Poco después de ver a Jhony subir las escaleras, miro a Armando, pero no puedo preguntarle nada porque está saliendo por la puerta de vidrio gigante. ¿¡QUÉ DEMONIOS!?
Me quedo unos minutos más en la cocina mirando la pantalla del móvil y todavía pensando en lo que pasó.
Y de repente escucho a Diana llamarme desde fuera. Me levanto y voy hacia allá.
Mia- ¿Sí, Di?
Diana- ¿Quieres quedarte un rato aquí con nosotros? Hace un día tan lindo hoy.
Miro a mi alrededor y veo a Simon, Fernando y Max jugando. Mis ojos continúan paseando por el jardín y veo a Armando apoyado en una maceta blanca gigante hablando por teléfono. ¿Será que por eso salió sin decir nada? ¿Porque tenía que atender el teléfono? Alejo las dudas y me siento junto a Diana en una de las sillas colgantes del porche. Levanto la cabeza y consigo ver la inmensidad del cielo. Me quedo en silencio unos minutos solo observándolo.
Diana- ¿Estás bien, querida?
Diana me despierta del trance en el que me encontraba.
Mia- ¡Estoy bien! ¡Estoy bien!
Digo suspirando hondo.
Diana- ¿En serio? ¡Porque no lo parece! ¿Hay algo que te esté molestando que quieras compartir conmigo?
Mia- No es nada importante, es solo que odio no saber qué está pasando a mi alrededor. ¡Es solo eso!
Se queda en silencio unos segundos antes de responder.
Diana- ¡Ah, creo que ya sé de qué estás hablando!
¿LO SABE?
Mia- ¿Lo sabes?
Transmito en palabras mis pensamientos.
Diana- Hablas de la escuela, ¿verdad?
NO, Diana, estaba hablando de tus hijos que me están volviendo loca.
Pienso, pero no digo nada.
Diana- Eso es pasajero, querida, dentro de poco vas a tener muchos amigos y ni siquiera te acordarás de esta conversación que estamos teniendo ahora.
Realmente no sabe lo que está pasando.
Mia- ¡Bryan, Ryan y Lee son agradables!
Diana- Mira, ¿ves? ¡Ya está funcionando!
Y allí sentada en la silla colgante escucho a Diana hablar de cosas aleatorias durante el resto de la mañana, y no veo a Jhony desde aquella hora en la mesa, pero decido no ir tras él. Creo que quiere estar solo, pero al mismo tiempo surge un signo de interrogación gigante en mi mente. ¿Qué está pasando realmente en esta casa?
Almorzamos todos en la mesa, excepto Jhony. Estoy empezando a preocuparme bastante. Nunca presencié algo así viniendo de él. Le envío algunos mensajes de texto, pero no tengo éxito en ninguno.
Entonces decidí encerrarme también en mi cuarto. Cerré las cortinas, me tumbé en la cama y allí me encogí y me acurruqué en las suaves mantas, y me quedé dormida.
Me despierto con golpes en la puerta. Miro el móvil antes de responder y me asusto con la hora. ¡Dios mío, dormí demasiado! Me levanto tambaleándome y escucho los golpes una vez más y respondo.
Mia- ¡Puedes abrir!
Digo con la voz aún pesada.
Simon- Hola, Mi, disculpa despertarte, ¡pero mi madre me pidió que te llamara para cenar!
Mia- ¡Imagínate! Yo fui la que durmió demasiado.
Simon- ¡No pasa nada! Tal vez sea una señal de que necesitas descansar más.
Habla con sabiduría y ajustándose las gafas en la cara.
Mia- Sí, ¡puede ser!
Digo pensativa.
Simon- ¿Quieres que te espere en el pasillo? ¿O vas a ir ahora?
Mia- ¿Puedes esperarme 3 minutitos?
Simon- ¡Sin problema!
Dice cerrando la puerta.
Voy al baño y abro el grifo. Me lavo la cara y la seco y me pongo unas cómodas pantuflas. Y voy caminando despacio hasta la puerta, ¡siento que todavía tengo mucho sueño guardado aquí!
