Capitulo 1: ARTICA LOBOS

*ARTICA LOBOS

El día era particularmente frío pero para ARTICA era una simple briza, parecía que estaba hecha para soportar el frío su largo cabello blanco le llegaba hasta la mitad de sus muslos, de una figura exquisita, tenía dieciséis años cumplidos, miraba desde la punta de un árbol el paisaje y diviso a lo lejos un helicóptero que se aproximaba. Paso mucho tiempo desde que quedó a vivir con la anciana que la salvó de la tormenta permitiéndole quedarse. El agua había cerrado los caminos por lo que aprendió a cazar y defenderse de los animales. RECORDABA al mirar aproximarse el helicóptero.

Recuerdo como si fuera ayer, me levantaba temprano ante el llamado de mi madre que llegaría tarde a clases, no sería un día cualquiera, era el último día de excursión, el próximo año pasaría al secundario. Feliz me levanté saludando con un beso a mi madre y a mi padre. Mi pequeño hermano manchándose con su desayuno la camisa y mi madre renegando que se hacía tarde para salir. Todo parecía normal, un día más, nada fuera de lo ordinario. Salí tomando aire e inflando mis pulmones, se sentía un aroma fresco, a tierra mojada.

"VA A LLOVER". Aseguro mi madre.

"NO DIGAS ESO, HOY ES LA EXCURSIÓN". Chilló apesadumbrada.

"EL PRONOSTICO AVISA QUE SERA SOLEADO TODO EL DIA". Aseguro mi padre mirando su celular.

"NO QUIERO IR". Se queja mi pequeño hermano que va a sala de cinco años.

"YO SI QUIERO IR A TU CURSO... JUEGAN... PINTAN... HASTA LE DAN GOLOSINAS... EN CAMBIO YO DEBO LIDIAR CON LAS FRACCIONES". Me queje al ser un martirio Matemáticas para mí.

"BUENO NIÑOS... SUBAN". Nos dijo nuestra madre que miraba el cielo y torcia la boca como que no le gustaba el ambiente que se sentía, ella no necesitaba de una aplicación que le diga si llovía o no, tenía una habilidad especial que podía saber con exactitud lo que pasaría con el clima.

Nos dejaron en nuestro instituto, acompañe al pequeño Polo hasta su sala que al ver a su señorita se olvidó de mi. Camine hasta mi salón donde mi amiga Paty me guardo mi lugar.

-HOLA BLANCA (Es el sobrenombre que me puso al ser blanco mi cabello y mis ojos de un color azul a gris según mi humor).

-DIME ARTICA. Le digo con fastidio.

-PARA MI SERAS BLANCA SIEMPRE... TE PEGA. Se me burla.

Salí albina por lo que uso siempre camisa mangas largas y yin, o lo que cubra mi cuerpo al igual que una gorra y unos lentes especiales que me sirven para salir al sol, mi hermano no salió como yo, suerte de él que puede disfrutar del sol, en mi caso debo ocultarme, no me puedo exponer mucho que mi piel parece escamas si no me protejo.

-ESTUDIANTES SU ATENCIÓN (Nos dice nuestra maestra)... DEBEN ESCOGER UN COMPAÑERO DE BANCO... Y NO SEPARARSE DEL GRUPO... LA EXCURSIÓN SERA EN LA RESERVA NATURAL... SABEN LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD ... SE LES DIO LA LISTA LA SEMANA PASADA ... SI TODOS TIENEN SUS PERMISOS... TOMEN SUS COSAS Y SUBIREMOS AL AUTOBUS. Concluye la profesora.

"VIVA... BRAVO". Vitorean los varones.

-PATY NO TE SEPARES DE MI. Le advertí a mi amiga que estaba embelesada mirando al chico lindo de la clase.

-HOY ME DECIDI EN DECIRLE QUE ME GUSTA. Me asegura mordiendo su lápiz.

-ESTAS LOCA... SI TU PADRE SE ENTERA TE CASTIGA SIN SALIR UN MES. Le recuerdo lo que le había dicho su padre.

