CAPÍTULO V LOS COMIENZOS DE UNA AMISTAD

En el vibrante mundo de la Academia de las Razas Sobrenaturales, donde los pasillos estaban impregnados de una energía mágica y las conversaciones fluían entre criaturas de todas las formas y tamaños, Cassiel caminaba por los pasillos de la academia, su mirada perdida en sus pensamientos.

Había pasado un tiempo desde que había llegado al lugar, y aunque se esforzaba por integrarse, aún se sentía un tanto fuera de lugar entre los demás seres sobrenaturales.

En medio de la confusión y el desconcierto, una voz alegre resonó en el aire, cortando el silencio con una nota de calidez y amistad. Cassiel giró sobre sus talones para encontrarse con Sabriel, una figura alta y esbelta que irradiaba una presencia acogedora y una sonrisa luminosa.

Los ojos de Cassiel se encontraron con los de Sabriel, unos ojos que brillaban con una curiosidad contagiosa y una chispa de diversión.

—Soy Sabriel— anunció la figura con una mezcla de confianza y calidez, extendiendo una mano amistosa hacia Cassiel.

—Cassiel— respondió él, devolviendo el gesto con timidez pero con una sonrisa creciente en los labios.

Sabriel se convirtió en el guía de Cassiel en un mundo desconocido, compartiendo sus conocimientos y experiencias con generosidad y entusiasmo.

En ese momento, mientras Cassiel y Sabriel conversaban animadamente, tres figuras humanas se acercaron con paso vacilante, cada una portando una expresión de desconcierto y curiosidad. Eran jóvenes, con una apariencia que irradiaba una combinación de inocencia y determinación.

El primero era un chico de cabello castaño y ojos avellana, con una mirada inquisitiva que reflejaba su deseo de descubrir más sobre el mundo que lo rodeaba. Se presentó como Samuel, con una sonrisa tímida pero genuina.

La segunda era una chica de cabello rubio y ojos azules, cuya mirada brillaba con una mezcla de asombro y entusiasmo. Su nombre era Emily, y su voz era suave y melodiosa cuando se unió a la conversación con un saludable "¡Hola!"

El tercero era un joven de cabello oscuro y ojos intensos, cuya presencia exudaba una confianza tranquila y una determinación palpable. Se presentó como Michael, con un apretón de manos firme y una sonrisa amistosa en los labios.

—Hola, ¿podrían ayudarnos? Estamos un poco perdidos por aquí— Samuel soltó mientras pasaba su mano sobre su cabello.

—Sí, no estamos seguros de dónde ir para encontrar nuestras clases— Emily soltó en un respiro.

—Parece que nos hemos extraviado en este laberinto de pasillos— dijo burlón el último de los tres.

—Claro, estaremos encantados de ayudarlos. Soy Sabriel, y este es Cassiel—

—Mucho gusto, Sabriel y Cassiel. Soy Daniel, y estos son Emily y Michael—

—Hola, es un placer conoceros— soltó la rubia.

—¿Qué clases están buscando?—

—Estamos buscando la clase de magia elemental— dijo el primero de ellos.

—Y la clase de literatura mágica— dijo apresurada Emily.

—Y también la clase de entrenamiento físico para principiantes—

—¡Ah, yo sé dónde están todas esas clases! Sigan adelante y los guiaremos— soltó Cassiel mientras miraba a Sabriel.

—Sí, no deberían estar muy lejos. Podemos acompañarlos— asintió en respuesta a su nuevo amigo.

Cassiel y Sabriel recibieron a los recién llegados con calidez y amabilidad, se sumergieron en una conversación animada mientras compartían experiencias y risas en los pasillos.

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