Al abrir la puerta, me encuentro con Simon sentado en el suelo dibujando algo en un pequeño trozo de papel.
Mia- ¿Qué estás haciendo, Say?
Simon- Nada, ¡es solo una tontería!
Mia- ¿Puedo verlo?
Me entrega el pequeño papel y me quedo sorprendida al ver lo que ha dibujado, una flor linda, llena de detalles y muy bien hecha.
Mia- ¡Wow, Say, eso es increíble!
Simon- ¿Lo encontraste?
Mia- Sí, ¡dibujas muy bien!
Simon- ¡Gracias!
Dice abriendo una sonrisa tímida.
Mia- ¿Vamos?
Simon- ¡Vamos!
Al terminar de bajar las escaleras siento un alivio al ver a Jhony sentado en la mesa. Debe de estar sintiéndose mejor.
Lo miro y le doy una sonrisa débil. Él me devuelve la sonrisa y acto seguido vuelve a comer.
Diana- Ay, querida, disculpa que estemos cenando sin ti, es que ya era tarde, no te llamé antes porque pensé que necesitabas descansar un poco.
Mia- ¡No hay problema! Gracias.
Miro alrededor y todos realmente ya están comiendo. ¡Uy! Casi todos. Armando acaba de sentarse en la mesa con su plato intacto y solo entonces empieza a comer. ¿Estaría esperándome? Tsh, ¿qué es esto, MIA? ¿Qué clase de ilusión es esta, niña?
El resto de la noche fue tranquila. Jhony está sentado en el sofá, y yo lo veo como una oportunidad para conversar con él.
Voy caminando lentamente hasta allí.
Mia- Hola.
Jhony- Hola.
Dice abriendo una pequeña sonrisa.
Mia- ¿Estás bien?
Jhony- Sí, estoy… estoy bien, ¿y tú?
Dice rápido.
Mia- Estoy bien… ¡bien confundida! ¿Qué pasó esta mañana? ¿Por qué saliste de esa manera?
Jhony- Es que…
Cuando Jhony está a punto de hablar, escucho la voz de Armando viniendo del inicio de la escalera. La escalera está en medio de la cocina y el salón y de frente con el recibidor.
Armando- Te veo mañana a la 1:30 de la tarde. Un consejo: ODIO LOS RETRASOS.
Dice dando un ligero golpe con dos dedos en su brazo.
Mia- ¡De acuerdo, cascarrabias!
Hace una mueca antes de empezar a subir los escalones y por último dice.
Armando- ¡Buenas noches, entrometida!
Lo que me arranca una pequeña, pequeña no, minúscula sonrisa. Pero suficiente para que Jhony se ponga serio otra vez.
Mia- ¿Qué ibas a decir?
Jhony- Olvídalo, no era nada importante. ¿Me dices una cosa? ¿Vas a trabajar para él en la empresa? ¿Te entendí bien?
Su pregunta me pone nerviosa. En realidad creo que fue la forma en que lo dijo lo que me puso así.
Mia- Sí… sí. Tu madre me sugirió que trabajara allí durante un tiempo, para ayudar y para incluirlo en mi currículum.
Jhony- ¡Ah!
Dice fríamente y con el rostro muy serio.
Mia- ¿Por qué? ¿No te gustó la idea?
Jhony- No soy yo quien tiene que estar de acuerdo, sino tú, Mia.
Me asusta la brusquedad con la que me responde. Creo que notó mi sorpresa e intenta arreglarlo.
Jhony- Es decir, ¡es una buena idea! Mi madre me lo sugirió hace algún tiempo. Pero le dije que no, que no soportaría pasar tanto tiempo en una sala con Armando, pero en fin, ¡buena suerte!
Mia- Bue…
Se levanta y sale andando antes incluso de que pueda terminar de hablar y antes de subir las escaleras dice.
Jhony- ¡Buenas noches, Mia!
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