CAPITULO #7

A la mañana siguiente Matthew despertó y por un momento pensó que todo había sido solo un mal sueño, pero no, se sentó en la cama de Ian que fue donde durmió y se dio cuenta de que durmió con la muñeca que le había dado Emma, sonrió para sí mismo.

Matthew: Esa pequeña niña me hizo olvidar por un momento todo lo que había pasado.

Y es que el simple gesto de Emma de darle algo para que se sintiera mejor le saco una sonrisa real desde que se enteró de la traición que le hicieron los seres que quería y que ahora solo siente odio.

Unos toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

Matthew: Adelante.

Emma: Hola!! Matti, ¿puedo decirte así?.

Matthew: Por mi está bien.

Emma: ¿Lily te ayudo anoche?.

Matthew: ¿Perdón?.

Emma: Ese es el nombre de mi muñeca.

Matthew: Ah! Si ella me ayudó mucho, gracias por prestarme tu muñeca.

Emma: Que bueno, bueno voy a buscar ropa para ponerme en el cuarto de mi mamá.

Ella toma algunas cosas y antes de salir mira a Matthew para decirle.

Emma: Matti mi mamá dice que bajes después que estés listo, vamos a desayunar y como es domingo todos comemos juntos en la mesa, no ponemos comenzar sin ti.

Matthew: Está bien, me daré primas entonces.

La niña se fue de la habitación y él se fue al baño para ponerse su ropa, pero sin el corbatín y el saco.

Al salir del baño ya listo se encuentra con Ian en la habitación.

Matthew: Buenos días.

Ian: Buenos días Matthew, ¿dormiste bien?.

Matthew: Si, muchas gracias.

Ian: Bajemos a desayunar entonces, mi mamá y panquecas con crema, fruta, chocolate y miel.

Mi mamá hace desayunos especiales los domingos que son los días en los que estamos todos en familia.

Ian al decir eso se dió cuenta que hoy su padre no estaría y sus ojos se sintieron aguados, Matthew se dió cuenta de esto, ya que el sabe que es lo que le pasa.

Matthew: Tú papá se lo pierde, solo no pierdas esa sonrisa que mantiene fuerte a tu madre, si quieres hablar o incluso llorar puedes hablar conmigo aunque soy un extraño, ya que solo soy el jefe de tu madre ahora ella y yo somos amigos así que ahora puedes contar conmigo para lo que quieras.

Ian: Muchas gracias Matthew, bajemos.

Ian se sintió un poco mejor al escuchar las palabras de Matthew, es verdad que su padre se lo pierde.

Ellos bajaron y ya Emma estaba sentada en la mesa y Karina estaba en la cocina.

Matthew se acercó a la cocina.

Matthew: Buenos días Karina.

Karina: Buenos días señor... perdón Matthew.

Matthew: Mucho mejor.

Karina: Vamos al comedor, ya solo falta esto.

Dijo tomando la jarra de jugo y unos vasos.

Matthew: Déjame ayudarte por favor

Karina: Está bien.

Ambos regresaron al comedor y se sentaron junto a los niños.

Emma: Matti, ¿quieres panquecas con chocolate?

Karina: Emma, que son esas confianzas con el señor Matthew.

Matthew: Déjala yo le di el permiso para hacerlo, así como te dije que no me dijeras señor y esa princesa puede decirme como quiera.

Emma: Viste mami.

Matthew: Emma me encantan los panqueques con chocolate.

Son mis favoritos.

Emma: Pues vamos a comer todo!!

Ellos comieron todos muy contentos y por un momento se olvidaron de que ayer les pasó, ese momento todos estaban concentrados en la felicidad del desayuno y las locuras de Emma.

A Karina le pareció raro que la niña no preguntará por su padre, pero no quiso decir nada por el simple hecho de que aún no sabía cómo decirle que se divorció de su padre.

Lo que ella no sabe es que Ian le dijo a su hermana que su papá se separó de su mamá por qué ya no la quería y que no le preguntara a mamá por su papá para no lastimarla.

Emma lloró mucho cuando Ian le contó eso en el orfanato cuando Ángela estaba ocupada arreglando toda la comida que habían llevado para compartir con los demás niños.

Ian le hizo entender que mientras estén con su mamá todo va a estar bien y que nunca nadie los va a separar de su madre.

Emma le dijo que estaba bien, que de todas formas ella no entendía por qué su padre no pasaba tiempo con ellos cuando vivía en la casa ahora no le haría tanta falta.

Karina no se daba cuánta porque su trabajo y vida en casa no le permitían prestar atención a esos detalles, pero la realidad es que era ella la que pasaba tiempo con los niños, ya que Juan siempre trabajaba o viajaba no sacaba tiempo para pasar con los niños desde que empezó su aventura con Lorena, los niños sintieron la ausencia de su padre, pero Karina siempre los llenaba de amor y tiempo, por lo que ellos se sienten más tranquilos de estar con su mamá.

Matthew: Saben, ustedes se han portado muy bien conmigo, me prestaron su cuarto para dormir y quiero regresar un poco su hospitalidad.

Karina: Señor no lo hicimos para que nos diera algo a cambio.

Matthew: ¿Karina que te dije de decirme señor?.

Y por supuesto que quiero hacerlo además quiero divertirme hoy, mañana tanto tú cómo yo vamos a tener un infierno en la oficina así que es justo divertirnos hoy.

Y como sé que no podemos estar en público, primero por qué pensarían mal al vernos juntos y segundo por qué no quiero exponer a los niños a una cosa de esas, ¿qué les parece si nos vamos a una finca que yo tengo?

Hay muchos animales y nos divertiremos mucho, ¿qué dicen niños?

Niños: SIIIII!!!

Los niños se emocionaron tanto que empezaron a saltar de la emoción.

Karina: Creo que está usando a mis hijos para que no pueda negarme, ¿cierto?.

Matthew: Solo un poco, anímate Karina miramos somos dos personas que nos destrozaron ayer, pero hoy nos vamos a divertir para sacar un poco el estrés.

Karina: Está bien.

¿Quiere que llame a su jefe de seguridad para informarle lo que se va a hacer?.

Matthew: Si, dile que arregle 3 camionetas y que nos venga a buscar dentro de una hora.

Niños suban a su habitación y hagan un bolso y pijamas por qué nos quedaremos está noche y ropa, ya que mañana los llevarán directamente a la escuela.

Los niños subieron corriendo por las escaleras a su habitación y a medio camino Matthew les dió un grito.

NO OLVIDEN METER ROPA DE BAÑO, HAY UN LAGO!!!

Karina: Matthew no pensé que fuera gritar de esa manera.

Matthew: Lo siento!! Voy a llamar a la finca para avisar que vamos para allá.

Y así ambos se pusieron manos a la obra, cada uno llamo para tener todo listo en la hora que Matthew lo pidió.

Karina y los niños hicieron sus maletas y bajaron del edificio para montarse en las camionetas y salir rumbo a la finca.

Durante el camino Matthew pidió que se detuviera en un sitio y el bajo y dejando un poco confundida a Karina.

Al regresar se llevó la sorpresa de que Matthew le había comprado potes de helado a los niños y para ellos dos, el viaje prometía que por al menos ese día se olvidarían de lo vivido el sábado, pero claro está solo sería por un día, ya que el lunes todo sería un infierno como lo dijo Matthew y es que como Matthew no le ha respondido llamadas a nadie, toda su familia está un poco preocupada por él, aunque el envío un mensaje diciendo que estaba bien y que el lunes estaría en la oficina no dijo nada más.

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