Tú, Sólo Tú... |Trilogía: En Las Buenas Y En Las Malas #1

Tú, Sólo Tú... |Trilogía: En Las Buenas Y En Las Malas #1

Prólogo.

Dos personas caminaban a través del edificio y conforme avanzaban, la gente se apartaba de ellos con miedo y preocupación.

El hombre, quien lideraba la marcha, tenía el ceño fruncido y sus ojos color miel irradiaban frustración.

La mujer, quien le seguía de cerca a tan solo dos pasos, parecía un poco preocupada, mirando cada tanto al hombre delante de ella.

—Señor... —un joven de 26 años se acercó a ambos con paso apresurado

El hombre de cabello negro, con la ceja alzada y con la mirada neutral, miró a su secretario correr a su encuentro —¿Qué? —pregunto en seco

La mujer sonrió por lo bajo, bien sabia que él estaba frustrado porque se levantó tarde y no había podido desayunar como se debe.

—La ju-junta... —balbucea el asistente cuyos ojos azules no querían mirar de frente a su jefe —Se va a adelantar.

La mujer perdió la sonrisa de pronto y miró con preocupación al asistente, eso no se lo esperaba. —¿Cómo es posible? —pregunto con asombro mientras algunos mechones de su cabello castaño caían sobre su rostro.

—Ah... Algunos accionistas no pueden venir más tarde y la reunión se adelanto. Trate de llamarle pero...

La mujer de ojos color aceitunas apretó los ojos con fuerza y cuando los abrió, el hombre delante de ella, le miró con rudeza.

«Diablos.» pensó ella

El hombre lanza un gran suspiró y se abrocha el traje gris oscuro que vestía ese día —Estaré en mi oficina, llámame cuando los...

—Se-señor... —murmuró su asistente, rascando su cabeza con nerviosismo —Los accionistas ya están en la sala de juntas.

La mujer trago saliva con fuerza.

—Bien. —ladro el hombre y estiro la mano para que su asistente le diera los documentos que tenía de la junta —Diles que voy para ahí...

El asistente con una leve reverencia a su jefe, salió de su presencia casi corriendo despavorido.

—Co-comera después... —murmuró la mujer mientras jugaba con las cintas del vestido que llevaba puesto

—He llegado atrasado, por no decir muy tarde señorita Buller. Esperaba más profesionalismo de su parte al pedirle que viniera temprano a verme...

La mujer arrugó la nariz, no le gustaba ese tono, pero se lo aguantaría por ahora. —Perdón, lamento haberlo atrasado con la entrevista. —con una reverencia, ella se disculpo

—Bien, buen día. —respondió el hombre con la misma sequedad que a su secretario y se alejo de ella

—¡Señor Park! —la mujer corrió tras él pero se detuvo a milímetros de chocar con su espalda —Puede... —balbuceo —Puede que haya llegado tarde pero... La entrevista aún no termina.

—No pienso perder más tiempo con una revista de chisme. Será en otra ocasión...

«Oh, no.»

—Usted me cito aquí, ¿ahora piensa retractarse?

La gente a su alrededor empezó a murmurar por el tono elevado que empezaba a surgir entre ambos.

La mujer alzó una ceja y le miró con reto mientras el hombre frente a ella trataba de ocultar su sonrisa.

—Bien, que mi asistente le lleve a mi oficina.

La oji aceituna asintió y antes de dar un paso hacia atrás el hombre la detuvo del brazo para que no se moviera mientras se acercaba a ella con lentitud.

—Que Memo pida el desayuno... —le susurro por lo bajo y al soltarla, se volvió a acomodar el saco —Y no me haga perder más tiempo. —atacó en voz alta

La mujer apretó los labios para evitar responderle, lo que causó gracia en el hombre quien alzando una ceja, entro a la sala de juntas.

Cuando las sillas dentro chirriaron al ser empujadas hacia atrás, ella pudo soltar el aire que tenía acumulado.

—Señorita Buller. —el asistente del señor Park se acercó a ella —Venga conmigo...

Asintiendo, la mujer siguió a joven de cabello castaño oscuro, dos tonos más chocolate que el de ella hasta el elevador de la empresa.

Cuando ambos están dentro, los dos, casi de manera perfectamente coordinada, lanzan un suspiro.

Con esto, se daba a entender que no era la primera vez que algo así sucedía en la empresa.

—Señora Park... —balbuceo el joven

—Ish... —siseo la mujer ladeando la cabeza como si esa frase le causará dolor de cabeza —Memo. —le reprendió —Que no me llames así, no aquí.

—Perdón mi señora... —la mujer rodo los ojos, Guillermo era incorregible —Pero el señor Park estaba muy enojado. ¿La metí en problemas?

