joven parecía de confianza y alguien demasiado amable, no cualquiera le ofrece a un completo desconocido quedarse con él en su casa.

— Por favor, me encantaría. No tengo donde más quedarme —

— Perfecto, entonces trae todas tus cosas y nos vamos a casa —

Coralina terminó de colocarse el vestido que llevaba y estando lista sonrió y le dijo a la joven:

— Estoy lista, esto es todo lo que tengo —

Sabrina incrédula la miro y trato de ver si lo que decía era cierto o estaba bromeando. Al ver que no lo hacía solo le extraño la situación de la joven, coralina lo noto y decidió aclarar su ciertos puntos de su llegada a la ciudad.

— Vine hace poco a la ciudad, pero mi barco se tuvo un accidente y pues no tengo nada conmigo —

La joven se preocupó por la que ahora sería su compañera de cuarto, era increíble lo que la joven le contaba.

— ¿Pero estás bien? O por dios, me imagino que fue difícil para ti, pero ahora tienes una amiga aquí, cuentas conmigo para lo que sea —

Coralina se emocionó de tener una amiga en tierra firme, y entonces los recuerdos de su vida en el mar llegaron, la nostalgia de volver a su hogar se hizo presente, su madre debe estar pasando por un angustioso momento, debía apresurarse en su búsqueda.

Flashback

Una pequeña sirena nada en el arrecife buscando caracolas de colores, está tan tranquila nadando por el lugar, escogiendo solo las mejores. De repente alguien la jala, y le tapa la boca, escondiéndose detrás de una rica, luego poco a poco le quita la mano de la boca, pero haciéndome señal de silencio, una pequeña sirena rubia y ojos azules está frente a ella.

— No grites, hay un tiburón allí —

Coralina se asoma y en efecto hay un gran tiburón blanco nadando en la zona, por suerte no puede verlas, si la chica no hubiese llegado quizás hubiese Sido atacada por ese gran tiburón, luego de que el animal se alejó, ambas niñas salieron de su escondite.

— Gracias — Le dijo coralina con una sonrisa.

— De nada... por cierto soy Silvana —

— Yo soy. —

— Coralina, lo sé, mamá dice que cuando crezcas serás la salvadora de las sirenas, que la diosa luna te bendijo cuando naciste —

Le interrumpió la joven, todo en Thalassia conocían el nombre de coralina, y Silvana lo tenía muy claro, y también le emocionaba poder conocer a una joven tan excepcional.

— Si, pero sigo siendo igual a ti, y a cualquier otra sirena de este lugar —

— Por supuesto que no, tú eres especial, puede que físicamente si, pero mamá dice que estás destinada a grandes cosas... Me encantaría tener una amiga como tú, no solo porque eres especial —

Coralina sonrió, la niña era muy dulce y directa con sus palabras, pero le parecía una joven agradable.

— A mí también me encantaría ser tu amiga —

Y allí en medio de ese océano coralina y Silvana sellaron una amistad que iba a durar años, ambas jóvenes intercambiaron collares para así crear un pacto de amistad, luego nadaron juntas de regreso a casa.

Fin Flashback.

— Gracias — Coralina sabía que está chica seria una buena amiga en tierra.

— Vamos, debemos ir a casa, allí te prestaré algo para que te cambies y mañana temprano vamos de compras, no vas a andar con el mismo vestido todos los días —

Coralina solo asintió, en el mar no tenía que cambiar sus atuendos, solo cuando tenía que usar su armadura o traje de entrenamiento, y lo único que cambiaba era la parte superior.

Ambas jóvenes esperaron a que el encargado o como ellas le llamaban "el cangrejo" les pagará su noche, coralina espero a ver a Liam, pero este nunca salió, así que se marchó con su nueva amiga rumbo a su nuevo hogar de paso. Llegaron a un pequeño apartamento, allí la chica le dio un pequeño recorrido y le dijo cada uno de los usos de la cocina o el baño, y como funcionaba cada cosa. Quizás el lugar no era la gran cosa, pero al menos era un buen sitio donde quedarse durante su misión, coralina entro a la ducha a bañarse, necesitaba sentirse limpia después del día tan laborioso que tuvo, mientras se echaba el jabón, noto que en la muñeca de su mano una curva en rojo se estaba marcando, pensó que quizás era alguna mancha, pero por más que la lavaba no se quitaba, entonces esto llamo mucho su atención, nunca había visto eso en su muñeca, pero entonces diario su mirada a su hombro y noto que la marca era del mismo color y con la curva de la media luna, la cuál brillaba como lo había hecho la noche anterior.

En el baño un Liam atónito miraba la marca en su muñeca, una roja curva y además la marca en su hombro brillaba, eso ya lo tenía un poco alterado, nunca había experimentado esto, por eso le sorprende en gran manera. Si tan solo tuviera con quién averiguar algo sobre lo que le pasaba, pero estaba seguro de que cualquiera lo llamaría loco o lo tomarían para hacerle experimentos. Cualquier ser humano no era capaz de curarse casi al instante, ni nada de lo que él hacía, pero como averiguar si ni el sabía que clase de ser era.

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