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Por suerte noche buena llegó sin muchos problemas, bueno en sí con mucho reparto, al parecer todos habían comprado los regalos a último momento, así que repartí más de la cuenta. Lo bueno era que no entraba a la tarde en lo de Amelia, así que pude volver a casa y prepararme para ir a cenar con ellos.

Hace unos días había comprado un sencillo vestido de color violeta con flores de cerezo rosas. Hasta donde sabía, estábamos todos esta noche menos Mario, que desde que se fue no escuche más nada de él, como si se lo hubiese tragado la tierra, pero aunque me molestaba porque ni siquiera llamaba a su propia hija para ver como andaba lo cierto es que no se puede a un padre obligar a querer a su pequeña.

Estaba saliendo del departamento con la bolsa de regalos para todos, si bien eran sencillos, al menos había podido comprar los presentes. Me dirigí a mi moto, cuando de repente un hombre me detuvo.

Señorita Katherine, la señora Amelia me mando por usted- me dijo muy cortésmente.

No me había avisado nada- dije resignada porque sabía que me buscarían- ¿consulta hace mucho que me espera?- me daba vergüenza pensar que quizás llevaba bastante tiempo abajo.

No es problema- me molesta que no sean sinceros, pero que podía hacer. Subí al coche y deje que me llevarán hasta la mansión.

Sabía que habían decorado la mansión porque había estado hasta el medio día allí, pero ahora con las luces encendidas era un lugar tan mágico. Me quedé asombrada por todo lo que estaba observando. Sofía también estaba muy contenta con todo lo que habían puesto, me hacía acordar a los videos de Disney que había visto por YouTube.

Mira Kat, no es un lugar hermoso- me decía mientras corría a abrazarme.

Claro que si preciosa y tú eres la princesa de esta casa- le dije mientras le hacía dar una vuelta para mirarla bien. Tenía un vestido de color rosa con flores en el volado y una pequeña corona, que sujetaba las dos trenzas que me había hecho.

tú también estás muy hermosa- esta niña sí que sabía decir palabras de aliento.

Vamos a entrar- le dije tomándola de su mano y dirigiéndonos hacia el interior de la casa.

Sin que me viera deje los regalos bajón el gran árbol de navidad que estaba en el recibidor, si no fuese porque lo había visto por la mañana, me hubiese quedado embobada mirándolo, fácil tenía que medir más de dos metros. Estaba decorado perfectamente, con luces por todos lados y hasta la estrella de la punta tenía una sutil luz blanca.

Amelia estaba con Nataly e Isabella en el gran comedor, vestía un lujoso vestido de color azul con piedras blancas, mientras que nataly tenía un vestido de color verde oscuro pegado a su cuerpo, e isabella tenía un vestido negro pegado en la parte del pecho, pero suelto en la cintura.

Eran diosas comparadas a lo sencilla que estaba yo, pero aun así me recibieron con abrazos y sonrisas. La verdad que era imposible sentirse fuera de lugar con ellas, porque siempre me habían aceptado como era, a pesar de todos los tatuajes que cubrían mi piel.

La cena fue completamente hermosa, estaba una pareja amiga de nataly que nos hizo llorar de la risa. Por primera vez hasta Fabritzio se reía de lo que le contaban. Cristián también disfrutaba de todo lo que ocurría.

Para el momento de los regalos, creo que algunos ya estaban entonados con el alcohol, pero no agresivos, sino que todo lo contrario superalegres y daban alegría a todos los presentes. Le entregué a Sofía mi regalo, era sencillo, pero sabía cuanto le gustaría el peluche de unicornio que había visto el día que fuimos a la playa. Vi como sus ojos se llenaban de agua y volteaba a decirle a la abuela, este es el que yo quería. Para Amelia, Nataly e Isabella era el mismo regalo una pulsera con pequeños dijes hechos en piedras violetas y negras con forma de colibríes. Hasta Cristián se sorprendió cuando me dirigí a él con mi regalo, no era nada ostentoso, sabía que fumaba, así que le compre un encendedor de metal dorado con un detalle de calavera en plateado. Me miro sorprendido, supongo que no lo esperaba. En cuanto a Fabritzio, realmente había pensado demasiado en que regalarle, pues es una persona que no solo lo tiene todo, sino que también no deja ver gustos. Pero hace poco había escuchado que su cortador de puros se había roto, así que conseguí no solamente el cortador, sino también el envase donde se guardan los habanos, había pedido que grabarán sus iniciales en plateado. Supongo que él ver lo que era su regalo lo sorprendió, porque asintió con la cabeza. No es que esperaba un gracias, pero hubiese sido lindo que me lo dijera.