-ESO LO DICES PORQUE JAMAS TE GUSTO NINGUNO. Me dice Paty, que tiene razón, pero por más que parezca raro, nunca sentí que alguno fuera para mí.

Tomamos nuestras mochilas que pesaban un montón al llevar nuestras provisiones encaminandonos al ómnibus. Paty me pidió sentarse hacia el pasillo para estar a lado de Marcos que estaba sentado en el otro banco con su amigo Luis y yo del lado de la ventana, no me molestó podía disfrutar de la brisa que soplaba atraves de la ventana. Llegamos a la reserva natural después de cuatro horas de viaje, un guía nos mostró la cabaña para las chicas y otra para los chicos. Con nosotras estaba nuestra maestra "Sonia" y con los varones el de educación fisica "Gabriel". Tenía una extraña sensación que la ignore enfocándome en la diversión con mis compañeras.

-MUY BIEN... PREPAREN SUS MOCHILAS... INICIAREMOS EL RECORRIDO CON EL GUIA. Nos anuncia nuestra maestra Sonia.

-BUENOS DIAS... COMO SON TREINTA ALUMNOS ENTRE MUJERES Y VARONES... DIVIDIREMOS EN DOS GRUPOS... EL PRIMERO HARA LA ESCURSIÓN HACIA EL NORTE DE LA RESERVA Y EL SEGUNDO CON MI COMPAÑERO, LO HARA HACIA EL SUR. Anuncia el guía. Con Paty nos tomamos del brazo para caminar juntas, me puse mucho protector en el rostro y manos que era lo que tenía expuesto.

-FUCHI BLANCA ... ESE PROTECTOR ES FUERTE. Se queja Paty.

-LO SE... PERO NO TENGO DE OTRA... O SINO ... MI PIEL SE ME CAERA. Le comento y pone una cara de asco.

Caminamos un trecho escuchando los relatos del guía sobre cada especie que veiamos por alguna extraña razón cuando me aproxime a la parte donde estaban los pumas se comenzaron a inquietar. Su rugido aturdió al grupo, se movían nerviosos y parecían querer saltar la verja que los mantenía lejos del sendero dónde pasábamos. Lo mismo los monos al aproximarme se alejaron nerviosos trepandose en la punta de los árboles que tenían cerca.

-NO TE QUIEREN LOS ANIMALES. Se burla Paty al ver que no pude sacarle ninguna foto.

Siento un aroma particular fuerte que me atrae y camino sin pensar en esa dirección. Veo en una jaula un perro enorme negro que me mira fijo, sonrío al sentir que este no se aleja por lo que tomo mi cámara, me quito los lentes para poder sacar la foto más cómoda y veo que se incorpora mirándome fijo, su pelo negro se infla en su lomo. Le brindo una sonrisa y le tomo una foto.

-GRACIAS ... FUISTE EL UNICO QUE NO SE ALEJO. Comento al animal en voz alta.

-NIÑA... NO DEBE APROXIMARSE ASI. Me dice el guía llamando mi atención. -ES UN ANIMAL MUY PELIGROSO. Me dice señalando el letrero de advertencia.

En un abrir y cerrar de ojos un viento fuerte se hizo presente.

-¡REGRESEN!. Grita el guía juntando a todos para volver. El viento hizo volar mi sombrero justo en el recinto del perro grandote. Trate de alcanzarlo con un palo, pero no podía. El viento comenzó a levantar polvo, la visión se torno difícil, no podía ver al grupo hacia donde fue, ví que el perro grandote me señaló con su cabeza su refugió, dude un momento, pero la tormenta comenzó a aproximarse, se oía de lejos las gotas de lluvia, no lo pensé dos veces y me metí en el recinto del perro negro.

