Partida

Después de toda esa plática, Sabrina se quedó dormida en los brazos de su padre, pues estuvieron consolándola durante un buen rato, hasta que se calmó y se quedó dormida.

El duque la llevó a su habitación y entre los dos, la duquesa y el duque, comenzaron a planear todo para llevar a cabo lo que se habían propuesto, por el momento esa misma noche, enviaron a un mensajero para que avisara que Sabrina llegaría pronto a tomar posesión del ducado Hill’s en Altea.

—¿Cómo hacemos para salvar a todos nuestros hijos?— preguntaba la duquesa a su esposo.

—Les diremos sobre lo que decidimos, solo ellos podrán tomar la decisión de irse con nosotros y perder su estatus, o quedarse y continuar sus vidas hasta que los reyes o el príncipe se los permitan, no dejaré que ninguno muera, llegado el momento, ellos podrían ser recibidos con las puertas abiertas en nuestro nuevo hogar, pero no podemos obligarlos y mucho menos decirles la verdad— cabizbajo, respondía el duque.

Las decisiones que los duques debían tomar de ese momento en adelante, solo les afectaría a ellos específicamente. No dañarían el estatus de sus hijos, a menos que ellos así lo decidan.

Por fin pudieron descansar, después de hacer un sinfín de cuentas, para verificar que tenían la solvencia económica y sostener la manutención de dos ducados a la vez, solo que no se imaginaban, que Sabrina haría su parte estando en el ducado Hill’s.

La mañana había llegado, Sabrina se levantó muy temprano y arregló sus cosas, estaba más que lista para irse de ese lugar, estando lejos podría mantener a salvo a su familia, al menos durante algún tiempo, mientras ella ideaba un plan para poder salvarlos.

Bajó a la sala y estaban reunidos todos los integrantes de su familia, esta vez incluidas las esposas de sus hermanos, ya que todos estaban casados, a excepción de Arthur que había sido abandonado anteriormente.

—Nos dijeron que te vas, ¿por qué tan repentinamente?— preguntó Sant, acercándose a Sabrina.

—Bueno, nuestros padres así lo decidieron, tal vez un cambio de aires haga que quiera casarme— riendo bajo, Sabrina contestó. Ella también estaba consciente que no podía decirle la verdad a sus hermanos, pues al hacerlo se desataría un caos.

—Te extrañaremos pequeña— dijo Leo, se acercó y abrazó a su hermana.

Lo mismo hizo la esposa de éste, que siempre se había portado muy bien con Sabrina, ella era una plebeya, pero logró enamorar a su hermano y por eso decidieron casarse, ya que a los duques nunca les importó tanto el estatus de las esposas de sus hijos, ellos siempre quisieron que fueran felices.

—Te voy a extrañar Sab, me gustaría ir contigo, pero no puedo— dando un abrazo, la esposa de Leo, de nombre Amber, se despedía de Sabrina.

Correspondiendo al abrazo, Sabrina le susurró al oído. —Se que estás embarazada, por favor si en algún momento te sientes en peligro, no dudes en venir conmigo, siempre estaré para ti— dijo Sabrina, apretando fuertemente a Amber, quién se sorprendió al darse cuenta de su estado, ya que ni siquiera su esposo lo sabía.

Así pasaron a despedirse los hermanos y cuñadas de la chica, deseándole un buen viaje y esperando que regrese pronto.

Era momento de que Sabrina partiera. Iría acompañada por trescientos soldados, y después de eso, solo los que decidieran mudarse con sus familias al nuevo hogar de los Tinks, serían recibidos.

—Capitán Marius, le encargo mucho a mi pequeña — dijo el duque.

—Si señor, le aseguro que la protegeremos como lo hemos protegido a usted, ahora nos vamos— asegurando que haría un excelente trabajo, el capitán Marius se despidió.

Sabrina subió a su carruaje y comenzó su camino, rumbo al reino de Altea. Iba con expectativas nuevas, llenas de esperanza, por una vida más larga y feliz.

En su camino, saliendo del territorio donde estaba la mansión de los duques, iba llegando un carruaje, del que bajaba Arabela, la reina de Altea. Justamente visitaba a Sabrina para advertirle sobre su hijo y también para proponerle algo, pero era tarde, Sabrina ya no estaba.

—Buen día, estoy buscando a la señorita Sabrina Tinks, me dijeron que vivía aquí— hablaba la doncella principal de la reina, era la única que había bajado del carruaje.

—Ella no está, pero dígame quién la busca y avisaré a los duques— decía el mayordomo de la mansión.

—La busca, Arabela Hunter, reina de Altea. Estoy aquí para visitarla— no se pudo aguantar las ganas y la reina, había bajado del carruaje para hablar personalmente con el mayordomo.

El hombre al escuchar quién era, hizo una reverencia y pidió que entraran a la casa, les ofreció te y bocadillos, mientras esperaban a la duquesa, que sería la única en recibir a una persona tan importante.

—Duquesa, hay alguien en la sala, está buscando a la señorita Sabrina. Es alguien importante— muy nervioso, informaba el mayordomo.

—¿De quién se trata?— preguntó la duquesa.

—Es la reina de Altea, dice que quiere hablar con la señorita. ¿Qué le digo, excelencia?— parado en la puerta de la habitación, el mayordomo esperaba respuesta.

—No digas nada, vamos. Quiero saber porque una persona tan importante y de otro lugar busca a mi hija— dijo la duquesa, su rostro se veía preocupado y molesto a la vez.

Bajó a la sala y observó como se comportaba aquella mujer, mientras la esperaba. Así estuvo durante unos segundos, desde lejos y luego se acercó.

—Mucho gusto, mi nombre es Luna Tinks, esposa del duque Tinks. ¿En qué puedo ayudarla?— con el rostro serio, preguntó la duquesa.

—Un placer, mi nombre es Arabela Hunter, reina de Altea. Estoy aquí para hablar con Sabrina Tinks, asumo que es su hija, ¿podría llamarla?— presentándose, pidió la reina.

—Lamentablemente majestad, mi hija no está y no estará a partir de hoy. Ella se fue a vivir fuera del reino, le agradecería que no vuelva a buscarla— aún de pie, la duquesa respondió.

—Veo que se molestó por mi presencia, no era mi intención causar ningún inconveniente, pero si no me deja ver a su hija, hablaré directamente con los reyes de Auroria, así podré verla— poniéndose de pie, era la reina quien hablaba imponiéndose frente a la duquesa.

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Comments

Cruz Mejia

Cruz Mejia

Creo que la duquesa no fue muy amable que digamos con la Reyna y está está abuso de su poder para hablar con Sabrina, que resultara de esta plática

2024-03-26

13

Mary Gil Fermenal

Mary Gil Fermenal

una pequeña sugerencia .no tienes que colocar al finalizar cada párrafo quien habla ya que la historia esta bien redactada y se entiende bien. para que no se te ponga tediosa del resto va hermosa

2024-02-25

3

Mitsuki G

Mitsuki G

Así que la reina quiere advertirle en verdad espero que si lo haga y que Sabrina no sea tonta que no caiga en el juego de otro tonto ya perdió la vida una vez que está vez sea lista y que la reina si pueda hablar con ella para ayudarla

2024-01-06

4

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