Kathering.

Soy Kathering, tengo 24 y estoy en mi último año de medicina. Acabo de salir del trabajo y estoy tumbada en mi cama. He estado algo cansada últimamente, las clases y el trabajo en Star Coffee, ocupan todo mi tiempo. Aunque hoy es sábado y celebro que no tuve clases hoy, así que puede descansar toda la mañana antes de irme al trabajo.

Miro la hora en mi cel y me doy cuenta de que son las 8:45pm. Me levanto de la cama para ir a la cocina y me hago dos sandwiches. Estoy metida en Instagram y de repente me sale una foto de Enzo con una chica, que supongo que es su novia.

Enzo es el mejor amigo de mi hermano, he estado enamorada de él desde que tengo 15, pero él toda la vida me ha visto como una hermana menor. Jamás le he confesado mi amor directamente, pero sé que él me rechazaría, porque a demás, no soy el tipo de mujer que le gustan.

La chica de la foto es rubia de ojos azules, es delgada y alta, se ve también que es muy fina. Yo francamente no tengo nada de eso, mi cabello es negro y mi piel es morena. A los hombres les encantan las mujeres con cabello lacio y sedoso, a diferencia de mí que tengo crespos que parecen más bien que mi cabello está enredado. Lo único que me salva son el color de mis ojos. No soy una chica voluptuosa, pero tampoco soy tan delga como las chicas con las que él acostumbra salir.

Pero mi hermano, mi hermano si salió con toda la suerte del mundo. Mi hermano es ojiazul, rubio y alto, gracias mi padre. ¿Yo?, yo aún tengo que subirme a la encimera de la cocina para alcanzar cualquier cosa en los cajones de arriba, gracias a mi madre. A ella nunca la conocí, murió cuando tenía un año apenas. Según mi padre y hermano, soy idéntica a ella.

Mi hermano apenas tenía 6 años cuando eso pasó, pero dice que recuerda muy bien algunos momentos con ella. Siempre me molesta con mi estatura.

- Ahora si es verdad que nunca se va a fijar en mí ~suspiro con tristeza mirando la foto~.

Me quedó pensando un rato y decido salir a despejar la mente un rato, había pensado en llamar a mis amigas Sarah y Hillary, pero recuerdo que el novio de la última está de cumpleaños y supongo que deben estar celebrando con él, así que desisto de llamarlas y después de cambiarme con un vestido nuevo que había comprado y no me lo había puesto quien sabe porqué, salgo mi casa.

Ya son las 10 y ni siquiera sé a dónde ir, aparte de Sarah y Hill, no tengo más amigas. Definitivamente,, no voy a mi hermano. No le diré que me siento mal porque llevo años enamorada de su mejor amigo y que me duele saber que está saliendo con alguien.

Yo no soy mucho de salir, pero he ido un par de veces a un club al que Hill si frecuenta más, así que decido ir y tomar unos tragos solo para despejar la mente.

Tomo un taxi y le pido al conductor que me lleve al club, este asiente y se pone en marcha.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Después de unos minutos.

Me encuentro en el bar, al lugar ya no le cabe ni un alma más. El hombre en la entrada me miro de pies a cabeza y me dejó pasar así sin más, creí que tenía que darle dinero, pero me dejó con la mano dentro de mi bolsa. Hay demasiadas personas bailando, otras simplemente están sentadas en diferentes mesas charlado y bebiendo. Me fijo que en el bar no hay tanta gente, así que después de observar unos minutos todo el bar, que se me hacía caso imposible por las tenues luces de colores que apenas alumbraban sitio. Camine entre la gente algo sudorosas por el baile hasta que por fin me acerque más al bar.

Desde lejos observo a un hombre que me mira fijamente y me tenso por eso. A media que me acerco al bar, desvío la mirada haciendo como si no estuviera él ahí. Me siento en el taburete de al lado y chico del bar se acerca y le pido un martini. Aunque lo estoy ignorando, se que el hombre está mirándome fijamente y no puedo evitar tensarme en mi lugar. Después de que el chico trae mi bebida, me apresuro a tomar un sorbo.

- ¡¿Cómo puede estar mirándome así?! ~pienso nerviosa y algo incómoda~.

No sé que hacer exactamente. Puedo ver de reojo que toma de su trago sin apartar su vista de mí, se que está escrutandome con la mirada. En este momento lo que más me preocupa es que mi cuerpo deje ver lo nerviosa que estoy.

No estoy aquí en busca de hombres, abrirá podido hablarle, pero seguro es de los que espera que después de aquí vayamos a un hotel, nos acostamos y después cada quien que continúe con su vida. No necesito eso ahora, aunque francamente llevo un buen tiempo sin nada de sexo.

A pesar de que han pasado solo unos minutos, siento que lleva una eternidad mirando de manera tan despectiva, me tomo de un sorbo el resto del martini, saco dinero de mi cartera, le hago una seña al chico del bar y antes de que esté se acerque por completo, me paro y me voy hacía los baños.

Una vez estando dentro, tomo un poco de aire y respiro con algo de dificultad. Mi cuerpo se sentía pesado ante su mirada, y aunque me encargue de no verlo directamente, siento que me ha desnudo y me ha hecho el amor con su sola mirada.

- Que loco... ~digo mirándome en el espejo~.

Me mojo las manos y las sacudo para escurrirlas un poco, las pongo en mi cuello y en mi frente. Me siento caliente. Escucho la puerta abrirse, pero no presto atención, a de ser cualquier otra chica, por supuesto.

