Mujer extraordinaria

William

Como emperador siempre he tenido todo lo que quise, porque me lo gane con mis capacidades. Luego de la muerte de mi padre, tome el trono a los 19 años. Varios reinos nos odiaban por ser mitad demonios. Al igual que la iglesia, nos consideraban una aberración. Y ciertamente lo éramos cuando de proteger lo nuestro se trataba. Lo comprobaron cuando quisieron una guerra y les gane junto a mi ejército

Hace unos meses tuve que enviar a mi hermano a la frontera en mi lugar, no estaba en buenas condiciones desde que regrese de Namibia. ¡Odiaba hacerlo! Nunca lo enviaba a situaciones complicadas, al menos solo. Sin embargo, no tuve opción. Cuando me envió una paloma informando su victoria y regreso, me hizo feliz. Me hubiese gustado celebrar con él y sus soldados.

Pero no podía entrar aquí y yo no debía acercarme a él. ¡En caso de que muera, él deberá tomar el trono! Por lo poco que entiendo puede contagiarse y Julián es tan terco como yo, así que envíe a la doctora para qué le explicará.

Temor, pánico, peligro, respeto, obediencia es lo que sienten las personas al verme y no negaré que disfruto en demasía sus reacciones. Por ello no entiendo a esta mujer, ya no me teme, y eso me provoca un gran deseo de someterla. Sé que al conocerme tenía esas palabras escritas es sus ojos.

Ahora ya no veo un ápice de esas descripciones en ella. Me obligó a obedecerla sin protestar, a mí. Al despiadado y desalmado emperador. No se inmuta ante mis amenazas, es más terca que yo y su temperamento.. Agh.. Tiene un temperamento infernal. Ahora ni siquiera el saber que su vida me pertenece, la hace cambiar de carácter es altanera dominante.. Excitante..

Gracias a ella me fui recuperando de a poco, al igual que todo el palacio. Trató tanto a sirvientes como a la familia real. En realidad estuvo conmigo todo el tiempo, desde que llego hace setenta y nueve días, aun así no dejo de ordenarle que hacer a sus " alumnos " como los llama ella, lo que tenían que hacer.

Marcel me informó que realizo varios cambios en la rutina de los sirvientes, desde la forma de limpiar, de cocinar hasta de vestirse. Debía preguntarme primero, pedir mi autorización, soy el maldito emperador, lo que al parecer a ella le importa muy poco solo ordena y todos deben obedecer. Obviamente, autorice esos cambios o no se llevarían a cabo. Quería recuperarme y si humillarme ante esta mujer era el camino, lo haría.

La doctora es muy inteligente, y una excelente médica, se preocupa por todos sin importarle las clases sociales, contrario a lo que pensaba, no hace diferencias. Las palabras de mi hermano se clavan en mi pecho, "me gusta una mujer extraordinaria " se repite en mi mente con su voz

Estoy de acuerdo con él. Según mis sombras sigue siendo casta. Son demonios después de todo, me susurran que su cuerpo es virgen, pero su alma no. Es incluso más anciana que la mía. ¿Será que eso es lo que cautivo a mi hermano? ¿La curiosidad?

_ buenos días, alteza _ exclama la doctora ingresando con una túnica blanca, sus ojos es lo único que veo de ella.. Unos hermosos ojos dorados debajo de esos espejos

_ buenos días, doctora

_ ¿cómo se siente hoy?

_ ¡muy bien! ¿Y usted?_ me mira extrañada, ante mi intento de conversación.

No suelo ser amable con nadie y menos con ella. Pero una idea se me cruzo por la mente, me gustaría convencerla para que me dé otro tipo de tratamiento. Después de todo soy el emperador.. Seguramente tiene algo que desee a cambio

_ puede desvestirse

_ ¿no responderás mi pregunta?_ digo desabotonando mi camisa _ no quiero incomodarla, es solo que esta soledad me está enloqueciendo _ le explico con mi rostro acongojado, acostándome lentamente boca arriba.

_ es comprensible _ habla colocando esa madera y apoyando su cabeza en ella, según me explicó es para escuchar mis pulmones.

Son los que me permiten respirar oxígeno algo que no se ve, pero se necesita según sus palabras. Siempre aclara mis dudas y por eso suelo insistir con las preguntas

_ ¡ha mejorado notablemente alteza, ya puede comenzar a ejercitarse si así lo desea! Solo le pido que no esté cerca de otros aún _ camina hasta la mesa donde deja todos sus elementos _ podríamos organizar sus salidas diarias de esta habitación para que sienta un poco de aire fresco.

