Capitulo 7

No sé si creer o no, pero esta muchacha me dio una mano cuando más lo necesitaba y debo sér agradecida, ya el tiempo lo dirá si sus visiones o lo que sea me convencen.

- Está bien, no digas más por favor – le supliqué – dame tiempo para digerirlo ¿sí?

Ella solo sonrió y se puso de pie, supongo que eso era un sí…

- A partir de hoy esta será tu casa – me menciona

- Te le agradezco, pero no puedo aceptarlo, debo volver a mi país lo antes posíble, solo permíteme quedar unos días en lo que consigo un trabajo – fui directa

- Como desees, pero recuerda, tu país no es tu destino – volvió a mencionarlo

- Ok, en cuanto encuentre mi destino lo decidiré ¿vale? – respondí

Nuestra charla terminó hasta ahí, por ahora consideraré el ofrecimiento de un techo.

HAN LEE

Mi mayor anhelo era poder compartir mis pasatiempos con mi hermano mayor, pero un accidente aéreo acabo con su vida y acabo con mis sueños, era muy pequeño cuando todo sucedió, he guardado la esperanza de que solo sea una mentira y que aun mi hermano siga de vacaciones con mi madre, pero tristemente debo ver la realidad.

Desde muy joven mis padres tomaron vidas separadas, mi madre viajo al extranjero con mi hermano mayor y yo solo pude quedarme con mi padre en Seúl.

A pesar de vivir separados, mantienen una buena relación, hasta ahora no entiendo el motivo de su divorcio.

La única vez que mi hermano nos visitaba despues de muchos años sería el final de su vida, quiza en la próxima vida podamos retomar ese tiempo perdido y convivir como una verdadera familia.

Mi madre quien vive en España actualmente volvió a contraer matrimonio, por lo que pidió de mi presencia para este acto tan feliz, naturalmente no estuve de acuerdo, mi vida cambio así como mis pensamientos… obligado viaje a España donde me traslade hasta Sevilla, la vida era tan predecible que en ese mundo tan pequeño encontraría el amor y ¿Qué significa el amor para mí? Esa pregunta me he hecho durante tantos años, solo puedo recordar a esa niña con piel de mujer que corre agitada y solo se sienta en una banqueta, esa coleta alta la hace ver más que hermosa, sé que solo era una niña, pero mi corazón latió tan fuerte con solo observarla, no podía dejar que muera de cansancio, por lo que inmediatamente le ofrecí mi botella de agua, sé que es descortés que beban agua de la misma botella, pero no estoy en corea y aquí la vida es diferente.

“GRACIAS” esa dulce voz que provenía de sus labios calentó mi corazón, inmediatamente supe que ella era la indicada. No podía pronunciar palabra alguna, estaba embobado con su belleza, esos ojos azules como el cielo aun los llevo guardados en mi corazón, su sonrisa y por supuesto esa voz delicada que no dejaba de parlotear, estaba encantado.

Más tarde mi guardaespaldas me indica que mi madre requiere de mi presencia por lo que me sentí afligido pues tenía que retirarme, pero antes me dio un obsequio, que para ella solo era una chuchería, pero para mí significaría que a partir de ese día ella es mía y yo soy suyo… nos despedimos y en su mirada vi tristeza, sabía que no le fui indiferente, tenía muchas ganas de abalanzarme y robarle un beso, pero solo me fui a, pero no sin antes gritarle que volvería y eso es lo que pensaba hacer. ¿Esto es a lo que le llaman amor a primera vista? Pues me enamore de ella desde ese entonces.

Al otro día volví a aquel parque con la esperanza de volver a verla, lamentablemente no sucedió, mi guardaespaldas que es mi mano derecha dio con su dirección, fui hasta ahí y la vi, mi corazón empezó a latir, mis ganas de ir hasta ella y robarle un beso se desvanecieron cuando vi que sonreía muy feliz con un chico, tal parece que es casi de su edad, sentí una especie de molestia por lo que ordene retirarnos… creo que solo fue mi ilusión de enamorarme de ella, pero era inevitable ya la amaba a pesar de verla dos veces.

Volvi a Seúl, tenia que ayudar a mi padre en la empresa, pronto me cedería la presidencia y los detalles debían ultimarse.

Antes de que llegara ese día, envie a mi hombre de confianza a España, todos estos años la mantuve vigilada y la protegía de cualquier peligro.

Los años pasaron y no dejaba de pensar en esa niña, su chuchería (cadena) se convirtió en mi mayor tesoro, deseaba volver a verla.

Mi asistente me hace llegar una invitación por parte de la familia Shon en honor a su hija y yerno, quienes pronto llegarán a Corea. La familia Shon son viejos amigos de mis abuelos, pero no los hace míos, así que solo la hice aún lado, hasta que mi asistente me entrega la foto de la Familia Tornal y mi bella musa es quien resalta en medio de todos ellos. Pero algo llamo mi atención, este jefe de familia me entregaba algo especial por esa noche, así que revise detalladamente la invitación en la cual había un mensaje muy claro, su hija sería mi dama de compañía. No se como tomarlo, si sentirme feliz o enojado, aún así acepte ir.

Esa noche llegué muy temprano, no tan lejos el coche se mantuvo, quería verla y prepararme para ella. Pronto una joven hermosa camina solitaria, mi corazón acelerado, mis piernas flaquearon, pero... No podía decir palabra alguna, solo podía sonreír ante tal travesura. "solo ella puede hacer semejantes cosas"

Mi asistente quien no me quita su mirada de encima trata de carraspear y yo vuelvo en si.

Intente bajar del auto, pero mi mirada se centró en un auto no muy lejos, así que decidí no hacerlo, por lo que mi asistente se apresura a disculparse en mi nombre y entregar unos obsequios de bienvenida.

Tenía dos cosas en mente, primero saber quiénes son y ver a mi bella dama.

Estando en desventaja y que estaba sin mi gente, el auto me intercepta y apuntan con sus armas, lo más rápido posible salí huyendo dejando un claro mensaje para mi asistente.

Más tarde me encontraba corriendo por las calles, mi vista se sentía cansada, no sé en qué momento recibí un disparo en mi abdomen, ni sé el momento en el que caí sobre el amor de mi vida.

Tomarla de la mano, hacerle sentir segura era mi mayor prioridad, podía ver miedo en sus ojos, así como alivio.

La situación empeoró cuando me vuelven a encontrar, estaba en desventaja, solo podía negociar con ellos, pero lamentablemente no estaban abiertos a negocio alguno.

Afortunadamente, mi gente llegó justo en el momento indicado, por lo que sin pensarlo dos veces la arrastre hasta la barandilla, su mirada de alivio fue lentamente cerrando sus hermosos ojitos.

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