-NO ME COMAS... O TE ENFERMARAS. Le amenaze y me metí en ese tipo madriguera, el animal se puso delante mío cubriendome de las ráfagas. No sé cuánto tiempo paso, pero la tormenta afuera era fuerte, se escuchaban fuertes truenos y el viento que azotaba. Me quedé dormida, por alguna extraña razón el calor del animal me acunó y su aroma no me molestaba. Al terminar la tormenta y todo quedó en silencio el animal se enderezó dándome paso a salir, pude ver qué una de sus patas estaba lastimada por lo que como agradecimiento pensé en curarlo.

-SI NO TE MOLESTA... TE CURO LA PATA... NO TE MUEVAS... TE HECHO AGUA. Le dije al derramar el líquido de mi botella en su pata delantera derecha, el animal parecía que me entendía la dejo quieta para que le cure -Y ESTA CREMA TE EVITARA INFECTARTE... SIEMPRE TENGO... MI PIEL ES DELICADA. Le comento, no se porque le hablo, ni que me entendiera. Luego me incorporo mirando el paisaje, habían árboles caídos y el recinto del perro gigante estaba sin la verja, se ve que el viento fue fuerte. -¿Y AHORA DÓNDE QUEDAN LAS CABAÑAS?. Me quejo en un sollozo al no saber dónde ir. El perro me choca como llamando mi atención por lo que lo miro y me hace gesto con la cabeza que lo siga o eso entiendo por lo que camino atrás de él. Por el camino le invite de mi sandwich y de mi botella de agua hasta que veo una casita en medio del campo rodeado de árboles y flores muy linda. De nuevo hace un gesto corporal señalando la casita.

-AH... QUIERES QUE LLAME... ME DA MIEDO... NO SE QUIEN VIVE AHI. Le comento y pega su cuerpo a mi, me empuja a la puerta, dudo en golpear, pero al final lo hago.

-¿QUIÉN ES?. Se escucha la voz de una anciana.

-SOY ARTICA... ME PERDI... PUEDE AYUDARME. Le digo y abre la puerta una señora mayor, de estatura pequeña cabello gris corto y un vestido que le tapaba los tobillos, que al verme abre grande los ojos. -DISCULPE QUE LA MOLESTE... VINE DE EXCURSIÓN CON MI CURSO... PERO SE LARGO LA TORMENTA... Y ME PERDI... ¿ME AYUDA?. Le reitero.

-OH... ES UNA PENA... ERES... ERES. Trataba de conjugar una frase por lo que me apresuró al responder.

-SI... SOY ALBINA... NACI ASI. Le respondo adivinando lo que me quería consultar.

-SI CLARO... Y TU AMIGO. Me consulta mirando hacia el perro grande pero ya se había alejado.

-ME GUIO HASTA AQUI. Le respondo, me siento nerviosa y asustada, pero la mirada de la anciana me calma de algún modo.

-TIENES UN DON CON LOS ANIMALES. Me dice la anciana.-PASA... DEBES TENER HAMBRE... SIENDO SINCERA... NO RECIBO MUCHAS VISITAS... CADA FIN DE MES LOS DE LA RESERVA ME DEJAN PROVISIONES...PERO NINGUNO QUEDA MUCHO TIEMPO. Me cuenta.

"¿Por qué será?, se ve amable". Pienso.

-¿NO TIENE FAMILIA?. Le pregunto curiosa.

-TENIA... PERO YA NO ESTAN MAS... CADA UNO HIZO SU VIDA. Me cuenta en eso escuchamos que nuevamente el clima se torna oscuro y tormentoso. -ESTO TIENE PARA LARGO... AL MENOS ESTAS BAJO TECHO... NO ES MUY GRANDE... PERO AQUI NO TENDRAS FRIO. Me dice.

-MUCHAS GRACIAS... Y DE NUEVO DICULPE QUE LA MOLESTE... NI BIEN ESTE CON MI FAMILIA... LE RECOMPENSARAN POR SUS MOLESTIAS. Le respondo.

-NO TE PREOCUPES CACHORRA ... NO ME MOLESTA LA COMPAÑIA. Me dice la anciana.

