Capitulo VI La cita

Estaba en mi habitación estudiando un poco, necesitaba distraer mi mente, estaba concentrada cuando recibí un mensaje, era de un número desconocido, por curiosidad lo abrí y su contenido me sorprendió, era de Noah mi profesor, como tenía mi número, me pregunte. Leí su contenido y esto me dejó más sorprendida.

— Hola mía, disculpa mi atrevimiento, pero pedí tu número de teléfono, me gustaría pedirte que aceptaras una invitación para salir a cenar está noche. — Estaba en schok, como era posible que el profesor me estuviera invitando a salir, eso creo que no está permitido en la universidad.

— Buenas tardes, profesor, creo que no podré aceptar su invitación y es que los profesores tienen prohibido relacionarse con los estudiantes, así que para no afectar su carrera mejor solo veámonos en clase. — Trate de ser lo más amable posible no quería lastimarlo.

— Si ese es el problema, hoy mismo paso mi carta de renuncia, para mí lo más importante en este momento es poder conocerte mejor.

— No es necesario que renuncie, mejor sigamos siendo amigos si le parece?

— Ok, no tengo problema con eso, ahora como amigos te invito a salir a caminar, te parece bien?

Realmente era insistente el hombre, en vista que solo seríamos amigos acepte su propuesta, la verdad necesitaba distraerme un rato y dejar de pensar tanto, la noche llego muy rápido y exactamente a las siete de la noche llego Noah, me di una última mirada al espejo, llevaba un vestido informal que me llegaba hasta las rodillas, con estampado florales, una chaqueta de jean, unos mocasines blancos, mi cabello recogido en una cola alta y un maquillaje muy ligero.

Baje las escaleras para encontrarme con Noah, vestido muy elegante con su característico peinado perfecto, me sentía fuera de lugar.

— Pensé que saldríamos a caminar. — Le dije algo apenada.

— Si iremos a caminar, por qué piensas que no? — Me pregunto confundido.

— Es que te ves listo para ir al trabajo. — Le dije mirando su atuendo.

— Ah! Lo siento, es que tuve una reunión de trabajo y apenas voy saliendo, así que no me dio tiempo de cambiarme. — Explico con pena.

— Bueno entonces vamonos que se nos hace tarde.

Salimos después de despedirnos de mis padres, Noah de nuevo abrió la puerta de su auto para mi, eso me estaba agradando, nos pusimos en marcha hasta el mirador, la torre era bastante alta, así que subimos en el ascensor, una vez arriba me quedé mirando las luces encendidas de la ciudad, todo se veía tan hermoso.

— Nunca había venido aquí, es realmente hermosa la vista. — Dijo Noah.

— No te creo, este lugar es extraordinario, no te puedo creer que apenas hoy sea la primera vez que vienes. — Respondí mirándolo a los ojos.

— Pues creerlo, yo tenía muchos años sin venir a este país, solo regrese por la muerte de mi padre. — Dijo con melancolía.

— Siento lo de tu papá.

— Gracias, pero eso ya pasó, ahora mejor pidamos algo de comer, cuéntame qué se te apetece?

— Bueno quiero pizza, pero no sé si a ti te guste. — Le dije encogiendo mis hombros.

— No es mi comida favorita, pero si a ti te gusta entonces comamos pizza.

— Pero pide lo que tú quieras, no necesariamente tienes que comer lo mismo que yo.

— Creo que aquí no hay comida que a mí me gusta, mejor pidamos lo que tú quieras.

— Que edad tienes? — Pregunté curiosa.

— Y por qué quieres saber? — Respondió con otra pregunta.

— Es que no pareces un anciano, pero te completas como tal. — Le dije sinceramente.

— Ja, ja, ja si tienes razón, tengo veinticinco años y el próximo mes cumplo los veintiséis.

— En serio esa es tu edad? Es increíble.

— Que te asombra?

— Es que mi papá me ha dicho que tú solo tienes una gran fortuna, sin necesidad de tener el dinero de tu papá. ¿Como lo has logrado tan joven?

— He trabajado duro para llegar hasta donde estoy, las cosas no son color de rosas como todos piensan, pero bueno no vinimos a hablar de cosas tristes, mejor cuéntame de ti.

— No hay mucho que contar, como ya sabes soy hija única, estudio administración de empresas, y soy una de las mejores en mi carrera, no soy tan admirable como tú.

— No digas eso, tú eres realmente admirable.

Me sonrojé ante sus palabras, nunca me había sonrojado tanto con alguien, ni siquiera con Adolfo, el hombre que pensé me amaba.

— Eres muy hermosa, cuando te sonrojas te ves tan linda.

En ese momento un chico se nos acercó para entregarnos el menú, pedimos una pizza con una bebida refrescante, después de diez minutos nos trajeron nuestra comida, yo empecé a comer de una vez, pues tenía mucha hambre, pero me detuve al ver que Noah no probaba ni un bocado.

— Acaso no piensas comer? — Pregunté apenada.

— No es eso, solo que no sé comer estas cosas. — Dijo disculpándose.

— Por eso no hay problema, yo te ayudo.

Tome una porción de pizza y la acerque a su boca, Noah acepto gustoso mi gesto y abrió la boca, no podía creerlo le estaba dando de comer en la boca a mi profesor de la universidad, era algo realmente extraño, pero en ese momento no me importó, yo solo quería ayudarlo, era muy joven y no había vivido la vida.

Al morder la pizza ensució las comisuras de su boca, así que por instinto agarre una sevillana y limpie su boca, por un instante nos miramos a los ojos, pero yo desvíe la mirada.

— Gracias. — Dijo él con su voz más ronca de lo normal.

Terminamos de comer y nos fuimos a caminar un rato, la plaza a esta hora era muy transitada, así que nos fuimos a un lugar sin tanta gente, estuvimos hablando y riendo, el tiempo se pasó volando cuando vi mi reloj, ya eran las diez de la noche, si llegaba más tarde que esa hora mi padre nos mataría, así que le pedí a Noah que me llevará a casa, caminamos al auto, Noah como siempre todo un caballero abrió la puerta de mi lado, luego subió él por el otro lado y emprendimos el viaje de regreso, al llegar a casa ya eran las once de la noche, Noah decidió hablar con mi papá y pedirle disculpas por haberme traído tarde a la casa, insistí en que no lo hiciera, solo que él no escucho, entramos a la casa y mi papá estaba en la sala junto a mi mamá, estaban riendo parecían alegres.

— Buenas noches. — Dijo Noah.

— Buenas noches, muchachos llegaron temprano, como les fue? — Respondió mi papá con una sonrisa.

— Bien papá, llegamos a esta hora porque se nos fue el tiempo. — Respondí tranquila.

— No te preocupes hija, sé que estabas en buenas manos. — Respondió mi papá.

Noah se despidió, yo lo acompañe a la puerta, se despidió de mi dándome un beso en el dorso de la mano y se fue, regrese a la sala me les di las buenas noches a mis papás y subí a mi habitación, la actitud de mi papá me tenía desconcertada, nunca antes se había comportado así.

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