Capitulo VII Algunos secretos develados

Había amanecido y escuché a Layla gritando, mierda me quedé dormido pensé, salí corriendo hasta su habitación y ahí estaba Sara su hermana abrazándola, sus papás y su hermano, no entiendo como llegue de último, ella nos vio a todos con cara de espanto, pero no dijo nada de lo que vio, solo pidió que le dijeran lo que había pasado, su mamá cómo siempre le inventó una mentira, desde mi parecer ella no creyó ni una palabra de lo que le dijeron.

— Qué hace aquí profesor? — me preguntó ella, parecía molesta.

— Anoche me quedé esperando a que despertarás, no recuerdas nada de lo que pasó anoche? — Mi curiosidad era mayor que mi prudencia.

— No, nada. — Sabía que estaba mintiendo pues su mirada esquivo la mía cuando respondió.

— Bueno ya estoy bien, por favor salgan de mi habitación me bañaré para ir a la universidad. — Dijo sin emoción alguna.

— Hija por hoy deberías descansar en casa, mañana vuelves a la universidad, no crees? — Le dijo Katherine.

— No, mamá no lo creo, iré a mis clases y mejor me apuro pues ya voy tarde. —

Todos salimos de la habitación, me despedí de los padres de Layla y me fui a mi casa, necesitaba buscar el momento adecuado para hablar con ella, tenía que explicarle lo que está pasando, no quería mentirle, despues de media hora estaba listo para volver a salir, esperaba conseguirme con layla, llegue a la universidad, y emepce a buscar su olor, se me hizo raro ya que su olor no provenía de los salones sino de la biblioteca, fui hasta allá y la conseguí metida entre libros, me acerque para saludar y me impresionó mucho lo que estaba leyendo, al parecer tenía mucho rato aquí, los libros estaban esparcidos por toda la mesa.

— Hola Layla.

— Que quieres?

— Necesitamos hablar.

— Más mentiras imagino.

— No es así, quiero decirte algo.

Ella al fin miro a mi cara, su expresión era de terror aunque no lo quería demostrar, yo puedo leer los gestos, movimientos, actitudes en los humanos y en los que no lo son.

— Que me vas a decir, acaso me dirás que lo que vi anoche es mentira, acaso no te vi transformarte en perro. — Está última parte casi la grito.

— Entonces si recuerdas lo que pasó anoche.

— Si lo recuerdo y muy bien, mira yo no diré nada, solo no lastimes a mi familia ok, estoy tratando de entender lo que vi, o sea, sé que eres un perro grande, pero esa otra cosa que es, estuve leyendo y aquí en esta parte habla de algo como eso, pero no hay fotos, tengo que saber que tan peligrosa es esa criatura.

— Y no quieres saber que tan peligroso soy yo?

— Realmente no, mira si quisieras lastimarme ya lo habrías hecho, oportunidades has tenido, ahora esa otra cosa si es aterradora, así que mejor me enfoco en ella.

— Salgamos de aquí, lo que tengo que decirte es muy difícil de explicar y necesito tu completa atención.

— Seguro no ve más a comer?

— ja, ja, ja claro que no, mi perro gigante me mataría si te hago algo.

— Está bien, no sé por qué, pero siento que puedo confiar en ti.

Saliendo de la biblioteca nos topamos con los jóvenes brujos, ellos al vernos se asombraron.

— Para donde van? — Pregunto Carol.

— A ningún lado, el profesor solo quiere mostrarme unas pinturas antiguas. — Respondió Layla muy calmada.

— Ok, bueno nos vemos más tarde. — Respondió la joven bruja alejándose de nosotros.

Layla y yo salimos de la universidad, subimos a mi auto ante la mirada curiosa de los presentes, ella parecía no importarle nada de lo que la gente pudiera pensar de ella, en su mente parecía haber solo una cosa y era saber que estaba pasando.

Llegamos al lago, este era el lugar más apropiado para hablar, cuando nos bajamos del auto ella miró en la dirección donde ocurrió el ataque.

— Tranquila ya me ocupé de ese rezagado.

— Rezagado? Así se llama esa cosa.

— Realmente no sabemos lo que, aún no he ido a hablar con los ancianos de mi manada.

— Tienes una manada, que interesante, ellos también son perros gigantes.

— Debo aclararte que no somos perros gigantes somos lobos y si todos ahí se transforman.

— Ya sé que son lobos no soy tan estúpida, solo que cuando te llamo perro gigante te ves molestó.

— ah! Lo hacías para molestarme

— Pues sí, es que tenía que vengarme por haberme sacado aquel día de clases.

— Ok, entonces estamos a mano.

— Algo así, ahora dime qué es lo que me vas a contar.

— Bien sentemosnos, te parece?

Ella solo asintió y camino a la orilla del lago donde había unas bancas y se sentó, yo me senté a su lado estaba tratando de buscar las palabras adecuadas para hablar con ella.

— Entonces eres un hombre lobo? — Pregunto sin tanto rodeo.

— Así es, anoche conociste a Leo mi lobo.

— Dale las gracias por salvarme.

— Él te escucha.

— Ok, hola Leo, gracias por lo de anoche.

— Ja, ja, ja no hay necesidad de gritar, así me susurres al oído él te escuchará.

— Quien te volvió así?

— Nosotros nacemos así, a diferencia de los... — Hice silencio ella aún no sabía de los vampiros.

— A diferencia de quién?

— Ok, mira en este mundo no solo existen los humanos y los hombres lobos, existen otras criaturas místicas que también existen, como por ejemplo lo que vistes anoche, no sabemos que era, lo que si sabemos es que era parte vampiro.

— Vampiro? estás loco eso no existe, es imposible, por qué nunca los hemos visto? No eso no es verdad.

— Cálmate Layla, cálmate por favor, aún no termino de contarte sobre mi mundo.

— Es que no puede ser, los vampiros no son buenas criaturas, ellos no son como los lobos.

— Así como existen lobos buenos, también hay malos, lo mismo pasa con los vampiros, yo conozco muchos que son muy buenos, así que no generalices.

— Entonces en este pueblo hay vampiros buenos?

— Así es, y no solo, vampiros existen también los brujos y obviamente los humanos.

— Brujas, hechiceros, hombres lobo y vampiros, me estás diciendo que todos viven en este pueblo.

— Así es, aunque no en todas partes es igual, los hombres lobos no se llevan con los vampiros, entre nosotros siempre ha habido una rivalidad por territorios.

Estuvimos un largo rato conversando, no le dije que ella es mi compañera, no que es un híbrido y menos que su familia son vampiros, ya por hoy estuvo bien así.

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