Eliani Naviz
Y aquí estoy, viviendo algo que jamás creí posible... Mis pequeños cuatrillizos estaban despiertos cuando entré a la habitación y pude admirarlos junto a mi rubio bonito, que a pesar de mantenerse alejado, está conmigo.
El amor con el que mira a los bebés me da la ilusión de que podamos formar una familia en el futuro. Pero es solo si él acepta, mientras tanto, sé que tengo que ganarme su perdón y conquistarlo cada día para que su cariño no se esfume.
—Buenas tarrdes— saluda mi primo entrando a la sala de juegos— Isaías, ¿Cómo estás?— pregunta con un claro doble sentido, no sólo por simpatía, sino por la compleja situación.
—¿Cómo crees?— cuestiona el amor de mi vida bastante serio—Me acabo de enterar que soy padre de cuatro niños.
—Es difícil— asiente Konstantin—Perro solo quise prrotegerrlos— explica él también.—Es la prrincesa de los Naviz y al prrincipio te odiamos porrque le metiste cuatrro esperrmatozoides de una sola vez.— logra hacer reír a Isaías mientras que rasca su nuca.
—Creo que tengo buen tiro, como mi padre— suspira y continúa —Gracias por cuidarlos.
—Siemprre. Perro mejorr agrradecele porr cuidarrte a ti y a todos— me señala y el padre de mis hijos, me mira. —Tuvierron segurridad escondidas parra que nuestrros enemigos no los tocarran.
—¡Gracias!— dice
—No es nada—respondo tímida.
—No sabía que hoy tendrrían rreunión, perro— Él me mira y me hace una seña para salir—Quierro prresentarrte a alguien.
—¿La motociclista?— pregunto sorprendiendo a mi primo—Eres demasiado obvio a veces— me río—Además, tu mano derecha es demasiado chismoso.
—Cualquierr excusa le sirrve parra hablarr contigo— bromea Konstantin, ya que es su hermano, pero sirve para provocar a Isaías, quien todavía no lo sabe.
Lo que mi primo siempre dijo es que no importaba lo que pasara luego de que yo confiese la verdad, pero no perdería la oportunidad de molestar a mi rubio bonito. Ya sea que él me quisiese o no.
—Idiota— le digo y miro en dirección al padre de mis hijos—¿Te puedes quedar con ellos?
—Sí— afirma sin decir más.
Salgo de allí con mi primo y vamos hasta la sala principal, donde una bonita mujer está sentada, esperando por nosotros.
—Mairru— la nombra para llamar su atención. La chica se levanta y viene hacia mí— ella es Eliani, mi prrima.
—Un gusto conocerte— digo sonriendo y tiendo mi mano para estrecharla con la suya.
—Igualmente. —asiente ella— Me sorprende que no tengas el acento tan definido como él.
—No, yo viví aquí, en España, desde mis 13 años y aprendí el idioma. Al graduarme me fui a Rusia de nuevo, pero volví por motivos personales.
—Yo siemprre he vivido en Rrusia y sé poco español— se defiende él.
—Hablando de eso, ¿Cuándo volverás?— pregunto curiosa. Según conozco la historia, él se enamoró de esta chica, pero ¿la llevará con la familia o no?
—Nos irremos cuando el rrubio se haga rresponsable de lo que te hizo.
—¿Todavía quieres vengarte de alguien?— pregunta su novia.
— No— respondo de inmediato —Lo dice por el padre de mis hijos.
—Señora, disculpe la interrupción, pero el señor solicita su presencia. — dice una empleada.
—Entonces, ¿está aquí?— pregunta la pelinegra. Resulta ser bastante curiosa— Eso significa que se hace responsable ¿no?—mira a mi primo y él niega.
—Rrecién hoy conoció a sus hijos— ella se sorprende, pero luego nos mira a ambos.
—¿Qué?— indago ya de pie para ir con Isaías.
—¿El rubio es...?
—¿Qué rubio?— interrumpo. Hay una parte que claramente desconozco, si es que tiene que ver entre MI rubio y esta mujer.
—¡Ella conoce a Isaías!— declara Konstantin con sus puños cerrados. Eso significa que tampoco le agrada.
—¿De dónde?— pregunto.
—Coincidimos en el acantilado. Es un lindo chico y... — No me interesa seguir escuchándola, por lo que la dejo sola con mi primo y me voy hasta la habitación que está MI HOMBRE, mío. No de ella, ni de otra.
La empleada me sigue detrás en silencio y antes de entrar por el despacho, le digo que se aleje, ya que incluso su presencia me molesta.
Puedo escuchar que las risas son abundantes en la sala de juegos, por lo que entro despacio y los observo un rato.
Isaías se sentó en la alfombra del piso mientras sus hijos gatean a su alrededor, juegan con algunos juguetes, una de las niñas abraza un peluche y balbucean algunas palabras, no muy claras todavía.
—¿Me necesitas?— pregunto luego de cinco minutos en los que ninguno se dio cuenta de mi presencia.
—Sí— dice alterando mis sentidos, ya que quisiera que esa pregunta sea en otro momento y sentido obteniendo la misma respuesta— Debo irme, pero quisiera volver para cenar con ellos.
—Claro— acepto sin dudar.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 84 Episodes
Comments
Osorio Elizabet
Huy q tóxica
2024-07-20
0
victor hernandez
de infarto
2024-05-18
1
alicia yanez🇻🇪
si mijo sal pero ya corriendo a una clínica para hacerte una vasectomía con urgencia 🫣🤣🤣🤣🤣 si a la primera lo montas 4 no quiere imaginar que ahora empieza lo bueno
2024-03-15
3