_ Hablaré con Marcel. ¿Usted me acompañará?

_ sí. Al menos el primer día. Necesito saber como interactúa al aire libre.

Al día siguiente, como lo dijo pudimos salir, fui al patio que es de mi uso exclusivo. Había una mesa preparada con diferentes platillos para almorzar. Marcel preparó toda esta mañana y me pidió la tarde libre. Acepte feliz, quería tiempo a solas con ella y Marcel solía ser muy molesto

Me acerco a la mesa y como todo un caballero alejo una silla y la miro. Esto solo lo he hecho por mi madre o mi abuela por nadie más

_ ¿señorita?_ no se mueve, solo me mira a varios metros de distancia

_ ¡alteza, vine a acompañarlo! ¡No a almorzar con usted!

_ siéntese _ le ordené y me miro sin moverse _ va a contradecir una orden de su emperador?_ me obedece y voy hasta mi lugar sentándome también.

Comienzo a comer ansioso de que ella haga lo mismo, y finalmente se quite esa ropa.. Pero no lo hace, solo mira el jardín, las rosas y me evita

_ ¿no va a comer doctora?

_ no alteza lo haré después _ me rio bajando mi tenedor.

Sus ojos se posan en mis labios, le sostengo la mirada sin dejar de sonreír, me lamo los labios provocándola. Los primeros días en los que me revisaba, me sentía molesto, asqueado, era un fastidio que soporte muy difícilmente, por mi salud, por mi imperio.

Después me acostumbre y ahora necesito desesperadamente que me toque. Por primera vez odio que una mujer no se me insinúe, no me provoque. Quiero ver su rostro, la he imaginado incontables veces. No entiendo por qué es la única que sigue utilizando túnica cuando desde ayer nadie las usa por su aprobación.

Sé que solo hace su trabajo, pero su tacto me vuelve loco, quiero más. Quiero sus manos en toda mi piel, la quiero a ella desnuda sentada sobre mí, saltando mientras me llama “emperador” con esa dulce voz. Necesito sexo y no puedo ir por mis concubinas, mejor dicho no quiero a mis concubinas. La deseo a ella. Solo a usted doctora y siempre obtengo lo que quiero

_ ¡alteza si lo que busca es tenerme en su cama no lo conseguirá!_ vuelvo a reírme. ¿Acaso lee la mente?

_ ¿cómo supo mis intenciones? ¿Fui tan evidente?

_ ¡lo fue!

_ ¿por qué no? ¿Existe mejor opción de hombre que yo?_ ahora quien se ríe es ella. Lo noto por el sonido de sus carcajadas _ o es que ya tiene a alguien para calentar su cama?_ Le pregunto con mis sombras volando hacia ella, busco infundirle temor.

Es inútil ella, ya se acostumbró a tenerlas cerca, ni se inmuta cuando revolotean a su alrededor. Me enfurece y a su vez me excita a sobremanera. Coloca su codo en la mesa, apoya el rostro en su mano y me mira desafiante

_ respondiendo su primera pregunta. ¡Si existen muchos hombres mejores que usted! ¡Muchos que no tienen un harén! ¡Me gusta la exclusividad y eso usted no me lo dará! Y segundo, si tengo a alguien que calienta mi cama_ ¡Me molesta, y me molesta mucho! ¡Mandaré a matar al imbécil, sea quien sea!

_ ¿ese hombre sabe que está conmigo todos los días? ¿Qué me ve desnudo y toca mi cuerpo? ¿Lo sabe? ¡Porque yo no soportaría que mi mujer toque a otros hombres! _ por un momento me la imagino haciendo con otros, lo que hace conmigo y me enfurece _ cuando sea mi mujer deberá dejar de hacerlo! ¡No volverá a trabajar!_ gruñí sin pensar, lo que acabo de decir.. ¿Estoy celoso? ¡Sí lo estoy!

_ ¡ese es otro motivo por el cual usted no me interesa! ¡No lo veo desnudo, alteza, nunca estuvo frente a mí sin pantalones _ se pone de pie _ buen provecho majestad! ¡Tiene dos horas antes de regresar_ se aleja ignorándome otra vez! Esta mujer quiere sacarme de quicio.

