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Narra Fabritzio

casi dos meses pasaron desde que eche a Mario de la casa y mi abuela tuvo ese infarto, la cabeza me da mil vueltas por hora, pensando en todo y a la vez solo en una persona. Cristián solamente se limite a verme, parezco un puto león enjaulado.

Llevo varios días yendo a uno de los clubes que están bajo mi mando, pero no hay puta que me dé ganas de coger, la única que quiero sentir en mi cama es a esa mocosa de ojos azules y larga cabellera rubia, esa que ha estado en mi mente y en mi corazón por varios días y que me nubla la vista cada vez que la veo. Hace su trabajo de forma impecable no tengo la más mínima duda ahora del por qué mi abuela la quiere tanto.

Jure nunca volver a querer a nadie, pero esta mocosa puso mi mundo de cabeza, le llevo 10 putos años y aun así me la imagino desnuda entre mis brazos, mi entrepierna siente el deseo que mi cabeza le manda.

Intente no cruzarme mucho en su camino, pero no dejó de parecer un pervertido cada vez que la veo a través de la ventana. sé que sabe que estoy ahí, pero me es imposible alejarme de ella.

Si sigues acechándola así te van a poner una denuncia de acoso- al parecer mi amigo se encontraba divertido con mi situación de mierda.

¿qué averiguaste?- le digo sin responder a su estúpido comentario.

Bueno los rusos saben que fuiste quien mato al hermano del líder, pero al parecer no van a buscar revancha por la muerte de tu padre- me dijo leyendo nuevamente los informes de nuestros espías en Moscú.

Eso es bueno, serán unas fiestas tranquilas entonces- dije sin despegar mi cabeza del frío vidrio.

¿qué le vas a regalar?- su pregunta me tomo desprevenido.

¿A quién?- le pregunte mirándolo a través del reflejo del cristal.

Pues a la mujer que consiguió que no puedas ponerla en ningún otro agujero- me mira divertido, le sacaría los ojos y la lengua, pero sé y sabe que tiene razón.

¿No sé dé que hablas?- no voy a darle el gusto, si no se va a volver un puto grano en el culo.

Pues, si te sirve de sugerencia, sé que toca el piano- me dijo y se asombra cuando volteo a verlo con la mirada asombrada- he hablado con ella cuando choco a veces en la cocina- se encoge de hombros, y mi furia aumenta.

¿Te gusta?- le digo sin pelos la lengua y su vida depende de la contestación que me dé.

¿Cambiaría algo si te dijera que si?- dos pasos nos separan, mi quijada cae del asombro de su sinceridad, pero la verdad es que siempre me fue fiel - creo que es una gran mujer, no sé que le paso para que se cerrara a la felicidad de esa manera, pero me gustaría verla sonreír en los brazos de alguien que valore su amor y su sinceridad, no es como las que estamos acostumbrados, no la ganarás con plata, pero si de algo te sirve, le gusta tocar el piano- se levantó y me dejó solo en mi escritorio.

Si aprovecharía esa información, pero como darle semejante regalo a alguien que no le gusta recibirlos. ¿qué excusa podría poner para qué lo acepte? Por más que me moleste debería hablar con la única persona que me iba a ayudar sin ponérmela difícil, mi querida abuela.

Seguramente esa chica ya se había ido a su otro trabajo, porque cuando salí al jardín, mi abuela estaba sola con su dama de compañía.

Buenas tardes, abuela- le dije tomando asiento frente suyo.

Fabritzio- fue lo único que me dijo, sé que aún estaba enojada conmigo, aunque no entendía el por qué si al final de cuentas yo había salvado a esa mocosa.

Abuela necesitó pedirte un favor, quiero hacerle un regalo a Katherine por su buena labor en esta casa y porque sé lo que ella significa para todos ustedes-

¿Solo para nosotros?- me interrumpió clavando sus ojos en mí. Nunca tuve miedo a nada excepto a mi abuela.

Sabes que es importante para todos, aun así quiero hacerle un regalo digno de ella, pero sé que no va a aceptarlo, así que necesito tu ayuda- le dije y pude ver un destello en sus ojos.

Mi querido nieto, no creas que no te veo espiarla desde tus sombras, solamente voy a decir esto una vez, ella pasó por demasiado como para que tú termines de condenarla a tus malditos juegos, no es una mujer que sé folla y luego se tira, no es un cacho de carne como todas las putas que tienes a tu alrededor, si no vas a amarla con sus cicatrices y su pasado, no te atrevas a llevarla a tus tinieblas. es demasiado pura como para que la corrompas y no voy a permitirte lastimarla- nunca antes mi abuela me había dicho cosas parecidas de hecho jamás se había preocupado por algo tan trivial como el amor.

No es mi intención hacerla mi esposa- le contesté fríamente.

Entonces no tengo obligación de ayudarte con lo que me pides. Kat es demasiado especial para mí, como para verte a ti destruirla- se levantó y me dejó solo con mis pensamientos ¿acaso tan hijo de puta me consideraba mi abuela? ¿Tan poca cosa como para estar cerca de esa niña?.

No voy a negarlo, sus palabras me dolieron, calaron en lo más profundo de mi alma, se notaba que la quería, pero jamás pensé que se preocuparía de esa manera. era obvio que no iba a jugar con ella ¿o si? ¿qué significaba esa mujer para mí?

Después de un rato me levanté de la silla y volví a encerrarme en la oscuridad de mi despacho. Mi abuela había sido tajante con su decisión, ella no me ayudaría ¿pero por qué me importaba? Le daría el regalo y serian todos felices, aunque en mi interior sabia que lo rechazaría y eso me partiría al medio.

Mi madre ingresó sin golpear, se acercó hasta la silla enfrente de mí y se sentó, solo se limitaba a mirarme y creo hasta adivinar el por qué está aquí, seguramente mi abuela ya le informó de mis intensiones.

¿qué pretendes hijo, con Kat?- directa al punto, eso me gustaba de mi mamá, no daba vueltas.

Solamente quiero darle algo que disfrute y en compensación por lo que ella hace por mi abuela- le dije mirándola a los ojos.

A mí no me engañas ¿qué sientes por ella?- sus palabras seguían tocando la llaga en mi alma.

No lo sé, la verdad es que no sé que siento, pero tampoco quiero que piensen que la voy a usar- fui sincero.

Tu pasado te precede hijo, pero hasta no saber que es lo que sientes, mejor sería que te abstengas de darle obsequios- se levantó y se fue, otra vez me quede con las malditas palabras en mi boca.

Bien averiguar que carajos sentía por ella, pero algo era seguro, hoy cenaría solo con mis pensamientos.

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