Protección

Sabrina se había puesto a trabajar desde que llegó. Al partir de Auroria, su padre le dio tres cofres llenos de dinero, pero ella no iba a despilfarrar ese dinero, guardó dos de los cofres en su habitación y los protegió con magia, por si a alguien se le ocurría querer robarlos, el tercer cofre era lo único que utilizaría para iniciar su nueva vida en su nuevo hogar.

—Señor Mark, necesito que vaya al pueblo más cercano con una de las chicas y compren lo que hay en la lista, llevarán un carruaje grande, esto es para mejorar nuestro hogar— pedía Sabrina al mayordomo.

El hombre al escuchar que Sabrina los había tomado como parte de su familia, volvió a agradecer que la chica haya llegado al ducado, a pesar de como se encontraba.

Tanto el mayordomo como una de las chicas que ayudaban en la mansión, se prepararon para hacer lo que la mujer había pedido, pero antes de que salieran, les puso una capa protectora para que nadie los pudiera lastimar de ninguna forma.

Así salieron del lugar rumbo al pueblo más cercano, éste quedaba a día y medio de distancia, entonces les llevaría un total de tres o cuatro días regresar. Las dos personas que iban en el carruaje, tenían mucho miedo en cierta forma, pues el camino era solitario y peligroso, estaban seguros que no serían humanos los que llegaran atacarlos.

Dicho y hecho, justo el mismo día que salieron, al anochecer tuvieron que acampar dentro del carruaje, no podían darse el lujo de que algo los llegara a ver, aunque no sirvió de mucho, pues en ese momento se escuchaban gruñidos de un animal, al oírlo podría decirse que era un lobo, pero cuando el mayordomo asomó la cabeza para verificar, se dio cuenta que era un pequeño demonio, uno de los más pequeños. Ambos comenzaron a sudar muy frío, la chica quería gritar, pero Mark se apresuró a taparle la boca con su mano.

—Señorita, no haga ruido. Se que da mucho miedo pero trate de soportarlo— susurrando le decía Mark a la chica, ella asintió con la cabeza y solita mordió un pedazo de trapo que había en el carruaje, para no hacer ruido.

Los gruñidos del demonio se escuchaban cada vez más cerca y cuando por fin se escuchó que había atacado, solo pudieron oír como la bestia aquejaba de dolor. Valientemente el mayordomo salió a verificar lo sucedido y vio como alrededor del carruaje había una luz azul que resplandecía tenuemente, parecía una barrera, se dispuso a salir y al mirar de cerca al demonio, pudo ver qué había muerto, en todo su cuerpo se podían ver restos de rayos, como esos que aparecen cuando hay tormentas fuertes.

—Gracias por enviarla— Mark miró al cielo y decía esto. Claramente sabía que era obra de su señorita. Sabrina les había salvado la vida a ambos.

Ya pasado el peligro, tanto el mayordomo como la señorita, pudieron dormir sin temor alguno. Al día siguiente siguieron con su viaje, ahora más que nunca, no podían decepcionar a su señorita.

Compraron todo lo que había en la lista y como la chica era muy buena cocinando, decidió comprar lo necesario para prepararle una cena deliciosa a Sabrina, era su manera de agradecerle el haberla salvado, por supuesto lo compró de su propio bolsillo.

Partieron de regreso al ducado ese mismo día y su camino fue bueno, algunos animales salvajes se acercaban al carruaje, pero al intentar atacar, eran derribados de un ataque, con la barrera, las dos personas se sentían muy seguros.

Pasados ya cuatro días, Mark y su acompañante iban llegando a la entrada del ducado y se encontraron con una gran sorpresa.

—¿Cuál es tu nombre?— preguntó un hombre, vestía muy elegante. El problema era que vestía un uniforme militar.

—Mi nombre es Mark, soy el mayordomo de la mansión de los Hill’s, ¿necesitaba algo?— algo nervioso preguntaba desde el carruaje, Mark.

—Soy el general Sirius, vengo con su majestad, la reina Arabela. Llevamos dos días aquí y no podemos entrar, ¿sabes a qué se debe eso?— preguntó serio y molesto el general, desde afuera.

—¿Su majestad también está aquí?— abriendo los ojos a más no poder, Mark, preguntaba muy sorprendido.

Entonces de una carpa no muy lejos del carruaje, salió la reina Arabela, vestida igualmente con el uniforme militar, sin duda alguna era una mujer hermosa, de cabellera plateada y ojos color miel, demostraba seguridad y carisma al momento de caminar.

Fue ahí que Mark salió del carruaje y se arrodilló ante la reina, haciendo una reverencia, lo mismo hizo la chica que lo acompañaba.

—Majestad, es un honor poder verla. Dígame, ¿ en qué puede servirle este súbdito suyo?— agachando la cabeza aún, preguntó Mark

—Llévanos con tu señora, necesito hablar con ella, ya he perdido mucho tiempo intentando entrar a la fuerza— muy molesta, contestó la reina Arabela

Mark asintió al pedido de la reina, se acercó a la barrera, recargó su frente en ella y enseguida se abrió una parte de la barrera, dejando pasar el carruaje de Mark, mientras que la reina y algunos de sus acompañantes comenzaban a pasar, no le importó mucho levantar su campamento.

Solo habían pasado unos treinta hombres cuando la barrera comenzó a cerrarse, al observar esto, todos comenzaron a correr, no podían detener el cierre de la barrera y esto causó que algunos hombres perdieran la vida, dejando sus cuerpos en ambos lados de la barrera.

El general se molestó muchísimo y por esa razón se dirigió a Mark, lo levantó del cuello y le dio un fuerte puñetazo en la mejilla, haciendo que esté sangrara por dentro de la boca, aquel hombre estaba a punto de golpear nuevamente a Mark, pero no pudo porque una voz resonante lo detuvo.

—No te atrevas a levantarle la mano a uno de mis subordinados— se escuchó la voz de una mujer muy molesta.

De un momento a otro, Sabrina apareció a lado del general, le quitó a Mark, dejándolo en el suelo, se paró frente al general, lo miró fijamente y después lo atacó, defendiendo a su subordinado, que no tenía culpa de nada, lo hecho por Sabrina dejó impactados a todos, pues había mutilado a aquel hombre. Por lo hecho, jamás podría volver a luchar.

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Comments

Irene Nievecita

Irene Nievecita

Que estupidez decir qué es horroroso lo que hizo Sabría para defender al mayordomo, el demostró una lealtad a toda prueba quedándose en el ducados a pesar del peligro y lo arruinado que estaba, lo menos que debe hacer ella es defenderlo de alguien que lo está atacando sin motivo y con prepotencia y él por ser solo un sirviente no puede defenderse porque lo ejecutan.

2024-05-13

0

Lecris

Lecris

horrible su actitud, mutilar, cerrar la barrera y murieran personas inocentes, eso no hace una santa, primero da el beneficio de la duda

2024-04-08

1

Andre

Andre

pero está reina es chino prepotente, no me gustaría que Sabrina quedara con una familia así🤔🤔🤔

2024-03-29

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