capitulo 5- concubinas

Y sabe si hiciera eso, la que saldría perdiendo sería ella, ya que el emperador podría utilizar eso en su contra para mandarla definitivamente a la horca.

— ¿Majestad está bien? — Anet mira a su emperatriz preocupada. Sin duda ha notado como esta se ha estado comportado extraño desde que despertó.

— Estoy bien. — Alise se sienta en la cama suspirando perdió el control en un momento cosa que le llevo casi a matar esa concubina. — Necesito agua. — Anet ni espera un segundo y ya había traído el agua, Alise lo toma de una.

Definitivamente, se desearía de ellas, pero no de esa forma, no de esa forma tan fácil.

Primero que todo para llevar a cabo su plan necesita aliados, aliados con poderes y necesita gente con estatus alto, y que mejor manera de comenzar con la emperatriz Alesna, a pesar de que esta ha estado viviendo una vida tranquila después de entregarle el trono a Jacob, esta sigue teniendo un gran poder es sus manos, es respetada por todo el reino y cada uno de los habitantes tienen una gran simpatía por esa mujer que levantó el reino en varias caídas.

«Ella será mi primer aliada» Y tal como lo había pensado Alise esa tarde, afortunadamente la emperatriz la invitó en una fiesta de té, que realiza casi todas las semanas, y hoy fueron uno de esos días, la antigua Alise nunca iba porque estaba demasiado ocupada sobre cosas del reino, pero está vez paga ella es diferente necesita tener la emperatriz en la palma de su mano.

— Majestad se ve hermosa. — Alise sonríe al escuchar las palabras de su doncella, se mira al espejo y saca una pequeña sonrisa, solo espera que toda salga bien; sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpiendo cuando la puerta de la habitación se abre de golpe entrando una mujer de cabellera castaña.

«La tercera concubina del emperador Rose»

Alise mira la mujer de arriba abajo.

— Como te atreves, a entrar así en mi posada.

— Como te atreviste a tocar a mi hermana. — La mujer señala Alise con rabia.

Hace unas horas llegó su hermana llorando en su posada y con marcas en el cuello y cuando pidió una explicación, se enteró de que esa emperatriz abandonada casi mata a su hermana mayor.

— Vaya. — Alise sonríe de lado. — Jamás había visto dos hermanas casadas con el mismo hombre, comiendo de la misma porquería — Niega con la cabeza — Qué asco debe ser.

— ¡Cómo te atreves maldita! No sabes que yo soy la favorita del emperador.

— ¿Favorita? No me hagas reír, estoy segura de que al emperador ni siquiera recuerda tu nombre.

Rose aprieta los puños furiosos y sin dudarlo se lanza hacia Alise para atacarla, pero para su sorpresa, Una patada por parte de la chica lo saco fuera de la habitación.

— No me sorprende de ustedes Dos — Alise sale de la habitación caminando hacia la chica quién estaba en el suelo. — Comen la misma porquería así que también son la misma víbora.

— ¡Te acusaré al emperador! — Grita furiosa mientras qué su doncella personal la ayuda a levantarse.

— Hazlo y tú misma me encargaré de matarte.

Al escuchar las palabras de Alise, Rose sintió como todo su cuerpo se estremeció del miedo y fue incapaz de decir una sola palabra más debido a esa mirada. Primera vez que la chica actuaba incluso pensó que su hermana estaba mintiendo cuando dijo que la emperatriz le había hecho aquello, pero ahora se da cuenta de que es más probable que sea verdad.

«Cuando cambio tanto» Se pregunta incrédula antes, aunque la intimidaban y le hacían de todo, Alise no hacía nada más que bajar la cabeza sin hablar y pensó que hoy sería como todos los días.

Pero ahora era ella quien estaba temblando de miedo sin poder decir una palabra.

— Vamos. — Ordena y sus doncellas la acompañan, por supuesto que esto no se quedará así, y ella mejor que nadie sabe quién puede castigar a esa mujer insolente.

«El emperador»

Obvio que el emperador castigaría a Alise después de que ella hablará con él

— Que les pasa a esas mujeres de hoy. — Lleva su mano en su cabello. Frustrada, no puede entender por qué estas están viniendo exactamente hoy día para molestar.

— Su majestad ya es hora. — Anet avisa y Alise asiente, no podía perderse esa fiesta de té.

Y afortunadamente para ella no llegó tarde debido al problema con esa Concubina había llegado justo a tiempo para la fiesta de té.

Las presentes eran puras mujeres de la arta sociedad y todas tenían un estatus alto.

— Me sorprende que hayas venido hoy Alise. — La ex emperatriz mira a la chica mientras qué Alise sonríe.

— Lo lamento, no pude venir en varias ocasiones porque estuve ocupada con algunos asuntos del reino. Lamento si la he ofendido madre. — Hace una leve Reverencia con la cabeza y Alesna sonríe.

— Me alegra que estés poniendo tanto empeño en el reino, pero como toda mujer debemos darnos tiempo para nosotros misma. — Alesna sonríe, ella también solía ser emperatriz y ella más que nadie sabe lo difícil que es, pero a pesar de eso siempre se ha tomado tiempo para ella.

— Lo entiendo madre. — Alise sonríe, no esperaba que le fuera tan bien, incluso había pensado que la emperatriz la iba a estar reclamando por no haber venido cuando ella le había invitado.

«Ahora entiendo por qué esa mujer es respetada por el reino entero» Piensa tomando su té para tomar.

Pero lo que no entiende como esa mujer que está viendo ahora puede tener un hijo como Jacob, un maldito como ese hombre.

«¿Será adoptado?», piensa, pero sabe que su pensamiento es absurdo, si Jacob fuera adoptado sin duda no sería emperador, porque si no tuviera sangre real, no podría ser Emperador.

— Dime querida, como ha ido con mi hijo, ese muchacho escuché que ha tomado concubinas.

«La pregunta que estaba esperando» La chica deja la tasa de té en la mesa para mirar la emperatriz.

— Nuestra relación no ha estado muy bien, ya debió saber que él me había acusado de ser infiel. — Alesna frunce porque no había escuchado nada de esto. — Algo que claramente es mentira y he mostrado mi inocencia.

— ¿Cómo que te acuso de ser infiel? — La emperatriz golpea la mesa enojada mientras qué cada uno de los presentes comienzan a Murmurar.

Tal como había pensado Alise, el emperador se había encargado de hacer todo en silencio con tal de matarla.

«Solo espera Jacob Hamilton»

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