Cuando las puertas del ascensor se abrieron la mujer encabezó la marcha hacia la oficina de Dion Park —Tina, Memo... Tina. —le recordó —Llamame así... Y no, no me metiste en problemas. El señor Park esta irritado porque no pudo desayunar ésta mañana y además, al salir tarde, nos enfrentamos al tráfico matutino. —Tina, tomó el picaporte de la puerta —Lo que me recuerda... Estaré trabajando en la computadora de Dion y luego me iré a la revista. Por favor, pídele algo para desayunar y lleváselo.

—¿Y-yo? —palidecio el joven

La ojo aceituna parpadeo incontables veces —¿Siii?

El peli castaño suspiró —Bien. —refunfuño

—Gracias. —sonrió la mujer triunfante, realmente no tenía ganas de tratar con Dion Park ahora

—¿Qué le pido?

—Ah... Huevos revueltos con tocino, café y pan tostado le vendría bien...  —medita la mujer —¡Ah! Y...

Memo chasqueo los dedos —¿Fresas?

Tina sonrió —Eres el mejor. —dicho esto, cerró la puerta

Acercándose al escritorio que había en la oficina donde se encontraba, la peli castaña corrió la silla y sentándose frente a la computadora de escritorio la enciende.

..."Contraseña"...

Tina teclea la misma contraseña de siempre: 181021

Cuando la computadora le da la bienvenida, ella se pone a trabajar en el último reportaje que le habían asignado.

Su último jefe había sido despedido y ahora, su nueva jefa solo le tenía dado un trabajo.

Entrevistar a Dion Park.

Sin embargo, cuando se requería personal para otras entrevistas, entonces la ocupaban a ella.

Y esa era la razón de estar editando la entrevista que le había hecho a una cantante, ya que su jefa no sólo le permitía ir a las entrevistas sino, editarlas.

Pero, su laptop estaba en reparación y Dion solo tenia la suya en la oficina así como su computadora de mesa. Si bien, no podía quitarle su laptop al menos podía trabajar en la de escritorio.

Si podía, evitaba ir a 'Dominion' pero en este caso, era necesario.

Su laptop saldría mañana así que aceptaría los chismes que hoy se hayan formado como su acosadora ante su reciente aparición en la empresa.

Tampoco podía trabajar en la revista porque la entrevista a la cantante sería publicada hoy y tendría que llegar con ella ya editada.

Así que trabajo en ella por la siguiente media hora. Esperaba terminar antes que Dion Park acabase su junta... No tenía ganas de lidiar con él, sobre todo cuando estaba mal humorado.

—¡Si! —se estiró cuando al fin terminó

Imprimió su edición final de la entrevista y la guardo en un sobre. Antes de apagar la computadora, sonrió y dejó escrito una nota en ella. Cuando termino, entonces si apago el aparato y guardo todo.

Su cabeza fue lo primero que asomo por el pasillo, Tina busco alrededor a alguien que la pudiera ver salir de la oficina pero como no aparecía nadie, decidió cerrar la puerta rápidamente y correr al elevador.

Dentro, una vez sana y salva, suspiro. Mirando la carpeta que tenía entre sus manos sonrió, había terminado a tiempo.

Las puertas del elevador se abrieron en el primer piso y sin pensarlo, se dirigió a la puerta principal del edificio.

Ya le diría al señor Park que ante su atraso en la junta y al tener ella tanto trabajo no se podía quedar a esperarlo.

«Si, será lo mejor»

—Señorita Buller... —Memo se acercó a ella con paso veloz y con la cara pálida

—¿Qué... Qué tienes?

—El señor Park quiere verla en la sala de juntas.

«Maldición»

—¿Le dijiste que aún estaba aquí?

El asistente afirmó con la cabeza —Si, como aún no se había ido le dije que si.

—Pu-pues... Dile que tuve que irme de emergencia. —la oji aceituna sonrió y con prisa se dirigió a la salida

—¡Eso... —Memo le siguió con paso apresurado también —Eso no podrá ser... El señor Park me especifico que si intenta huir del edificio lo mandase a cerrar.

—¿Qué? —Tina se detiene en seco, mira la entrada principal y en ella, hay dos guardias a cada lado de ésta —¿Es en serio?

—Él sabe que no deseará causar un  escándalo.

La peli castaña lanza un suspiro de frustración «maldito egoísta»

—Bien, tarde o temprano tenía que enfrentarme a su mal humor. —sacando la carpeta de su bolso se lo extiende a Memo —Hazme un favor querido, entrega este documento a Andrea Luna en mi trabajo. ¿Puedes? Algo me dice que llegare tarde...

—Claro que si mi se... —aclarandose la garganta, el asistente se auto corrige —Señorita Buller.

—Gracias...