Amelia se acercó a mí para darme un paquete, sabía que algo se traía en las manos, pero jamás imagine que había sido capaz de comprarme un conjunto de collar, aros, pulsera y anillo de oro blanco don diamantes. Por dios es era mi sueldo entero de varios años. La abracé con tanta fuerza que seguro creyó que la partiría al medio.

Nataly me regalo dos bolsos realmente hermosos y de diseñador, también se llevó un gran abrazo de mi parte. Isabella mandó a Sofía a darme el regalo, eran libros, yo amaba leer y ella lo sabía, había 4 libros, dos de terror y dos de romance. La levanté en un abrazo que dejó a varios impactados, supongo que no era normal que una dama de compañía recibiera tantos lujos.

Cuando Cristián se acercó a darme un regalo, sentí como si una mirada de hielo se posara en mi espalda, pero no le di importancia.

Para recibir tu regalo me tienes que acompañar afuera- me dijo bajo la mirada asombrada de todos los presentes.

Obviamente, no fui sola, al parecer todos estaban intrigados en saber que era lo que me regalaría. Abrí una capital que me entregó y mi corazón se paralizó al ver un juego de llaves, reconocía perfectamente que eran de una moto, pero el verla estacionada en la puerta hizo que mi mente no pudiese responder con un gracias. Era una preciosidad, una Benelli 110 en color negro con líneas rojas.

sé que no manejas motos grandes, pero al menos con esta estarás más cómoda en tus repartos- me dijo encogiéndose de hombros.

Gracias, en verdad muchas gracias, es más de lo que puedo recibir, todos me dieron cosas tan sorprendentes que no sé cómo agradecérselos- dije escondiendo mis ojos que amenazaban con llorar debajo de mi mano.

Deberías volver al interior de la casa, aún no te he dado mi regalo- dijo fríamente Fabritzio, cuando sorprendida me di vuelta a verlo. No esperaba nada de él, con una simple felicitación estaba agradecida.

Volvimos a ingresar todos y lo seguimos hacia el living, me quede sorprendida cuando se acercó hasta un hermoso piano de color blanco que estoy segura de que a la mañana no estaba ahí.

Este es tu regalo- me dijo posando su mano en el teclado.

Caí de rodillas, mientras lloraba, no esperaba un regalo así y seguramente él no sabía el significado de eso. Mi abuela materna me había enseñado a tocarlo y cuando falleció a mis 16 años, nunca más tuve la posibilidad de volver a estar cerca de uno sin recordarla.

Amelia y Nataly me ayudaron a pararme y a acercarme hasta él para apreciar mejor su hermosura.

¿Quieres tocar?- me dijo mientras lo miraba y seguía sin poder decirle gracias.

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Comments

Rosa Nury Peguero

Rosa Nury Peguero

Graciela saiz yo también son mi favorita pero cuando de verdad son mafiosos que le secuestran la esposa o los hijos y en un abrir y cerrar de ojo ya saben dónde están

2024-05-14

1

Yoleidy ochoa

Yoleidy ochoa

al principio de está novela no me gustaba tanto , pero dió un giro de 360° que Dios mío se puso buenísima me encanta felicidades autora bella está historia

2024-05-09

1

Giovanna Xchel Maya

Giovanna Xchel Maya

estoy encandilada con esta maravillosa novela...
🥹🥹🥹

2024-05-09

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