No puedo lidiar con esta mujer.

... Entro a la gran casa y me recibe en pequeño Luca junto a su nana.

(Pequeño Luca) Tío... Tío vienes a jugar conmigo.

(Claudio) ¡Cómo has crecido!

Bien vamos tira esa pelota y anotamos algunos goles.

... Me divierte tanto los niños, veo en ellos una vida sin problemas por la edad que tienen al igual que mi sobrina Laurie, hija de Sophie; una prima que es como una hermana para mí, ella me apoyo siempre.

Después de jugar con Luca, lo levantó en brazos y entramos a la casa, Luca está sentado junto a Avery.

(Luca) Veo que te hizo sudar este pequeño travieso.

(Claudio) Hola Avery, bueno si algo que digamos.

... Veo que Luca cojea de una pierna, no pregunto, ya imagino que paso en su visita a la casa de los Duncan.

(Luca) Por favor Aliz (nana) lleva a que Luca sé dé un baño.

(Avery) Yo los acompaño.

(Luca) Amigo, quiero que me escuches atentamente lo que tengo que decirte, es un asunto delicado y dependo de ti ahora.

(Claudio) Vamos ve directo al punto sabes que no me gustan los dramas y vueltas al tema.

(Luca) Ayer fui a la casa del abuelo y pude impedir el matrimonio de Martina.

(Claudio) Eso me parece bien, así tú y ella estarán sin problemas...

(Luca) Escúchame por favor... Aún no termino. Para que pueda impedir ese matrimonio con los Sporia tuve que...

(Claudio) ¿Los árabes?

(Luca) Sí, los mismos.

(Claudio)... Lo que no entiendo es que tengo que ver yo.

¿Cuál es la ayuda que quieres de mí?

(Luca) Claudio de ti depende que ni hermana Martina, no se case con uno de los Sporia.

(Claudio) ¿Yo?

(Luca) Le dije a mi abuelo que tú te casarás con ella.

(Claudio) ¡Por un carajo! ¡A caso estás loco!

(Luca) Lo sé, pero no pensé en las consecuencias, solo quise salvar a mi hermana.

(Claudio) Salvarla a ella, pero el perjudicado soy yo.

(Luca) Té lo pido Claudio, no puedo dejar a mi hermanita en manos de un hombre que tendrá muchas mujeres. Además, Martina no es nada fea, solo será un matrimonio sin consumar.

... Claro obvio lo del nieto que me pidió el abuelo.

(Claudio) Yo... ¡nieto!

Lo siento tengo que pensar muchas cosas. Hablaré contigo otro día. Es una idea descabellada

... Salgo de la casa de Luca y conduzco mi moto. Voy directo a la empresa y me quedo todo la noche en el lugar.

Ya es de madrugada cuando llego y manejo las luces que están tenues. Carpió me recibe sin novedades.

Voy por algo fuerte para calmar este vaivén de cosas. Cuando veo en la sala a la despistada, para variar se quedó dormida fuera de su habitación como siempre.

La miro detenidamente y bebo mi vodka, recuerdo lo que Luca me dijo, pero se me es difícil pensar en que ella pueda o quiera ser mi esposa. Sé que no me es indiferente, acepto y aunque me cueste tengo que aceptar, es bella, sus ojos, su boca, su cabello rubio, esos labios que me gustan cuando hace pucheros. Camino hacia ella y apago la televisión, no sé si levantarla o dejarla aquí mismo.

(Claudio) Oye tú... Oye despierta ya... Martina, debes dormir en tu cama y no aquí, Oye.

(Martina) Cómo. Yo... A ya. Volviste y que quieres, déjame dormir.

(Claudio) Té recuerdo que estás en la alfombra y si te quedas aquí más tiempo tu cuerpo tendrá dolor.

(Martina) OK, OK...

... Trato de no reírme, por el hecho de que tiene una mancha de chocolate en la comisura de su labio y otra en su mejilla. Claro debió ser el helado, ya que a ella le encanta.

(Martina) Que te quedas viendo...

(Claudio) Yo nada.

... Me doy vuelta y ella viene tras de mí, aún oigo su bostezo.

(Martina) ¿Qué hora es?

(Claudio) Debe ser las dos de la mañana, eso creo.

(Martina) ... Y que haces tan tarde en la calle, puede ser peligroso.

(Claudio) Té preocupa estar sola, o te preocupo yo.

(Martina) No digas tonterías, únicamente pregunté.

(Claudio) Ve a dormir ya, por cierto olvidaste lavar tu cara.

(Martina) ¿Qué?

... El bruto ese, camina hacia su habitación riendo por lo que me acaba de decir. No logro entender, así que voy al baño, me olvidé de cepillar mis blancos dientes.

Ahora veo porque me dijo eso, es un cretino y bruto.

< Grito por el coraje que me hace pasar> Él desde su habitación me responde.

(Claudio) Té oí, y ya entendí, no soy despistado como tú...

(Martina) No soy despistada ni tampoco lo olvidé solo me dormí.

(Claudio) Ya Duérmete y deja de gritar como una loca despistada.

...No aguanto lo que me dice y me voy a tocar su puerta y que me diga por qué de sus palabras hacia mí...

(Claudio) Y ahora que quieres...

(Martina) Té aclaro que no soy despistada ni loca mucho menos escandalosa.

...Abre su puerta y solo trae unos bóxer negros y su pecho desnudo.

(Claudio) Té das cuenta que yo en ningún momento te dije escandalosa, quizás eso tú lo pensaste.

(Martina) Yo... Te voy a dejar claro que...

(Caludio) Veo que fuiste a lavar las manchas de tu cara. No debes comer tanto dulce, cuida tu salud.

(Martina) Sí me lavé, sabes me has colmado la paciencia, escúchame Claudio no te aguanto... Eres un bruto, patán, egocéntrico y también eres un ...

No puedo lidiar con esta mujer, habla mucho. Veo como sus labios se mueven y eso me atrae hacia ella, así que no puedo resistir más a sus labios carnosos y rosa, me acerco rápidamente a ella y la beso. Ella intenta forcejear por un momento, pero luego cede, voy profundizando ese beso que es correspondido.

La tomo de la cintura y carajos mi erección está al límite y ella con ese pijama de seda corto que trae me vuelve loco. Mis manos acarician su trasero desnudo, ella no me limita, toma mi espalda con sus suaves manos y va acariciando luego mi cabello, la llevo hasta mi cama y subo su pijama corto.

Toco su monte de venus por encima de su ropa interior y poso mi erección sobre ella, oigo sus gemidos suaves en mi cuello, estoy a punto de entrar en ella. Pero me empuja y se para de la cama.

(Martina) Lo lamento yo... Yo.

... Tengo que frenar esto, soy una inútil sin conocimiento y práctica en esto del sexo, por un momento me dejo llevar por la pasión que siento cuando el me besa y acaricia mi cuerpo, siento que mi estómago sube y baja y mi corazón está acelerado, pero reaccionó y me paro. Se sienta en la cama y me observa. Yo salgo de su habitación y voy a la mía.

No pronunció palabra alguna, tocó mis labios y aún está la sensación de sus besos. Mi cuerpo tiembla por su agarre y caricias. Me hundo en mi almohada y no pude conciliar el sueño.

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