Capítulo 5 – Esos ojos

Alejandro llegó con su padre a su casa, Augusto quería brindar con su hijo por los resultados de la reunión que habían tenido, así que se dirigieron al despacho en donde sirvió dos vasos con wiski.

-Estoy muy orgulloso de ti, sabía que podías con esta responsabilidad – se notaba el orgullo en las palabras de Augusto

-No fue fácil, pero debo decirte que la situación de la empresa estaría mucho mejor si dejaras de gastar tanto – Alejandro insistía en lo mismo siempre que podía

-No quiero hablar de eso – la voz de Augusto cambió drásticamente

-Me pediste que volviera para ayudarte con las finanzas de la empresa y es lo que he hecho desde hace tres años, pero necesito que también que pongas de tu parte – insistió Alejandro

-Te pedí que vinieras para ayudarte a salir de ese hoyo en que te metiste cuando Ang… - Augusto se quedó en silencio al ver la reacción de su hijo

-Debes aceptar que el haberte hecho venir te ayudó mucho – siguió diciendo Augusto

Augusto saco su teléfono y vio que tenía una llamada, era Isabel, Alejandro vio que era la novia de su padre.

-Estaré en la sala para que puedas contestar – dijo Alejandro

-Eres tan parecido a tu madre – le comentó antes de contestar la llamada

Alejandro salió, no soportaba que su padre tuviera una relación con esa mujer, no la soportaba, él la conocía de antes y sabía que ella estaba con él únicamente por su dinero.

-No sabes lo cierto de las palabras que dijiste, sino hubiera vuelto a este lugar quien sabe que me hubiera sucedido en ese lugar – Alejandro volvía a sentir tristeza en su pecho

Alejandro había vuelto a casa de su padre después de diez años de haberse ido, tuvo que volver a esa casa a la cual se había prometido no volver nunca más, sin saber porque sus pasos se dirigieron a una habitación de la casa, al verse parado frente a esa puerta respiró profundo y tomó fuerza para entrar.

Era la habitación de su madre, entró y a pesar de que todos los muebles estaban cubiertos por sabanas aun recordaba lo feliz que era en ese lugar, solía correr a lo brazos de su madre y ella siempre tenia una sonrisa para él.

En la chimenea estaban varios portarretratos con la foto de su madre, estaban llenos de polvo, por lo que tuvo que sacudirlos para poder observar la imagen de la mujer que lo había traído a este mundo, en esa foto estaba ella abrazándolo y demostrándole lo mucho que lo quería.

Veía lo hermosa que era esa mujer y se dio cuenta de lo cierto de las palabras de su padre, él había heredado muchos rasgos de su madre y se sentía muy feliz por eso.

-Agradezco a dios por haber salido a ti, no sabes cuanto te extraño – le habló al retrato

Dio un gran suspiro al ver ese lugar, era extraño que su padre no hubiera cambiado esa parte de la casa como lo hizo con todo lo demás, pensó en lo feliz que había sido hasta que su madre murió y después de eso comenzaron las peleas con su padre.

Su inmadures y rebeldía habían influido en la problemática de la relación con su padre, si no hubiera sido por un gran amigo de su padre su vida sería otra y quien sabe que camino hubiera tomado.

Esa noche Cassandra estaba preparando la cena después de darle clases a las niñas del orfanato, estaba cortando algunas verduras cuando recordó la mirada de ese hombre, era tan profunda y hermosa.

Sentía una atracción extraña hacia ese desconocido, le buscaba una explicación a esa atracción sin encontrársela y una sonrisa apareció en su rostro, de pronto se sobresaltó al ver a Elena entrar a la cocina, la mujer la saludó, pero Cassandra estaba metida en sus pensamientos.

-Hoy estas distinta – le comentó

Era la primera vez que la veía sonreír genuinamente y no con la sonrisa forzada que siempre tenía en el rostro, sus ojos no tenían esa melancolía habitual y se alegró por ver ese cambio en ella.

Unos minutos después llegó Joaquín a la cocina y los tres se reunieron a cenar, el padre estaba hablando acerca de algunas ocurrencias que había tenido en su día y como ya era costumbre Cassandra estaba metida en sus pensamientos, aunque esta vez no era por su pasado sino por esos ojos color chocolate que le habían impactado.

Al verla de esa manera el padre Joaquín pensó que ella estaba pensando en su pasado y se preocupó, por lo que la llamó e hizo ruido para traerla al presente, al escucharlo la chica parpadeó varias veces y sacudió su rostro.

-Cassandra siempre he pensado que hay que enfrentar los problemas para poder superarlos y para ayudarte creo que deberías tomar terapia – el hombre venía pensando acerca del tema desde hacía tiempo

-No sé tío, creo que es algo que debo pensar – el hombre asintió y comenzó a preguntarle de su día

Joaquín no dejaría el asunto así, quería que su sobrina se recuperara de lo que le había sucedido, aunque no hubiera compartido con él ese suceso, lo que fuera que le habría sucedido quedaría en el pasado.

Dos meses pasaron y el padre Joaquín estaba en su oficina de la parroquia preparando un conversatorio que le daría a algunos chicos que habían intentado quitarse la vida y recordó el momento en que lo llamaron del convento en donde vivía su sobrina.

Ese día lo había llamado la madre superiora preocupada por el estado de Cassandra, la veían muy deprimida y temian que se hiciera daño, así que viajo a la ciudad donde ella vivía y se dirigió de inmediato a verla.

Su corazón dio un vuelco cuando la vio en esa habitación, estaba en la cama con los ojos abiertos, pero sin mirar nada, le habló y la chica no respondía ante ningún estimulo.

-Cassandra, la madre superiora me llamó, dice que está preocupada por ti, ¿Qué te han hecho?, ¿Dónde está la chica alegre que vi crecer? – la voz de su tío sonaba triste

Al escuchar la voz de su tío solo soltó unas lágrimas, no dijo una sola palabra y abrazó sus piernas, no sabia que hacer, ni que decir.

-Llora todo lo que quieras, desahógate, es bueno que liberes tu alma de lo que te está haciendo sufrir – Joaquín trataba de darle ánimo y ahí fue cuando el milagro sucedió, por fin después de varios días ella por fin habló

-Ya no quiero seguir sintiendo este dolor, no debí confiar ni ilusionarme, perdóname tio por favor – parecía más una súplica que una respuesta

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***