Las deudas y el contrato

parte 1

Elena Mars

Mi nombre es Elena Mars, actualmente tengo 20 años, vivo en Italia con mi padre Jacobo Mars, mi madre lo abandonó apenas me tuvo; siempre pensé del ¿porqué? me abandonó, pero no quiero hablar de ella; prefiero que no me la nombren.

Mi padre dedicó su vida criandome; fui a la mejor escuela, y siempre fuimos mi papito y yo. Hasta que apareció una mujer despiadada y estafadora que lo engatuso hace 5 años, nos dejó en la quiebra total, sacó un préstamo a nombre de mi padre, de unos cuantos millones de dólares; de uno de los bancos más prestigiosas del país. Hipotecó nuestra propiedad, cuya herencia perteneciente de nuestra familia de generación en generación.

Ella se esfumó con todo el dinero, dejándonos prácticamente sin nada.

No sabemos como y de que manera podríamos pagarlo, ni con todo el trabajo de la hacienda, cubriríamos tal deuda, es demasiado dinero.

Me duele ver a mi padre derrumbarse de esta manera, toda la felicidad que teníamos, simplemente desapareció.

5 años de pagar la deuda mes a mes, ni siquiera nos queda para los alimentos; ya no alcanza el dinero para pagar la universidad y lo tuve que abandonar.

Los trabajadores renunciaron por falta del salario, aunque eran personas fieles y de confianza, tuvieron que irse a trabajar en otro lado para alimentar a sus respectivas familias.

Los cercados se están cayendo a pedazos; son muchas hectáreas; no tenemos dinero para levantarlo.

Un día, mi papá amaneció y me dijo que teníamos que ir a entregar los títulos de la propiedad al dueño del banco, como parte de pago y aun así quedaríamos debiendo.

Cuando llegamos en aquel banco gigantesco, mi padre lloró antes de entrar en la oficina del señor Marcos Lombardi. Se me rompió el corazón al ver a mi padre despidiéndose de aquel documento, si tuviera que hacer algo para arreglarlo sin dudar lo haría.

Cuando entramos en aquella oficina, el señor Marcos se quedó mirándome fijamente de una manera muy poco común.

Le dijo a mi padre que yo era muy bonita, que le gustaron mis ojos, y que le encantaría tener un nieto con esos colores; me llamó mucho la atención; sin embargo, no dije absolutamente nada.

La conversación; se iba tornando cada vez más raro, hasta que este señor mencionó a su hijo no vidente, es decir; un muchacho ciego, al cual quería casar con una muchacha y tuviera hijos herederos de los Lombardi.

No tardó en hablar de un contrato, donde cancelaba todas las deudas y aparte renovar toda la hacienda, a cambio de casarme con su hijo.

Después de aquellas palabras quedé petrificada sin saber que decir o reaccionar, literalmente me quedé en shock.

Como esperaba, mi padre se ofendió y dijo absolutamente "No" que era inaudito tal conversación. Sin embargo; reaccioné rápido en ese momento y le pedí disculpas al señor para hablar a solas con mi padre.

Marcos accedió con todo gusto, hablé con mi padre y traté de convencerlo de que era como una señal del cielo, para no perder todo lo que teníamos.

Mi padre lo pensó mucho y finalmente aceptó con lágrimas en los ojos, No obstante; yo jamás iba a dejar pasar esta oportunidad de todos modos, mi objetivo era salvar a mi padre de la pobreza, es lo mínimo que podía hacer por él, después de todo lo que ha hecho por mí.

Rápidamente, Marcos llamó a su abogado, para qué preparará el contrato a largo plazo, era hasta que tuviéramos hijos y si no, nos divorciaríamos de inmediato y buscaría otra muchacha.

Él fue sincero en todo momento.

Después de algunas horas, proseguimos a firmar cuyo contrato me hizo temblar las manos de miedo, yo no conocía nada de este muchacho, no sabía si era un hombre mayor, si era una persona buena, nada de nada.

Fijaron la boda para dentro de una semana, y así tener tiempo de hacer los preparativos.

Marcos dijo que yo conocería a mi futuro esposo el día de la boda, lo cual me pareció muy absurdo, por lo menos tenía que conocer su rostro, sin embargo; es así como lo decidió y yo lo acepté.

Aquí estoy nerviosa, entre muchas mujeres que al parecer van a ser mis doncellas, o como se le llamen, mujeres que ayudan a su jefa o algo así por el estilo, la boda se llevará a cabo en la gran mansión de los Lombardi.

Mi curiosidad estaban al límite, por conocer al hombre con quién compartiría todo, más no lo veo por ninguna parte.

,___ tan feo es, que no puedo verle la cara antes del matrimonio___ pensé, mientras mordía mis uñas.

_____ Señorita, cálmese; estamos muy seguras de que le caerá muy bien, el joven Sebastián___ Dijo una de las muchachas, mientras hacía retoques a mi maquillaje.

_____ ¿Se llama Sebastián?____ pregunté.

_____ Sí, tiene 22 años____ contestó otras de las muchachas.

_____ Bueno, por lo menos; no es un hombre mayor____ Expresé.

Miré, desde el balcón del piso de arriba y vi a mi padre triste entre la multitud; sé con certeza que ha estado muy preocupado toda esta semana, teme que fuera una mala persona, y pueda lastimarme, no he hecho otra cosa que asegurarle, que estaría todo bien.

Aunque sinceramente, por dentro sentía algo de miedo al respecto, sin embargo; ya no había vuelta atrás, estoy a minutos de estar casada con un completo desconocido.

Por fin escucho anunciar la llegada del novio, acompañado del brazo de una mujer que podría ser su madre, aún no los conozco excepto al señor Marcos.

Desde el balcón veo a un muchacho alto, esbelto por la espalda, llevaba en la mano un bastón de guía, estaba muy concentrada mirando todos los detalles del movimiento de aquel muchacho, que aún no lograba ver su rostro.

No obstante, de espalda me pareció un muchacho con estándares altos en cuanto a lo físico, no me desagrada para nada , pero aun tengo que conocerlo y saber bien como es su personalidad, y su desempeño de ser el nuevo esposo mío.

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