Tina se dirige a la sala de juntas que tiene la empresa en la primera planta junto al departamento de recursos humanos.

Ya había visitado Dominion incontables veces y lo conocía casi como la palma de su mano.

Así que cuando está frente a la puerta de la sala, se detiene unos segundos a tomar aire y prometerse qué, pase lo que pase, no apuñalaria a Dion Park.

Tocando la puerta, asoma la cabeza dentro —¿Me llamaba? —dentro, no había nadie salvo Dion Park sentado en su silla, leyendo unos documentos

El desayuno que le pidió a Memo llevarle incluso ya estaba servido sobre la mesa, pero parecía que él no había tocado nada.

—Pasa. —ordena el peli negro sin despegar la mirada de los documentos que tiene en mano

Armandose de valor, Tina entra a la gran habitación, se acerca a él y se mantiene de pie a su lado —¿Necesitas algo? Tengo que irme a la revista cuanto antes. —pero Dion Park solo lee sus documentos

Evocando todos los métodos de relajación y respiración que ha aprendido, Tina espera no golpear al hombre frente a ella.

—Bien, me reti...

—Come. —le ordena Dion Park

—No es necesario, yo ordene esto para ti. Yo comeré algo en la revista pues voy a llegar tarde.

Dion analiza un documento de otro —Eso te pasa por trasnocharte.

Tina abre la boca como pez fuera del agua en un intento de refutar esa idea, pero lo único que le sale es una queja —¡¿Yo!? Eso no... —conteniendo su irá, bufa —Ya me voy, buen provecho.

Dándole la espalda, Tina Buller da un paso con la intención de salir de aquella habitación e irse a trabajar. Sin embargo, Dion Park no pierde tiempo y rápidamente rodea su cintura para hacerla retroceder.

La peli castaña da un traspié ante esa acción y cae sentada sobre las piernas de Dion Park. Cuando sus sentidos vuelven en si, le lanza una mirada de irritación —¡Eh! Eso...

El peli negro se inclina a ella y tomándola del mentón, le deposita un beso fugaz —Come algo, debes estar hambrienta porque tampoco desayunaste y estoy completamente seguro de que no comerás nada en el trabajo con tanto que hacer.

El sonrojo de la Tina es evidente, su corazón late como loco ante la acción de Dion Park —So-sólo si admites que fue tu culpa el haber llegado tarde.

Dion sonríe con una ceja levantada mientras pasa su dedo pulgar sobre los labios de la oji aceituna —Si eso hace feliz a mi esposa, entonces acepto ser el culpable de llegar tarde hoy.

Tina rueda los ojos y aparta su mirada de aquellos ojos llenos de lujuria de su esposo —I-idiota... —balbucea

Casi de un salto, Tina se sonroja al sentir el aliento de Dion en su cuello.

—¿Acaso anoche era un idiota en la cama? —pregunta el peli negro en susurros mientras le deposita un beso a su mujer en el cuello

Irguiendose y apenada, Tina se cubre el rostro con las manos —¡Ca-callate!

De pronto, sobresaltando a ambos, la puerta se abre de golpe.

—¡Señor! —Memo asoma detrás de ella —Ah...

Tina le mira más apenada que nunca y Dion con enojo.

—¡Pe-perdón! —balbucea —¡No los molesto más! —dicho esto, desaparece de nuevo, dando un azotón con la puerta

—Imprudente... —sisea Dion —Debería despedirlo.

Lanzando una carcajada, la peli castaña se levanta de las piernas de su esposo —Me agrada... —sonríe —Es lindo... —comenta mientras se acomoda su vestido

Dion Park le toma de la mano, logrando que la oji aceituna le mire —¿Y yo? —pregunta mientras besa sus nudillos —¿No lo soy?

Colocando los ojos en blanco, la castaña le responde —Eres exasperantemente adorable.

Feliz de la respuesta, el peli negro la suelta y alejando los documentos que leía, atrae su plato del desayuno junto a él —Ven...

Resignada, Tina sabe que si no desayuna con él, Dion no la dejará salir...

Caminando, se coloca a su lado derecho y tomando asiento, atrae su plato también para comer —¿Cómo te fue en la junta? —pregunta la oji aceituna

Dion levanta la mirada de su plato y la mira —¿Realmente quieres saber? —pregunta un tanto divertido

Encogiendose de hombros, la castaña responde antes morder su pan tostado —Resumelo, tal vez así pueda usarlo para un titular.

Levantando una ceja, el oji miel sonríe —¿Deseas hacer de mi vida un titular?

—Dependerá de que aspecto sea...

Dion hace un mini puchero —¿Cuándo le dirás al mundo que estamos casados?

—Nunca.

