Cap. 11 Ese maldito, ese maldito me dice cosas horribles

Eso no se lo esperaba. Ella chantajeaba al joven Job para quedar embarazada, sería un gran golpe al matrimonio de su hermanastra, además que causaría una ruptura emocional, sería más fácil manejarla con un ánimo de incertidumbre y un niño con otra mujer todo el tiempo. Pero todo había fallado, ella los pilló, las cosas se adelantaron y ella ya no tenía ningún arma para chantajear a Ariel Job, absolutamente nada.

Fátima llegó a la casa de su madre, estaba furiosa, Emilia la miró sin entender, ahora ellas eran dueñas de todo, no tenían más problemas por el resto de su vida.

—Hija, mira nada más esa cara de pocos amigos, ¿qué te pasa?, te comprometes con el hombre más guapo y el CEO más joven de la gran capital, pero estás como si odiaras al mundo — dijo la mujer mientras que Fátima da un grito de enfado y frustración.

—Ese maldito, ese maldito me dice cosas horribles, me habla de esa perra como si ella fuera un ángel, pero lo voy a destruir, si no me va a amar, prefiero dejarlo parapléjico, vamos a ver quién ríe mejor — dijo furiosa mientras que Emilia rueda los ojos.

Su hija siempre se obsesionaba con los chicos que perseguía a Bianca, pero por muchos años, Ariel había sido el único al que no pudo engañar, mentir y menos engatusar, tuvo que drogarlo para meterlo a la cama, solo pudo con su plan por el estúpido miedo de Ariel de perder a Bianca, cosa que termino pasando tarde o temprano.

—Hija, deja esas tonterías, ahora concéntrate en tu compromiso, en tu boda, ya vemos cómo lo hacemos cambiar de opinión, tranquila — dijo con una sonrisa, mientras que Fátima se calma un poco, aun así esto no le gusta nada.

Mientras ellas trataban de armonizar, Víctor Ardut entraba a la sala con cara de pocos amigos, estaba realmente molesto.

—Otro que viene con cara de velorio, esto sí que es peculiar — dijo Emilia mientras lo abraza para darle un gran beso a querido esposo.

—Emilia, no estoy de humor, después de todo un año de impugnación al testamento de mi esposa, resulta que si el dinero no llega a manos del destinatario en los próximos 2 años, será entregado a la caridad dependiente del municipio, cada casa de acogida, orfanato, asilo y etc., tiene un monto asignado y comprometido. No puedo acceder a ese testamento, incluso las propiedades que eran de mi hija, serán entregadas a estos lugares —dijo frustrado haciendo que madre e hija se asusten. Eso sí que era una desgracia, no entienden cómo es que la madre de Bianca había puesto tantas cerraduras a ese dinero y propiedades. Sin embargo, Emilia tenía la sospecha de que esa maldita mujer ya sabía sobre la aventura de su marido y la existencia de Fátima, seguramente, todo eso lo hizo para que a Fátima no le llegue ni un peso de lo que era de ella.

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Al día siguiente.

Las chicas se levantaron temprano, Silvia tenía que abrir su Café repostería, pero Sara prometió adelantarse con Bianca al hospital, debía saber de cuantos meses y lo más importante, que harían ahora.

Ambas entraron al consultorio, era un hospital público, no podían ir a las zonas Vip, ya que podría toparse con esa gente, así que ellas deben ser precavidas.

El turno de Bianca había llegado, fue evaluada, y cuando salieron los resultados y la ecografía con el ultrasonido, pues bien, todo estaba claro, y más aún con lo que se escuchaba en el aparato.

—Señorita Bianca, está embarazada de 3 meses, y son dos preciosos bebés, me atrevo a decir que son niños. Pero debemos esperar a la próxima revisión, lo que sí le digo es que están sanos, fuertes y vigorosos, serán altos, eso es seguro, no se le nota mucho el embarazo, ya que están acomodados en la parte posterior del abdomen. Así que debemos tener cuidado de caídas y sentadas muy fuertes en la espalda, ahí está más expuestos, ahora le doy sus suplementos — dijo el hombre mientras Bianca solo mira el monitor. Dos pequeños gatitos se mueven dentro de ella, sus ojos solo brotan lágrimas por la situación, ahora que hacía con dos niños, un padre que está casado y ella con una familia que la quiere muerta. En ese momento Bianca agradece que las vacas no vuelen, de lo contrario está segura que tendría un buen tortazo.

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Las chicas volvieron al departamento de Silvia, su amiga aún estaba en la panadería, pero Sara ya había reportado la situación, las cosas ahora sí que eran difíciles, pero nada que no se puede solucionar.

Las amigas hablaron durante horas, Bianca está hecha un desastre, en menos de una semana, había descubierto que su Gato malo era ajeno, venía de otro tejado, ella debía volver para arreglar su vida. Pero parece muy complicado, sin exponer su seguridad, y ahora, embarazada del Gatote, así que debe calmarse y planificar todo lo mejor posible, aunque sea difícil, pero solo tiene a sus amigas y debe recomponerse de esta situación.

Silvia llegó y decidieron entre todas que lo mejor era que Bianca se quede en las sombras hasta que los bebés nazcan, ella estaría en menor riesgo si es sí, pero Bianca no podía ser mantenida por sus amigas, así que decidió que debía buscar un trabajo.

Silvia, por otro lado, inmediatamente le oficio trabajo en la repostería, necesitaba una ayuda debido a que su negocio estaba creciendo, Bianca aceptó y Sara se haría cargo de algunos gastos de los bebés, no sería tan fácil con tres economías frágiles.

El fin de semana y tal como se suponía, Ariel y Fátima se comprometieron, el prometido tenía una cara agria y llena de asco. Mientras Fátima estaba sonriente y feliz, Emilia y Víctor estaban preocupados, no podían echar mano a la herencia de Bianca, su yerno parecía odiarlos a muerte y las cosas empeoraron cada vez más debido a la muerte de Bianca.

Víctor, se arrepentía de permitir a Fátima que se meta con Ariel, pensó que su hija era inteligente y no se dejaría pillar hasta que Bianca está amarrada a un matrimonio con Ariel y tenerla más que estresada con todo eso; sin embargo, todo había salido mal, así que tuvo que deshacerse de su hija para poder beneficiar a Emilia y a Fátima, a fin de cuentas Emilia era su amor, Fátima era la hija que sí quería tener con su amor.