Capitulo XVII Amenaza

Sebastián

Llamaron a mi mamá del hospital para decirle que Adela estaba encerrada en el área de psiquiatría ya me había atacado a un doctor e intento hacerle daño a su asistente, no podía creer que mi hermana hubiera hecho eso, ella jamás había actuado de esa forma, fui con mi madre y mi padre a ver qué estaba pasando y la doctora que nos atendió nos dio el informe de mi hermana nos permitieron verla un momento y ella nos dijo que las cosas no habían pasado así y que si ella se le fue encima al doctor, pero solo era para provocarlo y es que le gustaba ese doctor, no podía creer lo que estaba escuchando, si ella decía eso a alguien ese doctor la podría acusar de acoso sxxxxx, por donde lo viera mi hermana estaba metida en un lío, pedí hablar con aquel doctor, pero me informaron que él ya se había retirado del hospital, intente que me dieran su número personal, pero fue inútil, al parecer es una persona muy reconocida y solo se le puede conseguir por medio de su asistente, le pedí de favor que lo contactara y está lo intento solo que el medicucho ese tenía el teléfono apagado, según me explicó la mujer su jefe estaba con su esposa y que sería imposible hablar con él hoy, no me quedo de otra que regresar con mis padres y explicarles la situación, dejamos a mi hermana en ese lugar y volvimos a casa, mi padre movió algunos contactos y el resultado siempre era el mismo al parecer había alguien muy pesado haciendo presión para que mi hermana no saliera del hospital o de la cárcel.

Investigue quién era el doctor y resultó ser el esposo de Anastasia Mars, con razón las cosas estaban tan complicadas para mi hermana, no tuve más remedio que dejar las cosas así por hoy, pero mañana buscaría a esos dos y los pondría en su lugar.

Anastasia

Después de aquel mal rato Miguel y yo nos desconectamos del mundo, nos fuimos a caminar por el parque tomado de la mano, cenamos, y de ahí nos fuimos a un hotel, queríamos cambiar un poco de escenario.

A al mañana siguiente regresamos a nuestros trabajos muy relajados, nos despedimos con un beso en la boca y subí a mi oficina, mi asistente ya estaba como siempre en su puesto.

— Buenos días, señora. Saludo la chica.

— Buenos días, le respondí. — Mi agenda del día por favor.

— Doctora disculpé antes debo decirle que el señor Ferrer la está esperando. — Dijo mi asistente algo ansiosa.

— El señor Ferrer tiene cita? — Pregunté mirando mi agenda.

Mi asistente iba a contestar cuando el cretino este nos interrumpió.

— No abogada, no tengo cita, vine a hablar del caso de mi hermana. — Dijo este con un tono de voz seco.

— Quien es su hermana? No le entiendo. — Me hice la desentendida.

— Entonces no sabe quién es Adela Ferrer, la mujer que supuestamente ataco a su esposo ayer. — Respondió este cretino alzando la voz.

— Antes que nada moderé su tono de voz y no tengo nada que ver en eso, ese asunto es competencia de mi esposo, yo me he mantenido al margen, porque crea algo señor Ferrer si fuera por mí su querida hermana estuviera en la cárcel y no en un hospital psiquiátrico así que no busque lo que no se le ha perdido. — Le dije de manera puntual y sin omisiones.

— Bajo que argumentos la llevaría a prisión? No tienen bases para hacer algo así. — Grito aquel hombre exasperado.

— Que tal por acoso sxxxxx y agresión, usted me dice si procedo.

Sebastián no dijo nada más, simplemente se marchó, pero antes de irse me dijo que me arrepentiría de esto, sé dé lo que está gente es capaz así que tendría que andarme con cuidado, una vez pase este trago amargo para ellos les tengo preparada otra sorpresa, espero y les guste.

Los días pasaron y llegó la hora del evento de beneficencia, este día contraté a una maquilladora profesional y compré un vestido bastante elegante y que estaba hecho justo a mi medida, Miguel siempre me complacía en todo, él pensaba que yo no sabía de todo el dinero que él tiene, no lo he sacado de ese error porque su dinero no me importa, a mí solo me importa estar con él, aunque no lo reconozca amo a ese hombre y apenas este pase y recupere a mi hijo, le daré el hijo que tanto quiere.

La maquilladora estaba encantada con la piel de mi rostro, decía que hasta esa cicatriz que tenía en el rostro era perfecta, realmente debido a mi reconstrucción facial me tocaba tener un cuidado especial, para mantener la piel fresca.

Una vez ella termino le di las gracias y la despedí, me puse mi vestido, este era rojo sin escote pues no dejaba que nadie que no fuera Miguel viera mis cicatrices, el vestido se ajustaba a mi figura y el largo era por encima de las rodillas mis zapatos eran de tacón alto, junto con los accesorios, maquillaje y peinado me veía espectacular, el cabello lo llevaba suelto en ondas, Miguel entro al cuarto y al verme me abrazó muy fuerte a él.

— Estoy que me arrepiento de ir a ese evento y me quedo aquí quitándole ese vestido. — Su voz sonada ronca y sexy.

— Yo quiero ir, al terminar te dejaré que me lo quites. — Respondí mirándolo a los ojos y acariciando su pecho.

— Estoy ansioso por qué termine ese evento ya. — Dijo pasando sus dedos por mi rostro.

— Vamonos porque estoy que pierdo la compostura. — Aparte a Miguel de mi y salí de la habitación.

Este hombre siempre sabía cómo hacer para encender mis ganas de él, estaba segura que si en ese momento no salía de aquella habitación perdería el control, así que decidí esperarlo en la sala, unos diez minutos después lo vi bajar las escaleras, se veía tan guapo que mis ganas volvieron de nuevo, aparte esos pensamientos de mi mente y salimos de la casa.

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