Capitulo XV Catalina

Anastasia

Contarle mi historia al señor Roberto me libero un poco, sé que ellos me van a ayudar, ahora estoy esperando a Miguel ya me hacía falta verlo, una hora después de que el señor Roberto se fuera llegó Miguel, le conté lo ocurrido con mi visitante y él se preocupó un poco, ya que es un riesgo que otros sepan de mí, la verdad ya no me importa, a veces creo que es lo mejor y que ya todos sepan de mí, nos fuimos a almorzar al final logré calmarlo, llegamos a un lugar muy elegante, Miguel prefiero no volver al otro restaurante pues no quería encontrarse con Sebastián, estábamos entrando cuando una mujer tropezó con Miguel.

— Lo siento... — La estúpida está no termino lo que iba a decir, se quedó mirando fijamente a mi esposo, y empezó con un drama como si le doliera algo.

En ese momento llego otra mujer, al verla supe inmediatamente de quién se trataba, está no era otra que Catalina Segovia de Ferrer como ella misma se hacía llamar.

— Hija estás bien, no te pasó nada. — Pregunto la bruja con cara de preocupación.

Claro que sabía que está mujer tenía una hija, en el pasado cuando me tenían encerrada en aquel hueco, está mini bruja fue a burlarse de mí mientras comía delante de mí, ese día en especial no había probado bocado alguno, esas imágenes vinieron a mi mente como una película y mi odio creció aún más, a esta mujer solo la vi esa vez, ella fue enviada a estudiar al extranjero.

— Estoy bien mamá, iba distraída y choque con este amable caballero. — La vi coquetear con Miguel y mi sangre hirvió como nunca.

Así que hice acto de presencia con la actitud más fría que hasta yo misma me tenía miedo.

— Mira tú, sigue tu camino y para la próxima mira bien por dónde andas, porque no vaya a ser que te caigas y tu rostro de pacotilla se vea más arruinado, amor sigamos a nuestra mesa ya no pierdas más el tiempo con cualquier cosa.

Miguel quedó de piedra, estaba muy apenado, pero cuando vio mi mirada supo que algo no estaba bien, él es el único que puede leerme a través de mis ojos. Tomó mi mano y nos proponiamos a irnos cuando la bruja mayor nos detuvo.

— Disculpe señora,.. —

— Está disculpa, ahora amor vamos. — No la dejé terminar cuando la interrumpi.

— Definitivamente este lugar ya no es tan exclusivo como antes, ahora dejan entrar a cualquiera. — Dijo la bruja de Catalina, mirándome.

— Así es, dejan a la plebe entrar ahora mismo hablaré con mi gran amigo Alejandro Galindo el dueño de esta cadena de restaurantes y le aconsejare que no deje entrar a gente de tan bajo nivel, ahora ya no quiero seguir perdiendo el tiempo con ustedes, vamos mi amor, he reservado la sala VIP para que nadie nos molesté. — Le dije a Miguel acariciando su cara.

— Señoras con su permiso, mi esposa y yo nos retiramos. — Miguel siempre tan caballero, y cuando dice mi esposa se siente también, espero y las brujas esas les haya quedado claro que Miguel es mío.

Las dejamos ahí paradas y caminamos a nuestra mesa, íbamos llegando cuando Alejandro Galindo se acercó a nosotros y nos saludo con mucha familiaridad y es que si era cierto que él es nuestro amigo, yo lo ayude en un caso legal en España y desde entonces el con su esposa nos hicimos amigos, le dije algunas cosas y miramos en dirección a dónde estaban las brujas Ferrer, ellas al vernos tan íntimos bajaron la mirada y ya no se atrevieron a vernos más, estás mujeres solo viven del que dirán y que las expulsen de este lugar frente a todas estas personas sería un golpe muy fuerte, así que obviamente le pedí aquel favor a mi querido amigo Alejandro y este con gusto las mando a sacar, desde donde estaba vi aquel espectáculo con una sonrisa en mi rostro.

— Esa mujer fue la que te hizo tanto daño? — Pregunto Miguel muy serio.

— Así es, ella fue la que ordenó mi muerte. — Dije con mi rostro sombrío.

— Lo siento si hubiera sabido que estarían aquí, mejor nos hubiéramos ido a otro lugar.— Dijo Miguel apenado.

— No es tu culpa, ahora almorcemos estoy de muy buen humos.

Miguel me dio una mirada de complicidad y empezamos a comer, después de aquel incidente las cosas fueron bien, Miguel y yo reíamos de vez en cuando y nos hacíamos algunas caricias, después de todo fue una tarde agradable, salimos del restaurante después de despedirnos de Alejandro, este nos invitó a una fiesta de caridad que se daría el fin de semana, aceptamos gustosos así que nos despedimos hasta el sábado, este tipo de eventos era más que todo para subastar cosas de mucho valor y el dinero recogido iría a la caridad.

Miguel y yo regresamos a nuestros trabajos y nos despedimos muy cariñosamente, sin darnos cuenta que unos ojos maliciosos nos estaban observando.

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Comments

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Este mugroso tiene a su zorra y queda al acecho de la mujer de otro,Ana ten un ojo en la espalda, y Miguel es muy buena persona pero mucho confianzudo,😡😡😡

2024-05-04

0

jacqueline mercedes Velásquez Freite

jacqueline mercedes Velásquez Freite

que empiece ya la acción

2024-04-01

4

Lucelia Gomez

Lucelia Gomez

Si, que pase el desgraciado al banquillo

2024-03-16

1

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