CAPÍTULO 09

Entre a la habitación, no quiero salir en estas condiciones, ese tipo es un monstruo, quien sabe lo que él quiere hacer esta noche conmigo, pero seguro no es nada bueno.

Me senté en la cama, de lado, me dolía la herida, no han pasado ni dos días completos de que me case, y ya estoy herida, de verdad tengo que salir de aquí, ya vino una amante quien sabe cuántas más van a venir, no es que me importe, solo quiero vivir una vida tranquila lejos de todo este circo.

Me estaban tocando la puerta, es posible que sea Helena,

— Pase.

La puesta se abrió, y mi amadísima suegra entró, esta mañana está cada vez peor, tuve que ver al hijo ahora tengo que ver a la madre, ¡Dios mío!

— ¿Por qué vas para la cena del Duque con mi hijo?, ¿Quieres ser presentada en sociedad?, ¿crees que por qué mi hijo te lleve del brazo, vas a tener respeto?

Me perdí en algún lado, cuando está mujer comenzó hablar, que es lo que quiere decir, ¿qué yo le pedí que me llevara?, creo que debo usar eso a mi favor, entre más me odie más posibilidades tengo de que me eche de esta casa.

— Suegrita, imagínese no he dormido con él y ya me lleve del brazo a una importante cena, se imagina que me va a dar después de que dormimos juntos, cuando ese día llegue no podrá sacarme nunca de esta casa.

— Sí de mí depende te sacudía ahora mismos de aquí, ya lo sé la hija de dos parásitos solo puede de otro parásito.

Esas palabras sí que me dolieron, sé muy bien, que mis padres son malos, son oportunistas, pero nunca he sido, ni seré como ellos, además fui criada por mi abuelo que me enseño valores, es lamentable que las buenas personas duren tan poco en este nunca, mientras que los malos cada día se le alarga más la vida.

— Sí sabe lo que soy, ¿por qué se molesta conmigo?, al final yo no voy a cambiar y en poco tiempo me quedaré con todo si mi suegra no me detiene.

— Realmente eres una descarada, pero no cantes victoria, nunca dejaré que mi hijo se arruine con alguien como tú.

Me reí burlona, mientras su cara se ponía roja de ira, se notaba que ella se atrevía a matarme si pudiera.

— Sí tanto le hace caso su hijo, ¿por qué se casó conmigo en primer lugar?

Apretó los puños, pensé que me iba a dar una bofetada, pero no lo hizo, se dio la vuelta y salió de la habitación azotando la puerta, a esa señora fue que salió ese energúmeno.

Me sentía un poco incómoda, me quería bañar, así que me pare de la cama, al parecer Helena no va a venir todavía, entre al baño camino despacio, tomé una toalla pequeña de un cajón, y el bajón de baño, me pare frente al lavamanos abrí la llave, me quiere la bata y me bañe con la toalla empapada de bajón, primero me la pase con el jabón y luego sin el jabón.

El baño duro un largo rato, por último me cepillé los dientes, me envolví en una toalla grande, ya en el vestidor, me coloqué ropa interior y me puse otra baja, no me cambiaría hasta la noche, salí a la habitación y Helena estaba dentro, miré y estaba el desayuno y unas bolsas sobre la cama.

— ¿Qué es eso?

— Señora eso es un vestido y unas zapatillas que el señor quiere que se ponga esta noche, una estilista vendré arreglarla para la cena.

Espero que no intente humillarme en público, por qué le haré lo mismo a él, seguro mis padres van para esa cena, que horrible, estar en un nido de víbora de la clase alta.

— Señora traje el botiquín para cambiarle el vendaje.

— Gracias.

Me acosté boca abajo sobre la cama, espero que sé me mejore esto pronto, así puedo irme de aquí, volveré loco a ese tipo si es necesario para que me deje ir, Helena comenzó a quitarme las vendas, luego limpiar el área, poner la crema y luego otro vendaje.

— Listo.

— Gracias.

Me levanté, luego le senté frente al carrito donde estaba la bandeja del desayuno, desayune rápido, tomé un vaso de jugo luego, Helena me observaba, esta chica se toma en serio su trabajo.

— Señora que va a hacer con su vestido de novia, todavía está en el suelo, no se si ya quiere que lo levante.

— Vamos a quemarlo ahora.

— ¿Eh?

Me levanté, camine hacia el vestido, lo tomé del suelo lo puse en mi brazo, camine hacia la puerta, la abrí y salí, Helena me siguió, baje las escaleras, luego cogí por donde debería estar la parte trasera de la casa, atravesé varias salas y puestas hasta que llegue al jardín trasero.

— ¿Señora?

— Trae una copa y una botella de vino tinto destapada.

— Sí señora.

El jardín trasero era muy amplio y bonito, tenía muchas flores bien cuidadas, de diversas formas y colores.

— ¿Necesita algo?

Un señor mayor que se podía ver que era el jardinero, me está mirando muy raro es porque no me había visto algo o que.

— No gracias.

— Sí no es mucha indiscreción, ¿quién es usted?

— Yo soy una invitada, nadie importante.

El hombre se quedó muy pensativo, de verdad soy una bromista, debí de decirle que soy la futura exesposa de su jefe, así me entendería mejor.

— Señora estoy aquí.

Helena me paso el encendedor, una botella de vino tinto destapada, tire el vestido que cargaba en un brazo, le tire un poco de vino, y luego le prendí fuego, en lo que las llamas subían, me tomaba el vino a poco de botella, no me iría hasta que ese vestido sea consumido por el fuego, mientras me tomaba el vino.

— Entonces eres la esposa de William.

— Algo así.

Helena miró al anciano, parecía querer decirle que no me molestara, pero el hombre estaba muy curiosa conmigo, cosa que yo no entendía en realidad.

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