Capitulo XVIII El abuelo

Leonardo

Llegamos a la fiesta, como siempre Álvaro haciendo comentarios fuera de lugar, preferí llevar a Alicia y presentársela al abuelo, la tome de la mano y nos dirigimos a donde estaba el abuelo.

 — Abuelo cómo estás? — Le pregunté con una sonrisa en el rostro.

 — Hijo al fin llegas, estoy bien solo un poco preocupado últimamente no te he visto mucho— contesto el abuelo de manera gentil con cara de tristeza.

— Lo siento abuelo, he estado muy ocupado sabes que está próximo el lanzamiento de la nueva colección. — Contesté mirando a mi abuelo a los ojos.

— Hablando del trabajo, me han dicho que tenemos una nueva adquisición y que es muy buena hablando mandarín. — el abuelo dijo estás palabras mirando muy detenidamente a mi acompañante.

— Así es abuelo tenemos una nueva empleada que ha demostrado ser excepcional en su trabajo, ella se encuentra aquí junto a mí, abuelo te presento a Alicia Dávila una mujer extraordinaria con muchos talentos y la única capaz de hacer latir rápido mi corazón. — Estás últimas palabras las dije con la mano en mi corazón y dándole un casto beso en la mejilla de Alicia, ella se sonrojó un poco, se vio tan adorable.

— Es un placer conocerlo señor Alvarado. — Dijo Alicia de la manera más amable y dulce con una sonrisa en sus labios y un brillo genuino en sus ojos.

— El placer es todo mío, saber que mi nieto al fin encontró a alguien que lo quiere me hace el viejo más feliz, ahora podré morir tranquilo. — Dijo el abuelo con algo de nostalgia en su voz.

— Querida niña siéntate aquí conmigo. — susurro el abuelo señalando la silla al lado de él.

Alicia se sentó al lado del abuelo y yo me senté al lado de ella, el abuelo se veía contento, mientras yo estaba sorprendido de cómo Alicia le seguí la corriente en cada tema que él tocaba, no cabía duda mi futura esposa es una mujer muy especial, tiene conocimientos de muchos temas y los aborda sin problema alguno, estoy empezando a pensar que ella es un genio o algo así.

— Por que? tan pensativo amor? — Murmuró Alicia en mi oído.

— Solo veía tu hermosura cariño. — le dije tocando suavemente su suave piel.

— Sabes, me cayó bien tu abuelo, es la primera persona con la que puedo hablar de diversos temas. — Alicia expreso aquellas palabras con mucho entusiasmo.

— Estoy seguro de que tú también le caíste bien. — Le di mi opinión de lo que pensaba.

Seguía platicando con Alicia cuando mi madre hizo acto de presencia, sabía que no venía con buena actitud, así que me puse a la defensiva.

— Vaya, vaya mi querido hijo mayor tan ingrato como su padre.— Hablo mi madre con un tono de voz soberbio y mirando con desprecio a mi acompañante.

— Tu siempre tan querida madre. — contesté con un tono de fastidio y sin mirarla.

— Acaso no me presentarás a esta mujer. — Continuo diciendo mi madre con aires de superioridad y agitando una copa en que tenía en sus manos.

— Está mujer como tú le dices, es mi futura esposa, la mujer que amo y para quien pido respeto. — Le contesté a mi madre, en un tono frío sin dejar a dudas mi postura.

— Sabes que a la única que reconozco y reconoceré como tú esposa será Patricia Fuenmayor, tenlo siempre claro. Expreso mi madre mirando de manera despota a Alicia y tomando de su copa.

— Disculpe señora, me parece de mal gusto y de poca clase venir a la mesa del querido abuelo a hacer un espectáculo, le recomiendo que siga su camino y nos deje disfrutar del aire fresco. — Alicia expuso su manera de pensar en forma educada y sin una pizca de alteración en su tono de voz.

— Eres una atrevida, como se te ocurre hablarme así, sabes quién soy yo? Acaso quieres morir? — Grito mi madre perdiendo la compostura y derramando algo de la bebida que llevaba en la copa en su vestido.

—Miranda Sandoval ya estuvo bien de tus escenas, mejor vete a tu mesa y no te metas con mis nietos. — el abuelo hablo en un tono fuerte señalando a Alicia y a mí, el ambiente cambio de festivo a algo más frío, las personas alrededor solo se miraban a la cara, pero nadie se atrevía a emitir sonido alguno.

Después de aquel espectáculo protagonizado por mi madre, las cosas se pusieron más tensas, el abuelo se veía realmente molesto y nadie se atrevía a hablarle, bueno eso pensé hasta que Alicia rompió el hielo.

— Señor Mario dígame cuántas veces ha ido a China, nunca he tenido el honor de visitar aquel país, bueno no he visitado ningún país, solo los he visto en mapas. — Expreso de manera muy elocuente Alicia al abuelo.

— Alicia hija y ese tema por qué lo sacaste a locución en este momento? — respondió el abuelo entre risas.

— Solo se me vino a la mente y lo dije además esa cultura es sorprendente, y su idioma es bastante difícil de aprender, que se lo digo yo que aún no lo manejo muy bien. — Continuo diciendo Alicia rompiendo el hielo y haciendo que todos alrededor empezarán a hablar entre sí.

— Hija mejor ve a bailar con Leonardo, tendrás que invitarlo tú a bailar, pues él no sabe cómo ser un caballero. — El abuelo le susurró esto último a Alicia en el oído, y señalando la pista de baile.

Alicia se levantó de su asiento y en un tono burlón me pidió bailar con ella, no pensé que se atrevería a hacer algo así, pero ella siempre me sorprende con sus ocurrencias, tome su mano y nos dirigimos a la pista de baile, en ese preciso momento empezó a sonar una canción lenta, la tome por la cintura y coloque sus brazos alrededor de mi cuello y empezamos a bailar olvidándonos del mundo a nuestro alrededor.

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