Partida II

El capitán Marius se apresuró al cumplir la orden dada por el duque Tinks, en cuestión de una hora ya estaban reunidos todos los capitanes del ducado, eran en total, diez hombres y el duque llegó para informar.

—Asumo que todos ya saben lo que pasó al momento de querer corregir al capitán Marius, bueno eso se debe a que ha sido protegido por alguien, no diré quién, pero lo que si les puedo asegurar, es que si deciden hacer lo que les voy a pedir, ustedes tendrán la misma protección que el capitán y así será para cada uno de los integrantes de sus escuadrones. No puedo decir nada más, sin embargo quiero comunicarles que me retiraré de mi puesto actual y quizás mis hijos no tengan oportunidad de heredar nada, por eso les haré está petición como su señor. Ahora pregunto, ¿quién está dispuesto a mudarse de hogar y servir para alguien a quien yo conozco muy bien y se que estarán protegidos estando a su servicio?— siendo directo y claro, el duque informó a sus diez capitanes.

Todos quedaron sorprendidos por lo que estaba diciendo el duque, nadie podía creer en realidad que se iba a retirar y mucho menos que pidiera sus renuncias y que fueran a trabajar a otro reino, a un lugar desconocido.

—Entiendo que estén dudosos de aceptar o no, sin embargo yo no tuve esa duda al estar frente a la persona que decidí servir. Esa persona nos dio su protección y nadie ni nada nos puede dañar. También mis hombres y yo vimos de que es capaz, sin dudarlo y con los ojos cerrados, la seguiremos siempre— habló, el capitán.

Todos veían impactados el brillo en sus ojos y la sonrisa mostrada, al hablar de su nuevo señor. Poco a poco, tomando en cuenta que no se querían quedar sin trabajo y sin hogar o dejarlo a la suerte, decidieron aceptar la propuesta de su señor, ya que siempre había sido justo y jamás habían sufrido, estando bajo su servicio.

—Perfecto, al haber aceptado ustedes, tendrán solo una semana para prepararse, no puedo darles más tiempo. En una semana tendrán que salir del ducado, rumbo a su nuevo hogar. Además les pediré encarecidamente que lleven con ustedes a la duquesa y a mi nuera, la señora Amber, ya que en su condición no puede quedarse aquí, ella está embarazada— habló el duque.

Parecía un poco melancólico al dejar ir a su gente y ver cómo se desmorona todo por lo que había trabajado, aunque volvió a sonreír cuando recordó el motivo, su familia y su bienestar.

Los capitanes estaban más que felices al escuchar que el primer nieto del duque estaba en camino, juraron proteger a la duquesa y a su nuera , después se retiraron a continuar con sus deberes y también comenzaron a preparar todo lo necesario para su pronta partida.

Por otro lado, en el reino de Altea, Sabrina estaba haciendo un sinfín de cosas, pero lo que más se notaba era el empeño que ponía al practicar con su magia, algunos animales salvajes y uno que otro demonio que se aparecía de vez en cuando, eran las presas perfectas para experimentar diferentes formas de defensa y lucha.

La barrera que mantenía a los demonios en su lugar, no estaba rota, pero los demonios al ser los más pequeños, podían escapar por alguna de las grietas que la barrera tenía.

—Señorita, disculpe mi curiosidad, pero he visto que todos los días se va durante horas y la verdad no sé a dónde. Solo le quiero pedir que tenga mucho cuidado— algo nervioso habló Mark

—No es nada malo, solo que presiento que algo va a suceder y debo preparar mi defensa por cualquier cosa— agachada, arreglando su atuendo, respondió Sabrina.

Efectivamente, la chica estaba preparando todo para la llegada de su madre, cuñada y todos los soldados, pero también estaba preparando su defensa ante los reyes de Altea, ya que suponía que no se quedarían con los brazos cruzados al saber que atacó a su majestad, la reina.

Sabrina tenía mucha razón, pues en el castillo todos estaban indignados por el daño causado a los magos, a su mejor general y por supuesto a la reina.

—Ministro André, ¿Qué noticias me tiene sobre lo que pedí?— desde el trono, habló el rey, de nombre Maximilian Alter.

—Majestad, estará feliz de saber que los reyes de Auroria por fin entraron en razón y pusieron el bienestar de su pueblo por sobre el bienestar de solo una familia. Nos entregarán a la familia de Sabrina Tinks y los enviarán al reino Altea para que sean juzgados— haciendo una reverencia, informó el ministro.

Al rey se le formó una sonrisa malévola, su plan era hacer traer a la familia de Sabrina y hacerlos pagar a todos por el ataque a la reina, solo esperaba que ese día llegara, ya que Sabrina les había arrebatado muchos buenos poderes y no lo dejaría pasar por nada.

El tiempo pareció volar, la semana para preparar la partida de la gente del ducado Tinks, había llegado. Los hijos del duque dijeron que harían todo lo que su padre pidiera con la condición de enviar a sus esposas antes, junto a la duquesa. El duque no se opuso y así lo hicieron, el momento había llegado.

—Duquesa, si los planes salen como suponemos, estaremos con ustedes al mismo tiempo que lleguen a su destino, no debes preocuparte— habló el duque acariciando la mejilla de su esposa

—Cuidaremos de todos señor, ellas estarán a salvo— dijo el capitán Marius, llenando de confianza al duque.

—Bien, es hora de que se vayan. Tengan buen viaje— habló el duque, dando la orden de partir, pues previamente los cuatro hijos que tenían esposas, ya se habían despedido.

Cuando la caravana de aproximadamente diez mil personas se había perdido en el horizonte, el duque y sus hijos tomaron sus caballos, tomaron rumbo al castillo de Auroria. Su momento había llegado y no lo podían retrasar más.

Cuando llegaron a las puertas del castillo, todos se sorprendieron, pues ya habían escuchado sobre lo que querían hacer con la familia Tinks.

—La familia Tinks pide audiencia con su majestad, el rey— le dijo el duque a uno de los guardias.

El hombre informó de inmediato y los hicieron pasar a la sala del trono. Al llegar estaban los ministros y los reyes de Auroria, quedando sorprendidos al ver a toda la familia Tinks.

—Me informan que quiere una audiencia duque Tinks, ¿puedo saber el motivo?— poniéndose de pie, preguntó el rey

—Majestad, me acaban de informar sobre un acontecimiento en el reino de Altea, por esa razón venimos a entregarnos— haciendo una reverencia, el duque informó.

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Comments

Angie Cardozo

Angie Cardozo

no entiendo por qué formar pelea en otro lugar y no pelear de donde son, no comprendo y no me gusta la manera de actuar de sabrina

2024-04-19

0

ljp

ljp

Sabrina lo que hizo fue crear más problemas 🙄

2024-03-29

2

ljp

ljp

la verdad la manera de proceder de ella no la entiendo 🤷‍♀️esto mismo lo pudo haber hecho en su reinó sin tener que su familia deje todo por seguirla a ella🤔🤦‍♀️

2024-03-29

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