Capitulo VIII Un cuento de hadas

Alicia

Me despedí de mi jefe y entre a mi casa, mi mamá me estaba esperando en la sala con cara de molesta.

Irene: al fin llegó la señorita a casa, ahora mismo me dirás qué rayos hha estado haciendo toda una noche y todo el día en la calle.

Alicia: mamá tranquila si, solo estaba trabajando, anoche surgió un problema bastante grave y como soy la nueva diseñadora de modas me necesitaban urgentemente, unos chinos llegarían a la empresa en la mañana y el proyecto no se había terminado y el día de hoy estuvimos trabajando en otro proyecto, para presentarlo a unos italianos, hasta ahora estuvimos en la reunión.

¿Irene: y quien te trajo a casa?

Estaba por hablar cuando sonó el timbre de la entrada, mi mamá salió a abrir la puerta.

Irene: buenas noches, señor, creo que se equivocó de lugar.

Leonardo: buenas noches, esta es la casa de la señorita Alicia Dávila.

Irene: así es señor, quien es usted?

Leonardo: soy Leonardo Alvarado jefe de su hija, la vine a traer a casa y olvidé darle su agenda, necesita ordenarla está noche para las juntas de mañana.

Al escuchar a Leonardo salí corriendo a atenderlo, no podía permitir que él le dijera a mi madre que solo soy una asistente.

Alicia: muchas gracias señor Leonardo, está noche trabajaré en nuevos diseños para presentarlos mañana.

Leonardo quedó algo confundido, pero me siguió la corriente, se despidió de mí y de mi mamá y se fue, cerré la puerta cuando sentí un gran abrazo.

Irene: mi hija toda una diseñadora y en su primer día de trabajo ya hasta el jefe la admira, estoy tan orgullosa de ti hija.

Alicia: gracias mamá, ahora iré a descansar un rato, no aguanto mis pies.

Irene: ve hija ya te llevo la cena y algo de tomar para el cansancio.

Tenía mucha hambre pues no comí nada por culpa de esos italianos, entre al baño y me quite todo el peso del día, salí como nueva y mi mamá se quedó mirando la ropa que me acababa de quitar.

Irene: y esto de donde salió?

Alicia: Lara me lo presto, como no tenía cambio de ropa ella muy amablemente me llevo algo de la suya

Irene: esa niña es un ángel, mañana le daré las gracias.

Alicia: está bien mamá.

Irene: ahora come algo y descansa después haces esos diseños, ahora debes descansar.

Alicia: está bien mami, igual la junta es en la tarde, tengo la mañana para trabajar en eso.

Después de cenar me fui a la cama, mis ojos se cerraron solos, y no supe más de mí hasta el día siguiente que sonó la alarma a las cinco de la mañana.

Me levanté me eche un buen baño, busque algo de ropa, no era igual a la que llevaba ayer pues casi toda mi ropa era diseñada por mí, opte por una falta tipo tubo, hasta las rodillas color crema y una camisa acordé a la falda y el respectivo Blaser negro, me puse sandalias de tacón no tan altos, deje mi cabello liso suelto y un maquillaje suave, salí para desayunar algo rápido, cuando escuché mi teléfono, era raro, pero no tenía saldo, como entraban las llamadas.

Leonardo: buenos días, señorita Dávila, estoy afuera de su casa, podría por favor salir. Ah y la próxima vez mantenga saldo en su teléfono, porque si no como nos comunicamos.

Me colgó el teléfono y no dejo que yo le contestará, mi mamá salió de su habitación aún adormilada.

Irene: quien te llamo tan temprano?

Alicia: es mi jefe, él está afuera esperando por mí.

Irene: qué ? Y por qué no lo has hecho pasar?

Alicia: mamá acabo de colgar la llamada, mejor salgo ya vamos tarde a la empresa.

Irene: creo que tú jefe está muy interesado en ti, no crees?

Alicia: no te hagas cuentos en tu cabeza, solo vino porque a primera hora tenemos una reunión y ayer su traductor llegó tarde y dijo que correría el mismo riesgo hoy conmigo, así que por eso vino a buscarme, ahora me voy nos vemos más tarde.

Salí de la casa, estaba haciendo mucho frío, el chófer al verme me abrió la puerta del auto, dándome los buenos días.

Leonardo: tardaste mucho en salir.

Alicia: mi mamá despertó y empezó interrogarme.

Leonardo: tendré que hablar con ella, pues eres mi asistente y, por tanto, trabajarás tanto como yo.

Alicia: en cuanto a eso, ella no sabe que soy su asistente, si le digo eso no me dejara volver a la compañía.

Leonardo: con razón anoche estabas tan rara, bueno yo hablaré con ella no te preocupes.

Alicia: no es necesario, yo esta noche le explicó y así ya no habrá problema.

Leonardo: eres mi asistente y como Lisa ya no está su auto está disponible, si lo quieres te lo podemos prestar, así no andas a pie.

Alicia: no es necesario, puedo tomar el autobús.

Leonardo: solo mí asistente pueden tener ese tipo de privilegios así que no los desaproveches ok.

Alicia: está bien señor, lo pensaré.

No seguimos hablando, me dediqué a ver por la ventana, en mi vida me imaginé estar en un auto tan lujoso como este, parece un cuento de hadas.