Capitulo 5

La voz varonil despertó mi dulce sueño, abrí mis ojos y me encontre con la mirada impactante de ese coreanito, no se que es lo que me pasa, yo nunca fui una mujer de tales pensamientos, siento que estoy pecando.

- ¡Estas despierta! – se sienta al borde de la cama

¡¡Dios mío esa voz ronca y sexy!! Supongo que mi cara esta más roja que el carmesí porque me arden hasta las orejas ¡que vergüenza! Su media sonrisa me lo confirma.

- ¿Dónde estoy? – se me ocurre peguntar – ¡¡su herida!! debe ser tratada – me levanto de golpe.

- En mi apartamento por supuesto – se levanta – y no te preocupes solo es algo superficial – camina hacia la ventana y con las manos en el bolsillo.

- Gracias a Dios está bien – me preocupe por él - Y gracias por la hospitalidad, pero me debo ir – no sabía qué hacer, estaba con un completo desconocido y más aún, había alguien que intento matarnos, lo mejor sería alejarme lo más rápido de aquí.

- Mmmmm – fueron sus palabras

Alguien toco la puerta, dos golpes para ser precisa ¿será alguna contraseña?

- Adelante – dijo esa vez sexy y la puerta se abrió

- Señor, todo está listo – dijo un joven

Ese joven es muy parecido al asistente de ese vejete magnate... ¡¡espera es el mismo!!

- Bien, prepara el coche – ordeno

¿Estoy confundida o es que me hice la tonta? ¿Quién es este hombre? Y ¿De quién es asistente?

- Es hora de irnos – me dijo muy tranquilo

- Espere señor, no lo conozco y no se donde estoy, si es tan amable deseo retirarme ahora – le impuse las manos – no lo tome a mal pero usted es un completo desconocido – agarre mi bolso de mano y salí de esa habitación

Claramente sentía sus pasos por detrás, solo me detuve para agradecerle.

- Una vez más gracias – abrí la puerta y sali

Aquel coreanito guapo esta muy bien y no debía porque preocuparme, solo me preocupaba el problema grande que me había cargado, esperaba que no se hayan dado cuenta del que no dormi en casa, agarre un taxi y di la dirección en imagen y pronto llegue a ese hogar llamada “casa de esclavos”

- ¿Dónde diablos pasaste la noche? – grito mi madrastra apenas y abrí la puerta

- Esta vez no te voy a encubrir hermanita – sonríe Suny

- Descarada – paff una bofetada de mi padre – ¿no piensas contestar a tu madre? – me repela

- Papa, estoy tan segura de que paso la noche con un hombre, solo mira ese rasguño en su cuello – exclamo echando leña al fuego

- Eres una p…. – me volvió a bofetear mi padre

Bueno, esto era un interrogatorio de tres contra uno, dos aparentando preocupación con golpes e insultos y una burlándose de mi desgracia.

- Contesta a tu padre pequeña mojigata – me agarra de la mano con fuerza "mi madrastra"

- En primer lugar esta mujer no es mi madre – mire a mi padre – en segundo lugar, si pase la noche con un hombre pero no es como lo estan pensando – me defendí

- Eres una descarda, traes vergüenza a la familia – mi padre intento abofetearme de nuevo, pero detuve su mano y me enfrenté a él.

- Te dije que no es lo que parece, yo no se porque pierdo mi tiempo intentando explicarles a ustedes si se muy bien que nunca me van a creer, asi que piensen lo que deseen – me zafe del agarre

- Te vas de mi casa ahora mismo – dijo Choi – mi casa no esta abierta para prostitutas - soltó su veneno

Mis pasos se detuvieron, se atrevió a correrme en este pais desconocido ¿Dónde se supone que voy a ir? Di media vuelta y la miré directo a los ojos.

- Esta bien, pero antes de irme quiero que cumplan el trato, ahora mismo exijo saber sobre el accidente de mi madre – exige con lágrimas en los ojos

- Tu madre se merece estar donde está por……

- ¡¡Choi!! – la detuvo mi padre

- Termina de decirlo – volvi a exigirle ignorando a mi padre

- Te madre se lo busco por meterse con cualquier tipo de hombres asi como su hija que no respeta casa ajena – sonríe a sus anchas

Intente darle una bofetada, pero como siempre mi padre listo para defenderla

- No te atrevas, despues de todo ella te crio como a su hija y debes mostrarle respeto – habla ya más calmado

- No te permito hablar de mi madre – le señalécon el dedo - mi madre es una santa, tienes prohibido hablar mal de ella - le deje en claro.

Las lágrimas rodaron por mis mejillas, me sentía agraviada, no me dieron oportunidad de defenderme y solo me corrieron como si fuese un perro, mi padre no dijo ni una palabra para interferir por mí que soy su hija biológica.

- Toma, agradece que te doy algo de ropa – me tira una maleta mi querida hermana

- ¿No vas a decir nada papá? – vuelvo mi mirada hacia él, pero solo me ignoro – está bien papá, me voy en está ciudad ajena, espero que tu conciencia no te deje en paz eso si es que la tienes – agarre mi maleta y salí de esa casa, pero antes vi esas caras de satisfacción de las brujas.

¿Qué voy a hacer? No conozco a nadie aquí, me siento como en un desierto, decidí volver a España por lo menos ahí tengo mis ahorros con los que podre vivir sin preocupación por unos meses hasta que consiga trabajo y termine la universidad, llegue al aeropuerto y me dispuse a comprar el tiquete, pero mi mala suerte era tan grande que mis tarjetas estaban bloqueadas y no tenía un euro encima, el dinero coreano se me acabo, prácticamente estaba en la calle.

Mi odio creció aún más, algo tenia que hacer para volver a España, vague por las calles sin rumbo, el hambre me esta comiendo viva, pero soy fuerte puedo aguantar un poco más, mis planes aun no estan cumplidos, debo mantenerme con vida, tengo que lograr mi objetivo, mi madre murió por una razon y voy a descubrir la verdad y todos los que me han lastimado pagaran un alto precio *me animaba* seguí caminando no se por cuanto tiempo, mis pies dolían, llegue a una banqueta donde descanse por un rato, el sol empezó a ponerse y la luna daba la bienvenida a la noche, sentía frio, hambre y dolor en el corazón.

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