"¿Cachorra?... Si no soy perro". Pienso.

Reviso mi mochila y encuentro el chocolate que debía darle a Polo y me pegó en la frente.

-MAMÁ ME VA A RETAR... NO LE DI A POLO SU CHOCOLATE. Digo en voz alta.

-¿QUIÉN ES POLO?. Me pregunta la anciana poniendo una taza de te, adelante mío, en la mesa.

-MI HERMANO MENOR... TIENE CINCO AÑOS... YO NO COMO... MAMÁ DICE QUE SOY ALERGICA... LA VERDAD QUE NO ME ACUERDO COMER NINGUNA VEZ. Le cuento pensativa.

-¿CUÁNTOS AÑOS TIENES?. Me consulta sentándose en un pequeño banco hecho de tronco y tomando té de una jarra pequeña de aluminio.

- Once - Titubeó nerviosa.

- NO PARECES SEGURA. Me dice mirándome fijo con esos ojos color almendra como los farolitos que iluminan la plaza.

- ES QUE CUMPLI HACE POCO Y ME CUESTA ACOSTUMBRARME. Le cuento, afuera el viento azota contra los árboles haciendo que se inclinen y el agua cae a cántaros, miro por la ventana preocupada.

- NO TE PREOCUPES... ESTA ZONA ES ALTA... NO LLEGA EL AGUA DEL RIACHO. Me comenta tomando su te tranquila.

-¿QUIERE DECIR QUE PUEDE INDUNDARSE?. Le consulto preocupada.

-TODO PUEDE PASAR ... NO CONTABA CON TU VISITA Y AQUI ESTAS ... NO CREI QUE LLUEVA TANTO... PERO PARECE QUE NO TERMINA. Comenta tranquila la anciana.

-NO PODRE SALIR ASI... DEBEN DE ESTAR PREOCUPADOS MIS PADRES. Le comento triste.

-YA LOS VAS A VER... ELLOS PREFERIRAN QUE ESTES A SALVO. Me dice segura.

-TIENE RAZÓN. Suspiro pesado y el sueño me invade por lo que bostezo sonoro sin querer.

-ESTAS CANSADA... PUEDES TIRARTE AHI. Me dice señalando su cama que veo tiene una base de paja y una manta encima de ella.

-GRACIAS . Le respondo y ni bien me arrimo me quedo dormida. Tuve un sueño extraño como que me rodeaban lobos y se inclinaban ante mi. Luego presentía que unos ojos celestes me miraban fijo, una mirada profunda como el mar, como el cielo infinito. Me desperté y veo a la anciana a la luz de la fogata que tenía en su chimenea cociendo contra un tapete extendido en una base cuadrada.

-YA ES DE NOCHE. Comento incorporándome.

-SI... Y LA LLUVIA SIGUE. Me responde.

-¿QUÉ ESTA HACIENDO?. Le pregunto aproximándome curiosa.

-TEJO... UNA MANTA... PRONTO HARA FRIO. Me dice y veo como pasa un palito entre los hilos. Suspiro pesado y ella se gira mirándome. -ESTAS TRISTE... EXTRAÑAS A TU FAMILIA... NO DEBES SENTIRTE ASI... LA VERAS... SOLO HAY QUE ESPERAR QUE DEJE DE LLOVER. Me dice animandome a lo que asiento pero siento mi corazón estrujado por la tristeza.

De eso paso mucho tiempo, vimos cruzar el agua arrazando con todo a su paso a unos cincuenta metros de la casita. Me acostumbré a la anciana que por cierto se llama Cielo, guardaba la esperanza que lleguen a mi rescate, pero paso el tiempo. La señora a la que le digo abuela de cariño se quedó sin fuerzas por lo que me ocupaba de atenderla. Aprendí mucho de ella, como curar con remedios naturales, a tejer para mi ropa y sobre todo a cazar para alimentarnos. Al ver el helicóptero le hago señas y veo que me divisan por lo que se aproximan.

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