Maratón Confesión

En las puertas, se veía a un hombre que no parecía mayor a unos treinta años, sorprendiendo a todos, pues se decía que aquel hombre era un inmortal, ya que había vivido muchos años. Quizás solo eran habladurías de la gente o realmente era verdad. Claro que de esto, Sabrina no sabía nada.

Su aspecto era hermoso, cabello castaño, ojos cafés, una nariz resaltada y simplemente un rostro que encantaba.

Todos los presentes hicieron una gran reverencia, incluidos los integrantes de la familia real.

—Veo que hay mucha gente reunida en este lugar, parece que los reyes hicieron un buen trabajo, invitando a todos los nobles del reino— sin saludar o agradecer, el emperador habló.

De pronto, uno de los hombres que lo acompañaban, se acercó al emperador y le habló al oído. El rostro del hombre se veía muy molesto, lo que preocupó a los reyes.

—Me informan que hicieron una lista de todas las familias nobles del reino y falta una en este lugar. ¿Cómo osan faltarme el respeto de esta manera?— furioso y levantando la voz, preguntaba el emperador.

Nadie comprendía de lo que hablaba el hombre, pues según la lista, todos los que habían ido, eran los que debían estar ahí, no faltaba nadie.

—¿Acaso no vino nadie de la familia Hill’s?— preguntó uno de los acompañantes del emperador.

Sabrina al escuchar esto, se horrorizó, dio unos pasos al frente, hizo una reverencia y habló. —Mi nombre es Sabrina Hill’s, estoy aquí a nombre de mi familia— agachando aún más la cabeza, informó.

Cuando la chica levantaba la cabeza, se horrorizó aún más, al ver el rostro del que era el emperador. —«Ya había visto a este hombre, él estuvo en la multitud el día que morí, ¿cómo es esto posible?»— se preguntaba Sabrina en la cabeza.

Los presentes se impactaron al saber que las tierras del ducado Hill’s estaban siendo habitadas, pero el emperador dio una orden.

—Por faltarme el respeto, serás mi rehén. Ella es la persona a quien me llevaré como pago a su falta de respeto— dijo el emperador y algunos hombres tomaron a Sabrina de los brazos, llevándola afuera, el emperador iba detrás de ella.

—Regresemos al palacio, no me puedo quedar en un lugar en el que no me respetan— actuando indignado y ofendido, decía el emperador en voz alta para que todos los que habían ido a mirar, escucharan.

Sabrina por su parte, estaba atando cabos en su mente. Esa no era la primera vez que veía al emperador, ella ya lo había visto en su vida pasada, entre la multitud era el único que no gritaba para que castigaran a la impostora, sino que se reía y mostraba una gran sonrisa, cuando la llamaban así. ¿Cómo era posible aquello?, la única persona que estaría feliz de que ella muriese, sería quien había planeado su muerte desde el principio, si sus sospechas eran ciertas, ese hombre no era humano como ella, en realidad él era un demonio.

—¿En qué tanto piensas?. Ni creas que podrás escapar, el carruaje tiene un hechizo muy poderoso— decía el emperador, sacando de su trance a Sabrina.

Cuando la chica recobró el sentido, se abalanzó contra el emperador y tocando sus hombros, lo transportó a un lago, justo en el medio.

—Nos volvemos a ver, ¿tu plan es matarme de nuevo?— furiosa preguntó Sabrina, mientras se mantenía a flote.

—Veo que me recuerdas, también me doy cuenta que tus poderes son aún mejores. Respondiendo tu pregunta, no quiero matarte, necesito tu ayuda— dijo el emperador, mientras nadaba a la orilla del lago.

—Mandaste a matarme, ¡maldito demonio! Y ahora quieres mi ayuda. Bueno hay algo que puedo hacer por ti, haré que dejes de respirar y así nos quitamos de problemas— dijo Sabrina, lanzando un ataque con un rayo

Alessandro esquivó aquel ataque y se cubrió con una barrera, una que ni siquiera Sabrina podía traspasar con su poder.

—Podrás matarme si me ayudas, hagamos un trato, ahora que conoces mi verdadera identidad— ya afuera del lago, habló el emperador.

—Dime una cosa, ¿por qué a mí y a mi familia?, ¿en qué te beneficiaba su muerte?— con lágrima se los ojos, Sabrina, preguntó.

Aquéllas lágrimas eran de enojo y dolor, pues recordó justo el momento en el que murió su familia.

—Quería tu poder, tu familia no debía morir, pero todo se salió de control y aunque no quiera aceptarlo, me gustó verte sufrir— mostrando una sonrisa leve, respondió Alessandro.

—¿Quieres mi poder?, entonces tómalo— dijo Sabrina mostrando un brillo azul resplandeciente.

—¡No!, espera. Eso me matará de inmediato. Yo quería tu poder, pero no pedí tu muerte, eso fue obra del príncipe de Auroria y mi sobrina Mika, jamás te hubiera matado— intentando protegerse con las manos, poniendo una barrera, decía el emperador.

—Si no hubieras muerto, seguirías siendo el monstruo de aquel entonces. Deberíamos terminar todo aquí— habló Sabrina de nuevo y lanzó un ataque de fuego, lo que si llegó a dañar un poco al emperador, haciéndolo arrodillarse en el suelo.

—¿No lo entiendes?, moriré pronto. Utilicé todo mi poder para regresar en el tiempo, ahora estoy muy débil, puedes matarme si quieres, pero si lo haces, no tendrás a los verdaderos culpables— dejando caer su cuerpo en el suelo totalmente, dijo el emperador.

—Ni pienses que voy a confiar en ti, no creo nada de lo que dices, pero si quiero saber quién fue la persona detrás de todo esto o bueno el demonio detrás— dijo Sabrina, un poco más calmada.

Algo dentro de la chica le decía que el emperador estaba siendo honesto. Lo necesitaba para descubrir la verdad, al final debería exterminarlo.

—De acuerdo, te ayudaré, solo si me dices la razón y el por qué de que tus seas el emperador de los humanos— cuestionó Sabrina, pues realmente era una ironía.

—No todos los dioses son buenos, hay uno que quiso jugar contra sus hermanos y al perder, se convirtió en monstruo. Así que los dioses restantes no tuvieron más opción que capturarlo y encerrarlo en un lugar llamado Stalle, le dieron la corona suprema a él, ya que se volvería mortal. Yo soy uno de sus descendientes, el que debió gobernar sobre los reinos, pero tengo prohibido intervenir directamente con los humanos y solo puedo salir por unos cuantos días, pues si me quedo fuera por mucho tiempo, mi verdadera forma se apodera de mí y causo estragos por dónde pase. Soy el emperador de los humanos porque así lo decidieron tus dioses— dijo el emperador, volviendo a ponerse de pie.

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Comments

Sen Lala

Sen Lala

Pero no había sido ella la que retrocedio el tiempo?

2024-04-17

1

Madelein 😍

Madelein 😍

que lo mate

2024-04-01

1

Madelein 😍

Madelein 😍

que locura

2024-04-01

2

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