Capitulo 6 Cayendo en tus encantos.

Ricardo se despierta, estira la mano y toma su reloj. Marcaba las 6 AM. Se estira y al voltear su corazón salta al ver a Aurora durmiendo a su lado profundamente.

La admira y piensa en lo hermosa que se ve dormida. Después de estar un buen rato mirándola dormir. Decide levantarse, bañarse y bajar a hablar con Marjorie y a terminar de concretar el trato.

Así también le da espacio a Aurora para cuando se levante no se asuste nuevamente al verlo en la misma cama.

Baja las escaleras y ya Marjorie lo esperaba para desayunar.

- Buenos días Marjorie. - saluda Ricardo

- Buenos días Ricardo, y ¿dónde está Aurora?

- La deje dormir un poco más - le responde Ricardo mientras se sienta.

- De verdad que hacen una hermosa pareja, se les ve el amor que les brota por los poros.

- Muchas gracias Marjorie. - luego le pregunta cambiando el tema - ¿Marjorie que has decidido del manuscrito? Ayer me dijiste que hoy me tendrías una respuesta.

- Si, los he estado observando, porque te voy a confesar que alguien me envió un mensaje anónimo diciendo que tu matrimonio era una farsa.

Ricardo frunció el ceño como muestra de molestia. Y pregunto con tono molesto.

- ¿Quién se atrevería a hacer semejante cosa?

- No lo sé. Lo que si sé, es que te querían perjudicar. Pero tranquilo, los he estado observando y me he dado cuenta de que es solo una mentira de esa persona.

Se levantó y se acercó dónde Ricardo y le extendió la mano y le dijo.

- Cuenta con mi manuscrito de retiro para ser publicado por tu editorial.

Se estrecharon la mano, y Ricardo estaba tan feliz que subió corriendo a contarle a Aurora. Toca la puerta, para evitar lo que pasó ayer.

- Adelante dijo Aurora - mientras terminaba de maquillarse frente al espejo.

Ricardo abrió la puerta y camino hasta donde estaba Aurora, la levanto y la cargo, le dio varias vueltas. Mientras me decía emocionado.

- Lo logramos, lo logramos!!!! Tenemos el manuscrito!!!!

- Que alegría de verdad, pero por favor jefe, bájame, me estoy mareando.

Ricardo la baja y apenado le pide disculpas, le dice que la emoción le ganó.

- Jajaja tranquilo jefe, yo estoy bien. - le dijo Aurora mientras le brindaba una gran sonrisa.

Esta sonrisa le derritió el corazón a Ricardo. Esa sonrisa iluminaba la habitación.

- No lo habría logrado sin ti, es por eso que quiero invitarte a dar un paseo. ¿Sabes esquiar?

- ¿Esquiar? La verdad es que no

- Bueno, tranquila, aquí tienes al mejor profesor. - dijo Ricardo con pose de orgullo.

Salieron solo los 2 muy contentos. Ricardo la llevo a Sonnenalp, un hermoso lugar localizado en el remonte Góndola One. La invito a almorzar en el restaurante. Luego fueron a buscar equipo y se dirigieron un espacio adecuado para que Ricardo le enseñará a esquiar a Aurora.

Aurora trataba de seguir las instrucciones que le daba Ricardo. Pero era más el tiempo que estaba en la nieve que la que estaba para en los esquís Esto hacía reír mucho a Ricardo, le parecía tan adorable. La verdad es que Aurora lo tenía cautivado.

En uno de esos momentos en el que Aurora Iba a caer se agarra de Ricardo y caen uno encima del otro. Frente a frente. Ricardo miraba los labios de Aurora con ganas de devorarlos, Aurora sentía que su corazón se le iba a salir del pecho, Aurora se perdía en los profundos ojos de Ricardo.

En un momento de lucidez Aurora le dice a su jefe con una suave voz.

- Jefe creo que ya es hora de hacer otra cosa. Me siento su payaso con esto de aprender a esquiar.

- Jajaja no Aurora, ¿Cómo vas a decir eso? - decía Ricardo mientras reía.

Ricardo se levantó, y levanto a Aurora con delicadeza.

- ¿Estás bien? - le pregunto Ricardo.

- Si jefe, gracias. - sonrió Aurora mientras bajaba la cabeza para que no viera su rostro como un tomate.

Terminaron, entregaron los equipos y Ricardo la llevo al Jardín Botánico, era totalmente hermoso, había una hermosa cascada, que podían disfrutar desde un pequeño puente de madera. Todas flores adornaban el paisaje, era una vista realmente cautivadora.

Ya era. Las 4 pm y estaban por cerrar el Jardín Botánico. Así que Ricardo la invitó a caminar por un sendero natural. Mientras platicaban de varias cosas.

Habían platicado tanto que las horas se les pasaron sin darse cuenta. Ricardo vio la hora en su reloj y se dió cuenta de que ya era hora de cenar.

