Elizaveta -parte 2

junto al hombre esperamos un rato, hasta que salió de la habitación vistiendo un pequeño vestido "Hermano ¿cómo me veo?" pregunto Elizaveta dudosa

"Te ves muy bonita" le respondí aún sorprendido de que me llamara hermano, el hombre también dijo que estaba bonita y luego se levantó a preparar la cena, le ofrecí ayudarlo, pero el se negó y dijo que nos quedáramos junto al fuego, algunos minutos después el hombre nos llamó, aún con dudas me senté en la mesa, todos mis miedos se fueron al ver que era sopa y un poco de carne

"Beban primero la sopa, y luego intenten comer la carne, no se preocupen si no pueden, solo los divinos sabrán el tiempo que llevan comiendo solo verduras crudas y frutas" durante la cena el hombre pregunto porque estábamos en el bosque, ahora más tranquilo, le conté todo al hombre "Pobres niños, lamento que tuvieran que pasar por esa situación, quédense en mi granja tanto tiempo como quieran, de haberlo sabido antes, no hubiera esperado a que la temperatura bajara para buscarlos, en cuanto la noche llegó, el hombre se fue a dormir, pero no antes de decirnos que podíamos ocupar la habitación de su hija, en cuanto ingresamos, cerré y aseguré la puerta, le dije a Elizaveta que durmiera, esa noche y la siguiente, decidí no dormir

Luego de semanas en la granja, el hombre ya estaba acostumbrado a nosotros y nosotros a él, Liza como ella me había pedido que la llamara, había recuperado su sonrisa y todo el tiempo quería jugar, pero en las noches la situación cambiaba, cada noche cuando ella se dormía, solía llamar a sus padres y al no obtener respuesta lloraba, mi corazón no podía soportarlo, me acostaba con ella y le cantaba la canción que mi madre me había enseñado, la canción la ayudaba a dormir toda la noche, mientras más días pasaban, mi rencor y odio al imperio aumentaban, una pequeña parte de ese odio se debía a que ellos mataron a mis padres, pero todo lo demás era por crearle un trauma irreversible a Liza, eso es algo que nunca se los perdonaré.

Un mes pasó y luego otro más, el invierno terminó y el hombre y yo comenzamos a cultivar el campo, los días volvían a ser de felicidad, pero todo lo bueno tiende a acabar, el sol de un nuevo día estaba saliendo, cuando el hombre ingresó a nuestra habitación asustado "Tomen esto y sigan este tunel, los dejará detrás del granero, pase lo que pase no miren atrás" dijo el hombre mientras me entregaba una bolsa con dinero, algo de comida y levantaba el suelo de la habitación, intuí lo que sucedía, por lo que junto a Liza lo abrazamos por última vez y entramos al túnel, en cuanto llegamos al final del túnel, salí primero y observé el lugar, varios guardias imperiales rodearon la casa, pero uno de ellos me llamó la atención, era el hombre que incendió nuestra aldea, bajo sus órdenes los soldados incendiaron la casa, rápidamente desamarre el caballo, subí junto a Liza y bajo mi orden, el caballo corrió lo más rápido que pudo, tuvimos suerte que ningún guardia vigilará el granero, sin un lugar fijo, decidí tomar el camino real y rogar por encontrar una ciudad o una aldea donde refugiarnos.Durante días no tuvimos suerte, hasta que llegamos a una ciudad amurallada, pensaba que era una ciudad imperial, pero no fue así, estábamos en la ciudad de Dur, perteneciente al reino del sol

"Esperen" alguien dijo mientras ingresabamos, detuve el caballo y con miedo mire detrás "se les cayó esto" dijo un guardia, el cual le entregaba a Liza su juguete

"Se lo agradezco señor, mi hermana realmente adora este juguete" tras decir estas palabras el guardia nos dejó continuar, sin saber a dónde ir, decidí observar la bolsa de dinero, para mi sorpresa me encontré la bolsa contenía una moneda de oro y cuatro de plata, decidí dirigirme al distrito pobre y compre una pequeña casa, para poder vivir con Liza, solo la casa me costó dos monedas de plata, más pronto de lo planeado estaría sin dinero, por lo que debía comenzar a planear como traería pan para Liza, los primeros días nos las arreglamos con el dinero que teníamos, compré leña y algunas verduras, lamentablemente, la carne solo podía ser comprada al imperio, por lo que su costo era muy alto, no me siento orgulloso de lo que hice, pero al quedarnos sin dinero comencé a robar dinero y comida en la calle del comercio, estaba en buena forma a pesar de comer tan poco, por lo que me resultaba muy sencillo escapar de los guardias, así dos años pasaron, Liza creció feliz bajo mi cuidado y especialmente apartada de mi forma de ganarme la vida

Liza acababa de cumplir siete, cuando decidí obtener un trabajo real, yo cumplí dieciséis hace unos meses y sabía perfectamente que en cualquier momento ella podría descubrir que robaba, por lo que opté en trabajar como mercenario, al principio solo aceptaba misiones de recolección o de cazar animales, pero mientras más experiencia ganaba, comencé a tomar trabajo como guardia de algunos negocios, era cansador, pero el solo hecho de poder regresar a casa y ver la hermosa sonrisa de Liza, hacia que todo valiera la pena, a mitad del mismo año, me encontraba regresando a casa cuando soldados imperiales liderados por el hombre de la cicatriz ingresaron a la ciudad, informaron que el reino había caído y ahora todas las ciudades estaban bajo el gobierno del imperio de Rum, el lord de la ciudad y los guardias no lo aceptaron, y corrieron a los soldados, sabía que esto causaría problemas, por lo que acepté una misión de escoltar a un mercader a la capital imperial, pero con la condición de poder llevar a Liza conmigo, el mercader aceptó y emprendimos el viaje una semana antes que la ciudad entrara en guerra con el imperio, durante semanas mi único trabajo consistió en derrotar algunos lobos de fuego, esos animales eran resistentes, por lo que me costaba derrotarlos, pero al final siempre ganaba, mi habilidad con la espada se perfeccionaba cada día que luchaba, al punto que al final del viaje, podía enfrentarme a una manada de lobos y salir con apenas algunas heridas