Ansioso.

Jacob.

Estaba pensando en que quizás había sido una mala idea llamarla a estás horas, pero cuando escuché su voz adormilada, una calidez en mi pecho super rara me hizo sonreír, no quise decir nada y a demás, no sabía que decirle exactamente. Quizá solo quería escucharla.

Creo que se ha enojado por ser llamada a esta hora y no oír respuesta de esta parte, estuve a punto de hablar, pero ella colgó. No puede evitar reírme.

- Pero que genio ~digo con una sonrisa viendo la pantalla del celular y ver que ha colgado~

Estuve a punto de volverla a llamar, pero me dije que probablemente sí está cansada para levantarla y hablar a estas horas, lo más probable es que si ve que soy yo, me cuelga.

Decido dejar el celular a un lado, y dormir también.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

En la mañana.

La veo, la siento... Ella me toca y me besa el cuello, tengo ganas de tocar su cuerpo y probarlo por todos lados, quiero que me mire y mientras lo hace me pida que no me detenga, pero más que eso... Quiero abrazarla, o más bien, que ella me abrace y mientras acaricia mi cabello, yo me pierda entierre en su cuello embriagándome con su perfume que solo tiene ese efecto cuando es aplicado sobre su piel.

Me despierto de golpe sentándome en la cama, estoy sudando como si hubiera corriendo una maratón y... Y mi mi**bro está tan duro que duele.

- Dios... ¿Qué está pasando? ~me llevo las manos al rostro con frustración~ ¿Qué es lo que está pasando conmigo? ~escondo mi rostro entre mis manos~

No es suficiente imaginarla mientras cojo con otra, ahora también la sueño. "¿Qué mierda tiene esa chica?", me pregunto internamente. Creo que voy a enloquecer si no la hago mía lo antes posible, esto es desesperante. Pensaba irme mañana temprano, pero no aguanto, hoy mismo tengo que salir de aquí y volver a Seattle.

Tomo mi celular y le marco a Marlon (jefe de la mafia), timbra un par de veces hasta que por fin contesta.

- Necesito que hoy mismo vengan por la mercancía, no puedo esperar hasta mañana ~es lo primero que digo cuando contesta~

- ¿De qué hablas?. Quedamos en que mañana pasarían los dueños de la mercancía ~responde este algo confundido~

- Sabes que no puedo irme hasta que saquen esa mierda de mi hotel, y no puedo esperar hasta mañana, necesito regresa a mi casa hoy mismo, es... Urgente ~carraspeo algo incómodo~

- Bien... Déjame llamar para adelantar todo ~suspira con frustración~ Pero de una vez te digo que eso no será ya mismo, lo más problema es que tengas que esperar hasta la noche que ellos lleguen aquí y planeen como sacar la mercancía del hotel sin levantar sospechas.

- De acuerdo ~cuelgo sin más~

Me paro de la cama y voy hasta la tina, la preparo y cuando ya está lista, me sumerjo en ella. Me quedo ahí metido casi una hora, hasta que me da por llamar a Dylan para avisarle que viajaré hoy mismo. Salgo de la tina, me arreglo y me siento en el borde de la cama agarrando el celular y marcándole a Dylan. Espero unos segundos y cuando contestan me quedo extrañado y confuso al escuchar la voz al otro lado de la línea.

- ¿Sarah? ~frunzo el ceño con molestia~

- Eh... Hola ~se escucha nerviosa~

- ¿Qué carajos haces con el celular de Dylan? ~ojalá no sea lo que estoy pensando~ Espera, ¿Pasaste la noche con Dylan?

- Buenos pues... ~no la dejo terminar~

- Pero si me habías llamado porque querías desaparecer de su presencia, ¿Qué les pasa? ~estoy enojado~

- Escucha, mal nacido ~habla de pronto Dylan~ Sarah nunca escapará de mí.

- ¿Eres idiota o qué? ~hablo fuerte~ Sarah no es como las putas con las que te acuestas todos los días, más te vale... ~digo con evidente enojo, pero este me corta~

- Sé perfectamente como es ella y no tengo que pedirte permiso para ver a con quién cojo ~dice muy tranquilo~

- Dylan... ~le hablo con advertencia~

- Calmado, bestia ~dice entre risas~ Dile que te trate muy bien anoche ~le habla a Sarah~

- No seas maldito, Dylan ~digo con asco, se a lo que se refiere~

- Ya, ya ~dice después de reír~ ¿Para qué llamas?, no creo que para confirmar si Sarah estaba conmigo, ¿O sí?.

- No, y habría preferido no llamar ~digo con fastidio~ Llamaba para decirte que he decidido viajar hoy mismo de regreso.

- ¿Por qué?, pensé que no vendrías... Hasta mañana ~dice con un poco de dificultad~

- Pues... ~me interrumpe un extraño sonido que identifico como un gruñido~ Pero que... Son unos asquerosos.

- ¿Qué?, espera... ~parece que ha caído en cuenta, pero ya le he colgado~

En la noche:

- ¿Por qué tan demorados? ~le pregunto a Marlon con frustración~

Hemos estado todo el bendito día esperando a los que ahora son dueños de la mercancía. Por suerte el reparto del dinero ya se hizo, así que estoy tranquilo por esa parte, pero hace rato que debí estar volando a Seattle.

Son la una casi las dos de la madrugada. Por fin llegan los múltiples hombres a recoger la mercancía de su jefe, están vestidos como gente común y corriente, hasta parece que son huéspedes del hotel. Nadie aquí se imagina que estos hombres tienen quién sabe cuántos muertos encima.

Pasan por lo menos media hasta que por fin mi hotel está libre de cualquier sustancia ilícita. Me encargue de echarle un último vista a todo lo que tiene que ver con el hotel, me despedí del administrador encargó del hotel (que no sabe absolutamente nada sobre las mercancías), y le pedí a mis hombres que tuvieran todo listo para partir en ese mismo instante.

Tuve que esperar como diez minutos más hasta que por fin, ya me encuentro de regreso, solo estoy pensando en una persona.

Después de casi tres horas de vuelo, por fin ya estoy en Seattle.

- No iré a casa ~le digo a uno de mis hombres~ Tomaré la caminata ~digo subiéndome a esta~ Y no es necesario que me sigan.

Sin más, me dirijo a casa de Kathering. Mientras manejo, echo un vistazo al reloj en mi muñeca, son las 3:45 AM, pero no me importa. Acelero ansioso por... Por verla.

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