—Ah... —se lamenta él

Tina sonríe —Ya lo hablamos... —comenta mientras toma una fresa con chocolate

Dion Park le sujeta de la muñeca donde ella tiene sostenida la fresa y la lleva a sus labios donde, sin dejar de mirar a su esposa, muerde la fruta. Esa acción, sonrojan a la castaña.

—Gracias...

—N-no era para ti —refunfuña la oji aceituna

Él sonríe y tomando una fresa también, se la tiende —Aquí tienes...

Alzando una ceja, no muy convencida de su acción, pregunta —¿Ya no estás molesto? —cuando Dion sacude la cabeza, ella se inclina hacia él y muerde la fruta. Su esposo la sujeta del cuello y la besa rápidamente —¡Eh! —Tina se aleja de él rápidamente, ocultando su sonrojo

—Ahora si, ya no estoy molesto.

Tina sacude la cabeza con una sonrisa en el rostro. Dion Park era demasiado tierno y lindo cuando hacía cosas así, de manera improvisada. Sin embargo, ella estaba consciente de que él solo era así con ella.

Para el resto de las personas, Dion Park era una persona sumamente seria y en ocasiones, fría.

Llevaban un año y medio de casados y ella aun tenia mucho que aprender sobre él y su manera de ser, pensar y expresarse.

Tina era una periodista y él, como hasta ahora, es el CEO de una de las mejores cadenas de hoteles de alto renombre a nivel internacional.

Ambos se habían conocido en una entrevista, a Tina le habían asignado entrevistar a Dion Park y aunque la entrevista nunca se concreto, algo si se creo ese día... Su matrimonio.

Un año después, ahí estaban, desayunando juntos.

No había sido para nada un camino fácil, pero hacían lo mejor que podían.

En medio del silencio de los pensamientos de ambos, el celular de la castaña empezó a sonar con ímpetu, así que dejando un momento su comida y tomando el aparato en manos, confirmo quien era —Uff... —Tina suspiró, respondió y colocó la llamada en alta voz —Si Andrea, dime...

—¿¡Dónde estás!? Solo me mandaste el escrito pero aún falta mandarlo a edición y no puedo con todo sola, saldré dentro de poco a una entrevista y la jefa quiere verte.

Tina mira de reojo a su esposo, quien no reacciona ante las palabras de la mujer ni se muestra interesado en lo más mínimo de su conversación —Estoy desayunando con Dion Park.

—¿¡QUÉ!? —la mujer casi se atraganta al entonar esa pregunta —¿Cómo es posible? Dion Park huye al verte, ¿cómo lo convenciste?

—No fue nada sencillo, creeme... —responde la castaña evitando reírse cuando Dion alza una ceja pero sigue comiendo si decir nada —Tal vez pueda convencerlo de hacer al fin una entrevista grabada con nosotros... —murmura la oji aceituna, ganándose una mirada de reojo de su esposo quien aún así, no dice nada

Del otro lado se escucha movimiento —¿En serio? ¡Joder, sería perfecto! La revista ha querido hacerle una entrevista desde hace años, bien sabes que ninguna  ha podido hacerlo luego de su éxito en Londres. —chilla feliz Andrea, su mejor amiga —¡Bien bien! Te dejo de molestar y le diré a la jefa en donde estás... ¡Exito!

—Gracias... Nos vemos luego. —Tina sonríe y cuelga llamada

Dion baja de pronto sus cubiertos y mira a su esposa, con una cara de dolor fingida —Así que este desayuno era parte de tu plan.

Tina no puede evitarlo y rompe en una carcajada —¿Astuto, eh?

—Me dueles... —solloza el oji miel mientras sigue comiendo

—¿Y bien? —pregunta ella —Supongo que no lo has considerado aún.

Dion la mira de reojo y traga su porción antes de hablar —¿Una entrevista? —él asiente —Siempre y cuando serás tú quien me entreviste.

Tina baja la mirada a su plato —No creo que me dejen hacer la entrevista grabada, ese es el trabajo de otra área. Además, aún soy una... "novata" para algo como eso.

—Tonterías... —gruñe el peli negro —Haz hecho mejores trabajos que las personas que llevan años trabajando ahí.

La castaña toma su vaso de jugo y levantado una ceja, comenta antes de beber de el —Bueno, mi primer gran fracaso fue cuando vomite delante del magnate hombre de negocios Dion Park y la entrevista fue cancelada.

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Comments

Berta Elisa Liberona Sepúlveda

Berta Elisa Liberona Sepúlveda

Enpeso 👍 bien 👍

2024-03-28

0

Marta Bedetti

Marta Bedetti

parece interesante...

2024-03-26

1

Mercedes Guevara

Mercedes Guevara

Me gusta lo que he leído…Interesante!! ☺️😊

2024-01-22

1

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