Capitulo XII Mi hijo

Anastasia

Ver mi esposo almorzando con esa lagarta me puso a hervir la sangre sé que ella fue la que lo busco, pero él aceptó así que también es culpable, agarre mi auto y salí hecha una furia de ese lugar y su asistente esa pequeña pxxxx como se le ocurre tratar de detenerme, acaso no sabe quién soy, así que a los tres los puse en su lugar, fui a mi oficina y pedí a mi asistente cancelar todas mis citas, estaba molesta y así no podía atender a nadie, sin embargo está niña expuso que los Ferrer querían hablar conmigo, cosa que me molestó aún más, que se cree esa gente tan descarada, le grite a la pobre chica y le dije que no me molestará más no quería hablar con nadie, ella salió y cerró la puerta, estaba harta de tener que lidiar con todo, quería olvidar así sea por un momento todo en mi vida, estaba con los ojos cerrados tratando de calmarme, pero me era imposible, sentía que algo me faltaba y es que cuando estoy molesta el único que puede controlar mi carácter es el mismo que hizo que mi demonio interior saliera, eso me molestaba aún más, había pasado aproximadamente dos horas desde que salí del hospital, Miguel seguía llamando, yo simplemente ignoraba sus llamadas, hasta que la puerta se abrió y él entro, al verlo algo dentro de mí se accionó y mi demonio interno empezó a calmarse, hablamos un rato y después hicimos las pases, nos besamos un rato y cuando ya estuve tranquila él se alejó y se sentó en una de las sillas frente a mi escritorio, Miguel es como un calmante para mí, nunca he entendido por qué cuando estoy tan enojada él es el único que puede hacer que me controle y no explote, él es algo así como mi medicina personal, llame a mi asistente y me disculpé con ella, no sin antes decirle que será la única vez que lo haga, está sonrió y salió de mi oficina, la pobre estaba muy sorprendida.

Miguel y yo decidimos ir a caminar un rato, me llevo a una plaza donde estuvimos un rato, mirando hacia el parque vi varios niños jugando, perdida en mis pensamientos no vi que un balón llegó a mis pies, lo mire detenidamente y lo tome en mis manos, cuando alce mi vista, frente a mí había un niño muy hermoso, tendía la edad de mi hijo y además sus ojos eran azules como los míos.

— Lo siento señora, me devuelve el balón por favor. — Dijo aquel niño tan amablemente.

— Si claro pequeño. — Respondí con un sentimiento extraño en mi corazón, no sé porque sentía está presión en mi pecho.

— Amor devuelve el balón al niño. — Me dijo Miguel mirándome fijamente.

Perdí por un momento la noción del tiempo, este niño se me hace tan familiar, no podía dejar de verlo y mi corazón latía muy rápido, le entregué su balón y lo miré hasta que llegó con una mujer, esa mujer me era conocida pues no era otra que la esposa de Sebastián, entonces el niño frente a mi era mi hijo, una lágrima se coló y corrió por mis mejillas, acababa de estar frente a mi hijo, mi niño hermoso.

— Amor estás bien. — Pregunto Miguel pasando sus dedos por mi cara.

Estaba tan conmocionada que no me di cuenta de que estaba llorando, mire a Miguel y le dije, "ese niño es mi hijo" Miguel volvió la mirada al niño que se alejaba con aquella mujer.

— Estás segura? — Pregunto Miguel viendo el carro donde se subieron alejarse.

— Si lo estoy, esa mujer es la actual esposa de Sebastián y además mi bebé tiene los ojos iguales a mí, estoy segura de que es mi hijo.— Dije volteando a ver a Miguel.

— Lo vamos a recuperar, eso te lo prometo y los tres nos iremos lejos de toda esta pesadilla, serás feliz mi amor aunque en eso se me vaya la vida. — Lo dijo como una afirmación.

— No te puedes quedar sin vida, porque si me faltas tú, no podría tampoco ser feliz, sabes que eres parte de mi mundo.

Abrace a Miguel muy fuerte, pensar en perderlo a él me partía el corazón, no se porque soy tan dependiente de sus abrazos, de sus caricias, de sus besos, nos fuimos a nuestra casa, necesitaba descansar y pensar como llegar a mi hijo, tenía que sacarlo de aquella casa, no podía dejar que esa gente lo dañará.

Fuimos a nuestra habitación, Miguel preparo el baño baño para mí, me ayudó a quitarme la ropa y también a entrar en la tina, el también entro conmigo, no hicimos simplemente me abrazó y así nos quedamos un buen rato.

Salimos del baño y nos fuimos a dormir, necesitaba volver a ser la misma de siempre, ahora más que nunca debo ser fuerte.

Al día siguiente, nos fuimos a trabajar, al llegar a la oficina mi asistente me dijo que alguien vino a buscarme y que ella lo paso a la sala de espera, pregunté de quién se trataba y ella respondió "Sebastián Ferrer" no podía creer lo descarado que este hombre era, que demonios vino a hacer aquí, pregunté, le dije a mi asistente que lo hiciera pasar en diez minutos, mientras llame a Miguel para contarle, él me dijo que no lo atendiera que era muy peligroso estar con él a solas, pero como siempre no lo escuché y lo mandé a pasar, desde que lo vi entrar en mi oficina el estómago se me revolvió, era increíble que en algún momento de mi vida sentí algo por este cerdo.

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Comments

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Ana eres una abogada, por tanto tienes el derecho de llevar contigo una arma 🗡️🔪,se por vía de las dudas se el tenta algo será en legítima defensa.😸😸😸

2024-05-04

0

jacqueline mercedes Velásquez Freite

jacqueline mercedes Velásquez Freite

cerdo asqueroso para que lavas a ver basura

2024-04-01

2

Ada Aguilar

Ada Aguilar

huihihui huihihui

2024-03-29

1

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