Capitulo XIX Compromiso y rompimiento

Alicia

Este lugar es mágico, estar bailando con Leonardo de esta manera es como en los cuentos de hadas, lástima que no creo en eso.

— En que piensas? — Susurro Leonardo en mi oído.

— Nada solo pienso en este momento. — Contesté sonriendo.

— Guárdalo por siempre en tu memoria. — Dijo Leonardo colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

— Por que me tratas así de bonito? — Pregunté mirándolo a los ojos.

— Ni yo entiendo lo que pasa conmigo, solo sé que para mí todo esto es nuevo. — Respondió Leonardo mirando a mis ojos.

— Pienso que debemos vivir el momento y después que pase lo que tenga que pasar. — Dije sin titubear y mirando lejos.

— También pienso lo mismo, solo que no creo pueda dejarte ir algún día. — Contesto Leonardo mirándome a los ojos.

— Ya el tiempo tendrá la última palabra. — Contesté con algo de miedo en mi voz.

Seguimos bailando abrazados sin importar el mundo, al terminar la música Leonardo llamo la atención de los presentes.

— Por favor presenten atención un momento, tengo algo que comunicarles. Primero que todo gracias por estar aquí el día de hoy, ustedes son un gran apoyo y base fundamental de nuestra empresa, gracias a ustedes es posible que nos posicionemos en primer puesto de ventas del mundo y es por eso que los elegí a ustedes trabajadores de la empresa Alvarado, para que sean testigos de mi amor por esta hermosa mujer que está a mi lado, ante los ojos de todos ustedes quiero pedirle a mi novia Alicia Dávila, que sea mi esposa.— Leonardo formuló aquellas últimas palabras arrodillado en una pierna y extendiendo una caja que contenía un hermoso anillo y su mirada fija en la mía.

— Si aceptó. — Fueron las únicas palabras que pude formular, mis ojos se llenaron de lágrimas y permití que Leonardo colocará el anillo en mi dedo.

Después de aquel acto Leonardo se puso de pie y me besó frente a todas aquellas personas que aplaudían sin parar, el abuelo tenía una gran sonrisa y nos miraba con ojos de aprobación, las personas empezaron a acercarse para felicitarnos y desearnos un buen futuro, después de recibir las felicitaciones volvimos a la mesa donde estaba el abuelo y este nos felicitó muy sinceramente.

— Eres una chica muy especial, gracias por aceptar a este gruñón en tu vida. — expreso el abuelo con sus manos sosteniendo las mías.

— No creas que ella es muy fácil abuelo, también tiene su carácter. — afirmó Leonardo.

— Solo les puedo decir que si aprenden a escucharse el uno al otro, serán felices toda la vida. — Dijo el abuelo mirando a Leonardo.

— Lo sabemos abuelo, gracias por tus consejos. — Respondió Leonardo mirándome a los ojos y acariciando mis manos.

— Dime hija de donde eres? Tienes parientes? Y por qué no vinieron? — Pregunto el abuelo tomando de su copa.

— Soy de esta ciudad, tengo solo a mi mamá y ella no pudo venir porque hace unos días la operaron entonces está en recuperación en este momento. — Contesté tratando de ser lo más sincera posible.

— Ya veo, espero entonces que se recupere pronto y poder conocerla. — Contesto el abuelo muy enérgico.

Seguimos nuestra conversación cuando los presentes emepezaron a murmurar, lleve la mirada hasta el lugar que todos veían, para encontrarme con una mujer muy hermosa, toda ella desprendía elegancia y glamour, los ojos de Leonardo pasaron de sonriente y feliz a serio y molesto, entendí al instante que esta mujer era una de las de Leonardo.

— Qué hace esa mujer aquí?— Pregunto el abuelo golpeando la mesa.

— No lo sé abuelo, mejor cálmate ya soluciono este problema. — Respondió Leonardo mirando al abuelo.

— Tu no vas a ir a resolver nada, tu te quedas aquí con tu prometida, quedó claro? — pregunto el abuelo alzando la voz.

— Está bien abuelo, yo no dejaré sola a Alicia. — Respondio Leonardo tomándome de la mano.

—Quién es ella? — Pregunté con curiosidad mirando a aquella mujer.

— Solo un error, no te preocupes. — Contesto Leonardo mirando a la mujer.

No quise preguntar nada más, era mejor hacer silencio y dejar que los acontecimientos siguieran su curso, la nueva visitante se acercó a nuestra mesa y saludo muy íntimamente a Leonardo dándole un beso muy cerca de la boca.

— Buenas tardes señores, espero no les moleste mi visita. — Dijo aquella mujer mirando se forma retadora al abuelo.

— Sabes bien que no eres bienvenida así que puedes retirarte. — Respondió el abuelo muy molesto.

— Solo quise venir a ver a la fulana que piensa casarse con mi novio. — Mencionó aquella pxxxx mirándome fijamente.

— Ya me viste ahora te puedes marchar y solo para aclarar no pienso casarme con mi Leo sino que me voy a casar con él así se te refuerzan las tripas de la rabia. — Contesté muy segura se mi misma.

— Jajaja ay cariño de donde sacaste a esta señorita sin clase. — Dijo la bruja está mirandome a los ojos.

— Clase? eres tan patética viniendo a buscar a un hombre que ya ni te mira, sabes a lo mejor no tengo "clase", pero lo que si tengo es dignidad y créeme jamás haría el ridículo buscando a un hombre que se casara con otra, ahora te pido amablemente que te retires. — Formule aquellas palabras tratando de mantener la calma y con una sonrisa fingida en los labios.

— Leonardo vine a hablar contigo, vine a darte una explicación de lo ocurrido, por favor escúchame. — Explico la rubia oxigenada está.

— Ahora estoy ocupado, busca cita con mi asistente. — Respondió Leonardo de manera muy fría.

— Tengo que hablarte de aquel accidente. — Siguió insistiendo esta mujer, con una mirada lastimera.

— Alicia debo terminar este asunto, iré a hablar con ella. — Susurro Leonardo a mi oído.

— Has lo que quieras, solo te advierto que si vas con ella me voy inmediatamente de esta fiesta y nunca más sabrás de mi. — Le dije mirándolo a los ojos, con una mirada más fría que la de él.

— Sabes que no puedes hacer eso, tenemos un acuerdo. — Aseguro Leonardo con mucha confianza.

— Sabes que puedo desaparecer del mapa y nunca me encontrarías, sino dime cariño has conseguido algo de mi pasado. — Refute con ira y dolor.

— No me reyes voy a salir un momento y cuando regrese quiero encontrarte aquí. — Me dijo mirándome a los ojos y sin emoción alguna.

Leonardo salió con aquella mujer ante los ojos de todos, la bruja de su mamá me miraba con cara de suficiencia, las personas solo miraban al suelo, me levanté de mi silla, le pedí disculpas al abuelo, le dije que iría a cuidar de mi madre, le dejé el anillo en la mesa y salí con la cabeza en alto, no es la primera vez que me hacen daño, pero si será la última.

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