- ¿Kate? ~dice una vos atrás de mí y me giro en su dirección~.

- ¿Hill? ~digo con algo de rareza en mi voz. Es que si me parece raro encontrarla aquí y más porque estuve pensando en llamarla, precisamente para que viniera conmigo aquí~.

Se acerca y me abraza.

- Has venido aquí y no me has llamado, ¿Por qué? ~me mira de pies a cabeza~ No me digas que has venido con un chico, porque ese vestido está de muerte ~sonrío por eso~.

- No, solo salí un rato a despejarme un poco, iba a llamarte, pero creí que estarías celebrando con Lían ~la miro algo confundida~.

- De hecho, eso hago. Estamos celebrando aquí con otros amigos de él. ¡Ay tienes que venir conmigo!, Dylan ha venido con una rubia superestirada. ~doce con fastidio y se acerca al espejo a retocar su maquillaje~.

- ¿Dylan? ~digo con curiosidad~.

- Es el imbécil amigo de Lían, son como hermanos ~responde con tranquilidad aún con retocando su maquillaje~.

- ¿Y también te cae mal?.

- No no, me encantan los amigos de Lían. De hecho, me llevo muy bien con ellos, solo que son un poco... Ni siquiera sé qué nombre darles. Son muy chéveres, pero ninguno de ellos cree en relaciones formales, así que se la pasan de mujer en mujer.

- ¿Y quieres presentarme a chicos así? ~me cruzo de brazos pero digo con gracia~.

- Son chicos con los que se puede tener una buena amistad a pesar de sus vidas íntimas, seguro te caerán muy bien. A demás, no te estoy pidiendo que cojas con alguno de ellos ~termina de arreglar su maquillaje, se gira hacía a mí y me jala del brazo arrastrandome fuera del baño~.

Efectivamente, Hill me lleva hasta la mesa en dónde visualizo a Lían. Saludo y felicito a Lían, me presenta al tal Dylan y a la rubia con la que ha venido. Supongo que por la actitud de Dylan puede que me lleve bien con él y a decir por la rubia que me mira como con asco, celebro internamente que después de esta noche, no la volverán a buscar ni en pintura.

- Estúpida ~pienso mientras le sonrió falsamente y nos saludamos~.

- Y este último es Jacob ~dice Hill~.

El hombre está concentrado en su cel hasta que cae me cuenta y lo apega para alzar su vista hacía a mí. Siento como si el alma se me saliera del cuerpo al reconocerlo, ¡es el mismo hombre que prácticamente me cogió con la mirada en el bar!, pienso pero trato de aparecer lo más relajada posible.

Le extiendo mi mano y este la estrecha. Estuve a punto de soltar un quejido cuando siento el corrientazo en mi espina dorsal al verlo sonreír así.

- Jacob ~me dice y creo que no escucho cuando Hill me dijo su nombre, así que lo dejo pasar~.

- ¡Santo cielo!. ¡Pero qué maldita vos! ~ pienso y mi interior se sacude cuando me responde. Creo que me he mojado~.

Ambos nos soltamos y me siento al otro lado de la mesa frente a él y al lado de Hill. Intercambio unas palabras con Hill y Lían, aunque estoy actuando como si nada, puedo sentir su mirada y quiero salir corriendo.

- Se me ha desprendió uno de mis pendientes ~dice tocando su oreja y mirando hacía el piso~ Quizás se me ha caído por aquí ~se para del sillón y hace que yo también lo haga~ No te quedes ahí parada, siéntate al lado de Jacob mientras busco.

¡¿Que, qué?!, grito en mi mente pero hago lo que me dice, rodeo la mesa y me siento al lado del hombre. Antes Dylan había llamado a un chico para pedir más tragos y yo pedí otro martini, así que bebo un sorbo de este y creo que fue para agarrar coraje porque le he hablado.

- ¿Vas a seguir mirándome así? ~le digo y este me da una sonrisa ladea y suelto disimuladamente el aire~.

Sus putas facciones y sus ojos son de otro mundo. Aunque me estaba haciendo la loca hace rato en el bar, lo llegué a ver de reojo, y ya que este nunca aparto sus ojos de mí, puede notarlo. A demás, a medida que me iba acercando al bar, logré verlo antes de desviar mi mirada. Este hombre no puede ser de este mundo, pienso.

Este me responde y estoy segura de que mis bragas retienen un tsunami. Esa vos tan grave y llena de lujuria combina perfectamente con su mirada profunda que parece que puede verme el alma.

Lleva rato mirándome los labios y se que quiere besarlos. Grito internamente cuando me lo confirma. Este se acerca pretendiendo besarme pero me alejo y eso lo hace detenerse. Está equivocado si cree que me va a llevar a la cama está noche.

Río sutilmente por su intento de besarme, le dejó ver que no soy como las chicas a las que está acostumbrado. Termino mi martini de un solo sorbo y me acerco a su odio para dejarle claro que no me llevará a la cama como pensaba. Me alejo y me paró.

- He recibido una llama importante así que debo irme ~le digo a Hill~.

- ¡Ay enserio! ~dice con reproche~.

- Sí, lo siento ~se pone de pie y me despido de ella con un abrazo~.

Me despido de Lían, Dylan y apenas de la rubia. Me alejo casi corriendo de ahí. Salgo del bar y pido un uber, pero parece que estoy esperando una eternidad aquí.

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