Cuando regreso a mi habitación la escucho caminar en la suya, si bien no me recupere totalmente, intentaré usar mis poderes. Me acerco a la puerta y me transformó en sombras para ingresar a su dormitorio sin que me note. Estoy atravesando la puerta y algo me expulsa. Terminó contra la pared de mi habitación golpeándome la espalda y rebotó al suelo

La maldita tiene sellos del templo que debilitan a mis sombras. Sabía que tenía trato con ellos, pero jamás pensé que le darían sellos. Suelen costar mucho, son una gran fuente de ingreso para el templo y solo los usan contra mi pueblo.. Aunque en realidad solo afectan a mi familia y a mí

Me pongo de pie con dificultad largando humo de mi cuerpo. ¿Ella estaba preparada para que yo hiciera esto? ¿Sabía que intentaría entrar?

Amo. ¿Quiere que sigamos intentando?_ preguntan mis sombras

Esos sellos solo soportarán 8 de nuestros ataques

No es necesario, si se está cuidando es por algún motivo. Quizás tiene temor de que la ataquen. Es inteligente, sabe que este palacio es un peligro

O quizás sabe las intenciones del amo y lo está rechazando

El amo fue rechazado_ se ríen

Su rechazo solo me motiva más, es la primera que se niega a servirme.. Inclusive las doncellas se meten a mi cama. Saben que quien tenga a mi primer hijo será la emperatriz. Todas quieren ser mi emperatriz por poder, más que por amor. Lo que no saben es que mis sombras son las responsables de elegir a su ama.

Mis demonios serán los primeros en saber quién será mi compañera de vida. Para ello debo besar a la mujer y si la encuentran querrán su sangre como pacto de nuestra unión, solo la elegida puede quedar embarazada.

Esmeralda, en cambio, a diferencia de todas las mujeres, se aseguró que yo no ingresará a sus aposentos. . Es astuta muy astuta. Si busca alejarme acaba de conseguir lo contrario, hace mucho que nadie me enfrentaba y será un honor ganarle esta batalla doctora.

Amo parece que la doctora no lo desea como usted.. _ Vuelven a reírse

Amo nos gusta la doctora.. Queremos saborearla.

 Yo también quiero saborearla.. Y lo haremos no se preocupen.._ Lo lamento hermanito. Parece que te robaré a tu mujer extraordinaria

Extra

la mañana siguiente

Marcel

_ necesito que te encargues de que eliminen todos los sellos sagrados que tenga la doctora en su habitación _ dice el emperador sentado frente a su escritorio leyendo un pergamino

_ ¡le pediré a las sirvientas que revisen cada rincón!

_no! Quiero que tú entres con ellas y le ordenes retirarlos.

_ si alteza.

_ ordena que nos traigan el desayuno aquí. ¡No deseo salir!_ asiento y salgo caminando hacia la cocina.

Estoy por hablarle a la cocinera cuando mis ojos se posan en la mujer más hermosa que vi en mi vida. Su cabello castaño está recogido con dos trenzas y por su vestido blanco supongo que es la médica que ayuda a la doctora Esmeralda, me acerco. Ella gira y su plato de sopa cae sobre mí. Grito del dolor sacudiendo mi camisa

_ lo lamento excelencia yo no quise lastimarlo_ dijo intentando desvestirme

_ está bien.._ levante la mano para alejarla_ el emperador desayunará en el despacho _ exclame mirando a la cocinera y fui a mi habitación. Luego de una ducha, miré mi reflejo en el espejo con solo los pantalones puestos. Estaba colocándome la camisa cuando la puerta sonó.

_ excelencia permítame colocarle medicina en la piel, lo ayudará con el dolor_ sentí un nudo en mi vientre cuando la idea de ser atendido por ella vino a mi mente. Sacudí la cabeza para no actuar como un degenerado y abrí la puerta.

_ pase

_ ¡gracias excelencia _ se agachó haciendo una reverencia _ lo lamento juro que no fue mi intención!

_ fue mi error acercarme sin anunciar mi presencia, deme la medicina, yo me la pondré

_ por favor permítame es lo mínimo que puedo hacer por usted. Acuéstese en la cama _ Obedecí y la vi concentrada en mi vientre pasando sus dedos por mi piel.

_ ¡no es grave! Se curará en unos días_ menciona dejando la medicina en la mesita, me senté para abotonar mi camisa _ Mañana vendré a curarlo también excelencia. ¡Mil disculpas!_ volvió a decir antes de irse y yo quedé deseando que ese mañana llegue.

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