18. Heredero al trono de Balgeun

Los médicos corren de un lado para el otro, llevan todos los artefactos y medicinas que conocen; pero cuando el destino está escrito en piedra, por los pecados cometidos, ya no hay nada que se pueda hacer.

El príncipe heredero del reino de Balgeun ha muerto, la familia real llora su muerte, la nación está de luto; el único hijo del rey fue envenenado, el cielo tormentoso es un reflejo del quebrantado corazón del monarca, su único hijo, la esperanza de su legado ha dejado de existir.

Los funerales durarán quince días, cuál será la decisión que tome el rey, ya de por sí no estaba bien de salud, y el príncipe cumplía las labores de regencia.

- "El cielo vio tu pecado, y te castigó dónde más te dolía, mis lágrimas, mis súplicas, no bastaron; mataste a cada uno de mis hijos, por dejar en el trono al hijo de esa mujer y ahora no tienes heredero de tu propia simiente, cuando tú mueras, aquel que combina su sangre con los de Pallango, será quien se siente en tu trono y gobierne tu reino; no sabes cuan complacida estaré cuando el hijo de tu hermana, Lord Chien reclame la corona, y eche del palacio a esa mujer que le diste lugar de reina cuando era tu amante y que mató a su madre, tu hermana, sin compasión, será un placer cuando la arrastre al exilio a qué muera en vida. Ja, ja, ja, todas mis lágrimas serán vengadas y la sangre de mis hijos derramada impunemente podrá dejar de gritar justicia", expresó la reina de Balgeun, dejando salir por fin todo el dolor que tenía dentro.

El rey sabe que no puede hacer mucho, está postrado en esa cama, esperando su muerte, y el hijo que iba a proteger a la mujer por la que destruyó todo había dejado este mundo.

Por otro lado, la princesa Majic toma en sus manos la carta que le ha enviado el príncipe Josag y sonríe, a pesar de la distancia siempre lo siente cerca, leer cada una de sus líneas le da ánimo; cuando termina de leerla la guarda, pero se ha formado un gesto adusto en su rostro.

- "¿Sabe dónde está mi padre?", pregunta Majic a la dama principal de la corte de Susumira.

- "Ha salido temprano, dejo dicho que llegaría por la noche, ¿Desea algo su Alteza Real?", preguntó la dama.

- "¿Sabe cómo son las etapas de una relación en Susumira?, es decir, si te comprometes en matrimonio con alguien ya eres su novia ¿verdad?, aunque haya ocurrido cosas en el camino que pareciera que no, pero que si al final de cuentas que..., porque igual no importa porque se comprometieron de chiquitos, y aunque hubo un matrimonio con otro…. Pero que no importa porque se anuló y nunca pasó nada entre ellos... Aunque si hubo unos besos, pero no significaron nada... Después de todo las mariposas en el estómago solo ocurrieron cuando bese a si quien es mi prometido... Entonces si es mi prometido", expresó confundida Majic.

- "Su Alteza pregunta ¿si el príncipe Josag sigue siendo su prometido, a pesar de todo lo que pasó después?", preguntó la dama de la corte.

- "Sí", respondió nerviosa Majic.

- "Claro, el compromiso nunca se anuló, y su matrimonio, bueno es como si nunca hubiese ocurrido", comentó la dama de la corte.

- "Entonces, porque Josag dice que no le puede decir a todo el mundo que es mi novio, hasta que haya una ratificación. ¿No es absurdo eso?, ¿Por qué manda una carta diciendo esas tonterías?", expresó frustrada Majic.

- "El rey Carpio debe hacer un documento en que ratifique el compromiso, debe hacerse si el compromiso supera diez años desde que se hizo y aún no se contrajo matrimonio", expresó el Canciller de Justicia de Susumira acercándose a la princesa.

- "¿Y sabe Excelencia porqué no la ha hecho mi padre?", preguntó Majic.

- "Tal vez no está convencido de ratificarlo, tal vez piense que el príncipe Josag no sea el más adecuado para convertirse en su consorte cuando usted sea la reina de Susumira", respondió el Canciller de Justicia.

- "Eso es absurdo, yo solo vine a Susumira por un acuerdo con mi padre, para poder ser feliz con Josag; y no voy a permitir que pretendan cambiarlo", dijo molesta Majic.

- "Usted ama más al príncipe que a Susumira, y eso no es digno de un monarca", aseveró serio el Canciller de Justicia.

- "De que me sirve tener un reino si no tengo al amor de mi vida, cómo podría gobernar con amor un reino, sino conozco lo que significa. Mientras Josag siga siendo el hombre de quien me enamoré, lo seguiré escogiendo sobre todo lo demás; y si eso me descalifica como gobernante, dígale a mi padre lo que piensa y que se ponga a buscar a quien dejar la corona, tiene dos hijos más no será difícil", expresó Majic con determinación, y luego se acercó a la dama principal de la corte, "dígale a Su Majestad cuando regrese que necesito hablar con él", terminó por decir Majic y salió del gran salón.

Mientras tanto,Josag le dio todo lo que encontraron en el escondite de Tesko al príncipe Bátor, necesitaba que Lycka pudiera encontrar pistas respecto a los enemigos provenientes de fuera de Hurmaya.

Cuando su hermano Fortem, lo vio regresar cojeando se acercó presuroso, para descubrir lo que había ocurrido.

- "¿Qué ocurrió?", preguntó Fortem.

- "Un inconveniente, buscando pistas sobre quienes están detrás de todo este embrollo de Tesko y su madre.

- "¿Qué inconveniente?, inquirió Fortem.

- "Un ataque, pero estoy bien, no es nada serio", comentó Josag e ingresó al palacio.

- "No deberías ir solo a esas cosas, ten cuidado ya no soy el único que se provoca por ti, una hermosa señorita está esperando en Susumira a que se vuelvan a encontrar", insistió Fortem siguiendo a su hermano.

- "Y tienes miedo de que si algo me pasa te va a reclamar", expresó Josag sonriéndole.

- "Tal vez si debí enviar esas cartas a Susumira", replicó Fortem.

- "Diré que tú me influenciaste", expresó Josag en tono jocoso.

- "Amenázame con cualquier cosa, menos con que te influencie, eso no lo va a creer la princesa Majic nunca, eres inmune a eso; salvo que quien te influya sea ella", bromeo Fortem.

De pronto Josag se quedó muy callado, una vez más tenía esa extraña sensación de cansancio y tristeza como si hubiese peleado una guerra terrible.

- "¿De nuevo esa sensación?", preguntó Fortem.

- "Sí, ya pasó. Es muy extraña, pero sé que no es Majic, sino que no puedo reconocer quién está pidiendo ayuda desesperadamente", afirmó desconcertado Josag.

Los hermanos no entienden lo que está ocurriendo, pero no les parece algo normal, tal vez deberían empezar a averiguar porqué se producen todas esas sensaciones que afectan al príncipe de Fontana.

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