- ¿Qué tal si vamos a cenar? Conozco un buen restaurante que te va a gustar.

- Claro que sí jefe, la verdad es que me estoy queriendo de hambre.

Llegaron a un hermosos restaurante, y la mesa que le dieron tenia una bella vista del valle. Mientras disfrutaban de una deliciosa velada, Ricardo se levanta y le dice a Aurora que espere un momento, que irá al baño a llevarse las manos.

En el camino es abordado por Isadora, que estaba en el restaurante y al ver que él va hacia el baño, corre para hablar con él.

Lo toma del brazo y cuando Ricardo voltea para ver quién es, Isadora lo abraza y con las lágrimas más falsas que puede haber le dijo.

- Ricardo, mi amor, yo te amo a ti, siempre lo he hecho y no a Esteban. Ya le pedí el divorcio.

A Ricardo ya se le estaba empezando a subir el enojo, la tomo por los brazos para zafarse de su abrazo. Y le dijo.

- Ya te dije que me dejes en paz. No me importa si te divorcias o no. Yo estoy...

En ese momento Isadora lo besa con desespero. Y justo allí los veo Aurora, que también había decidido ir a lavarse las manos.

Sintió un frío recorrer su nunca y sentir que un vacío llenaba su cuerpo. Se quedó estática viendo toda la escena, quería salir corriendo, pero no podía. Su cuerpo no le respondía.

Ricardo se dio cuenta de la presencia de Aurora, y de un empujón alejo a Isadora, está casi cae al piso, si no es porque se sostuvo de una mesa.

- No vuelvas a hacer eso!!!! - Grito Ricardo.

En ese momento la razón volvió a Aurora y salió corriendo a pedir un taxi. Mientras Isadora veía la intención de Ricardo de ir tras ella. Los tomo de mano y le dijo

- Por favor Ricardo, perdóname. Recuerda todos los años de amor que tuvimos, recuerda lo felices que éramos, ninguna mujer te puede complacer en la cama como lo hacía yo.

Ricardo la lleno de fuerza se suelta de su agarre. La toma por el cuello y le dice.

- ¿Acaso tú recordaste todos los años, todo el amor, y todo el sexo cuando te casabas con el imbécil de mi hermano?

La cara de Isadora ya se estaba poniendo roja. Y antes de soltarla le dijo.

- Si te vuelve a acercar a mí o a mi esposa te juro que te mato. - la soltó y la dejo tosiendo mientras corría tras Aurora.

Gracias a Dios, llegó justo a tiempo para subir con ella al taxi.

Ella ni siquiera lo miraba. Tenía tanta rabia. Trataba de calmarse pensando. Cálmate, no tienes derecho a sentirte así, él no es tu esposo de verdad. Todo es una farsa para conseguir un objetivo.

- Aurora, escúchame, no es lo que piensas. - le dijo Ricardo mientras trataba de tomar.su mano.

Pero ella la quito de inmediato. No lo veía, solo veía por la ventana. No decía nada.

Llegaron a la mansión, Aurora pago el taxi y se bajó sin mirar atrás.

Ricardo, bajo velozmente y la tomo por el brazo y la volteo para que lo mirara.

- Aurora, por favor, vamos a hablar - le rogaba Ricardo.

- Jefe no tiene que explicarme nada, ambos sabemos que esto es una farsa y que ella siempre ha Sido la dueña de su corazón. - dijo Aurora tratando de retener las lágrimas que se asomaban en sus ojos.

Al ver esta reacción Ricardo puedo ver qué Aurora tenía sentimientos por él también.

Pero como no lo quería escuchar la cargo como un saco de papas y camino hasta una parte alejada del jardín donde había una banca, ella gritaba que la bajara, que si se había vuelto loco.

Llegaron y la bajo con delicadeza y en ese instante tomó su rostro con ambas manos y besos Aurora. Ella se quedó totalmente asombrada, no entendía que estaba pasando.

Él invadía su boca con su lengua y ya Aurora no se resistió más y se dejó llevar. Empezó a disfrutar ese beso. En el momento en el que ya necesitaba aire para respirar fue que Ricardo la soltó.

- Aurora - le dijo mirándola a los ojos - Me estoy enamorando de ti, estos días junto a ti me has hecho caer en tus encantos, por favor créeme cuando te digo que no quiero nada con esa loca mujer. Por favor dame una oportunidad.

Los ojos de Aurora se abrieron como 2 enormes platos, no podía creer lo que estaba escuchando.

Para Aurora esto no tenía sentido. ¿Cuándo sucedió esto? ¿Será verdad? Pensaba ella.

Ricardo le acariciaba el rostro y los labios y le pregunto.

- ¿Me darías la oportunidad de ser tu pareja?

- Yo... Yo...

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